Ejemplos con salto

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El aljibe más grande es el del patio del Salto del Lobo, plaza de la ciudadela antigua del Castillo.
Terminados los licores y el café, y cuando ya el humo de todos los cigarros se había mezclado y confundido, formando un a manera de toldo que colgaba del techo, la duquesa dijo: Don Hermenegildo, hace tiempo que no nos obsequia usted con el salto de la trucha.
Pero todo fue inútil: la aparición del animal, el desastre del mostrador, el salto sobre Simón y el desaparecer en la plaza, fué obra de un solo instante.
Todo el libro parece concebido en un solo aliento, los personajes han recibido al nacer tales bríos, que, semejantes a los dioses homéricos, alcanzan de un solo salto cuanto espacio puede divisar el espectador colocado a orillas del mar sobre altísima roca.
Merced a esos procedimientos, se plantan de un salto junto al poder supremo, y son dueños de echar por la ventana la casa de la nación, muchos hombres que, fuera de ella, no tienen una triste buhardilla en qué albergarse, y otros que, teniendo mucho más, necesitan subir a grande altura para conseguir que alguien los contemple y acaso los envidie.
Aunque poco avisada, no desconoció que este descalabro la alejaba para siempre, en aquel centro, de la altura a que había querido trepar de un salto.
Esta primera sillería a ras de tierra, donde se sentaban los clérigos de categoría más ínfima, era anterior en medio siglo a la sillería alta, pero en estos cincuenta años dio el arte el gran salto desde el gótico rígido y duro a las suavidades y el buen gusto del Renacimiento.
Su negativa tenaz indignaba a aquellos hombres, la voz melosa del criollo se atiplaba por la ira, y entre amenazas y blasfemias abalanzábanse todos sobre él, y comenzaba la caza del hombre por toda la mazmorra, cayendo los garrotes sobre su cuerpo, alcanzándole lo mismo en la cabeza que en las piernas, acosándolo en los rincones, siguiéndole cuando con un salto desesperado pasaba al muro opuesto, abriéndose camino con la testa baja.
Y de un salto, el músico llegó hasta el busto, besándolo con humildad infantil, como un niño acaricia al padre ceñudo e imponente.
La ceguera de la cólera y la penumbra crepuscular no le permitieron distinguir si era hombre o mujer, pero vio cómo de un salto se metía dentro y cerraba la puerta de golpe, asustado por aquella aparición próxima a echarse la escopeta a la cara.
Las tiraban del rabo, cogíanlas de las piernas, obligándolas a andar con las patas delanteras, las hacían rodar por los ribazos o intentaban cabalgarlas colocándose de un salto sobre sus sucios vellones.
De un salto puso recta su pesada y musculosa humanidad, y echó a correr sin aguardar más explicaciones.
Pero los muertos no entienden razones, y el espectro, procediendo como un bandido, sonreía ferozmente, y de un salto se subía a la cama, sentándose sobre él, oprimiéndole la herida del hombro con todo su peso.
¡Ahora iba lo bueno! Y saltando al mismo tiempo los dos, cada uno por lado distinto, encontráronse en lo más alto de su salto, chocaron los cuerpos como proyectiles y cayeron en el rescoldo, hundiéndose entre las brasas la parte más carnosa del individuo.
El ganadero recoge cajitas y bultos chicos, se echa al hombro el zarape, y baja de un salto.
Juan Pablo sentía increíbles deleites en ir al café, hablar mal del Gobierno, anticipar nombramientos, darse una vuelta por los ministerios, acechar al protector en las esquinas de Gobernación o a la salida del Congreso, dar el salto del tigre y caerle encima cuando le veía venir.
Puedes cogerlo, está descargado dijo Maxi, que de un salto se había dejado caer del furor a la piedad.
Púsose Mauricia de un salto en el rincón frontero al corredor donde las madres estaban, y desde allí las miró con insolencia, sacando y estirando la lengua, y haciendo muecas y gestos indecentísimos.
Mover los trastos era para ella algo semejante a incendio o demolición, pero no había más remedio que dar el salto del Norte al Sur de Madrid, pues teniendo Maximiliano que pasar la mayor parte del tiempo en la botica de Samaniego, era una falta de caridad hacerle recorrer dos veces al día los tres cuartos de legua que separan el barrio de Chamberí del de Lavapiés.
La víctima no daba acuerdo de sí, y aprovechando aquel momento el bárbaro señorito, que vio pasar su coche, lo detuvo, montose en él de un salto y ¡hala!, partieron los caballos a escape.
Villaamil, invitado por su amigo, dobló su esqueleto para sentarse, y tomó café con más leche que café ¡Ah!, ¿buscaba usted a Juan Pablo? Pues del salto se ha ido al café de Zaragoza.
Fortunata vio delante de sí, súbitamente, una oscura niebla que se le iba encima El corazón le dio un salto Jacintadijo, pues qué, ¿también viene aquí esa?.
En cuanto sepa el motivo, se planta aquí de un salto.
Y todo porque no se apartaba de un salto para dejar el paso libre ¡Vaya dónde se va usted a poner, tía bruja! Afuera o la reviento de una patada.
Se levantó de un salto y trató de andar No podía.

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