Ejemplos con silencio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De pronto ,- romper el silencio ,- el redoble de un tambor.
Hubo un súbito silencio, y luego, en un estrépito de sillas caídas, todos corrieron tras de ella, con un raudo alborotar, mirando, espantados, a la ventana.
En la noche serena, toda de nubes blancas y de estrellas, se oye allá arriba, desde el silencio del corral, un incesante pasar de claros silbidos.
De pronto, sin matices, rompe el silencio de la calle el seco redoble de un tamborcillo.
Despertóles un silencio, como si de un tirón les hubiesen arrancado la almohada.
En haciéndose el silencio, un escudero, que presenciaba el desafío, gritó:.
Las demás, repuestas de la sorpresa, siguieron hablando, como si nada hubiera pasado, no queriendo conceder a la intrusa ni el honor del silencio.
dijo la acequia más vieja, y se hizo un silencio absoluto.
El nombre de éste sonaba sin cesar en el silencio del crepúsculo, acompañado de toda clase de insultos.
Después no oyó nada, y sus improperios siguieron sonando en un silencio desesperante.
Los grillos que cantaban en el vecino ribazo callaron, espantados por un extraño hipo que rasgó el silencio y sonó en la obscuridad gran parte de la noche, como el estertor de una bestia herida.
Un imprudente dijo esto sin darse cuenta del valor de sus palabras, y se hizo un silencio doloroso, como en la alcoba de un enfermo cuando se pone al descubierto la parte dañada.
Y tras este saludo, cambiado con toda la gravedad propia de una gente que lleva en sus venas sangre moruna y sólo puede hablar de Dios con gesto solemne, se hacía el silencio si el que pasaba era un desconocido, y si era íntimo, se le encargaba la compra en Valencia de pequeños objetos para la mujer o para la casa.
Y mientras tanto, la cabeza, hundida en el barro, soltaba toda su sangre por la profunda brecha y las aguas se teñían de rojo, siguiendo su manso curso con un murmullo plácido que alegraba el solemne silencio de la tarde.
¿Habéis visto el gesto hipócrita, el regocijado silencio con que acoge un pueblo la muerte del gobernante que le oprime? Así lloró la huerta la desaparición de don Salvador.
No la intimidaban el silencio y la obscuridad.

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