Ejemplos con enamora

Cuenta la historia de la caprichosa Abigail, hija única de un acaudalado hombre de negocios, hermosa y conflictiva, que se enamora del profesor Carlos Alfredo, que le imparte clases de literatura en el colegio San Lázaro.

Seducido por su encanto y su belleza, se enamora de eso.

Piper se enamora del fantasma de un joven chino que murió y que necesita su ayuda.

Esta, viendo en él a un enemigo, está dispuesta a matarlo, pero en lugar de ello se enamora del héroe y se lo lleva consigo a una isla encantada.

Me enamora es una canción escrita e interpretada por el cantautor colombiano Juanes.

Katou se enamora perdidamente de Iwaki, pero este no cederá tan rápidamente.

En otra versión, ella se enamora de Minos desde la distancia, y tras cortar el mechón púrpura de su padre se lo presenta a Minos.

Se enamora de Taja cosa que despierta celos y envidias de parte de Siro.

Su primera aparición en la conducción se da en el canal de cable RitmoSon, donde el público rápidamente se enamora de ella.

En esta ocasión Cándida se traslada a Cuba donde se enamora de un diplomático cubano que es más estrafalario y pintoresco que ella, que juega a dos puntas, porque la engaña con una bella joven interpretada por la Miss México Ana Bertha Lepe.

Por último esta Marcia Bell quién se enamora del cantante que se cree que va a triunfar pero sus padres Tino Pascali y Menchu Quesada se oponen pero ella igual se las arregla para escaparse.

Más tarde, Carlos se enamora también de la faceta amable de su esposa, sin saber que se está enamorando de Paulina.

Cuando Chilperico se enamora de Fredegunda, una de sus sirvientas, ésta quiso desaparecer de su camino a la reina.

Dave Mustaine establece el concepto en la canción de El chico conoce una chica, el chico se enamora de la chica, la chica no ama al chico, el chico mata a la chica,.

Aquí hay un par de zapatos que me enamora.

Yo de mí sé decir que en arte me enamora la enseñanza indirecta que emana de la hermosura, pero aborrezco las píldoras de moral rebozadas en una capa de oro literario.

Cuando alguien gasta en palabras su discreción, enamora a las gentes y hace las delicias de las tertulias, pero, consumida toda su discreción en objetos de lujo, sólo tontería le queda para los negocios que debieran importarle.

Pongo a un lado las mil y quinientas que cualquier agudo crítico puede sacar si se empeña en elogiarme y lucirse, y me limito a la lección que se da, no ya sólo a los frailes, que al fin pocos hay en España ahora, sino por extensión a todo caballero cortesano, viejo o algo machucho, que se enamora con amor vicioso.

Es la encantadora y juvenil locura de un chiquillo que se enamora hasta enfermar de un cuadro, del lienzo en donde vive una de las más suaves heroínas de Shakespeare.

¡El, el hijo del alcalde, prendarse de una muchacha pobre? ¡Cuándo! El enamora a Gabrielita Fernández.

¿Qué se puede esperar de quien se enamora de una mujer que come huevos crudos?.

—¡Oh amor platónico! ¡Oh fregona ilustre! ¡Oh felicísimos tiempos los nuestros, donde vemos que la belleza enamora sin malicia, la honestidad enciende sin que abrase, el donaire da gusto sin que incite, y la bajeza del estado humilde obliga y fuerza a que le suban sobre la rueda de la que llaman fortuna! ¡Oh pobres atunes mios, que os pasais este año sin ser visitados deste tan enamorado y aficionado vuestro! Pero el que viene, yo haré la enmienda de manera que no se quejen de mí los mayorales de las mis deseadas almadrabas.

—Pues ¿qué piensas hacer con el imposible que se te ofrece en la conquista desta Porcia, desta Minerva y desta nueva Penélope, que en figura de doncella y de fregona te enamora, te acobarda y te desvanece?.