Ejemplos con recuerdas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tal y como él dijo: ¿Qué recuerdas de Chest Fever, la letra o el órgano?.
Y lo malo es que la verdad no recuerdas qué es lo que ha pasado.
Estás encerrado en un manicomio, no recuerdas nada de tu pasado, escapa y recuerda de paso tu pasado.
En una escena, Rainier Wolfcastle le dice a un pedazo de pie ¿recuerdas que dije que iba a comerte al final? Mentí haciendo referencia a una línea de Arnold Schwarzenegger en la película Comando.
Ya recuerdas los tenduchos astrosos de los gitanos, con sus hogueras, sus mujeres vistosas, y sus burros moribundos, mordisqueando la muerte, en derredor.
Esto bien lo recuerdas, ingrato APOLO.
Quién estaba en el teatro, no le importaba mucho saberlo: Juan no había estado, pero ¿a la salida quién estaba? ¿no recuerdas quién estaba a la salida? ¿Estaba? y no acababa de preguntar quién había estado.
Ya recuerdas cómo me puse cuando murió el padre de Juanito, que pasaba por mi sobrino.
Cuando dices que me amas, cuando recuerdas que eres amado, eres dichoso, y entonces amas la vida.
No imagines que deseo romper nuestras relaciones: saber que me quieres, recibir una carta en que me hablas de tu cariño, oírte alguna vez que me recuerdas cuando sufres y que te falta algo en los goces por no tenerme al lado, son cosas que me llegan al alma y me dejan orgulloso de mi mismo.
¿No recuerdas que en todos los instantes supremos de tu vida has necesitado de mi ayuda? Ahora es lo mismo.
¿Recuerdas aquella anciana pordiosera que iba a casa a vender rosarios? Pues ella me traía sus recados y le llevaba los míos.
¡Qué gusto es tener quien la acompañe a una en la soledad, y quien comparta las comodidades que Dios y nuestro trabajo nos han proporcionado! ¡Ay!, Inesita: eres tan linda, que me recuerdas mi mocedad cuando iba a jugar a la huerta del convento de las madres Recoletas de Sahagún, donde me crié.
Buenaventura? ¿Recuerdas lo que hablamos aquella tarde en la huerta del convento? ¿No estás continuamente protestando contra la degradación y la bajeza de la Corte, contra la inmoralidad, contra el atraso en que vivimos? Pues de todo eso, ¿quién tiene la culpa sino el ? Por eso yo te escuchaba, y decía para mí: Éste es el hombre que hace falta, éste sí que en un día dado sabrá hacer las cosas y arrastrar al pueblo a la victoria.
¿Y no recuerdas haberme visto a mí aquella tarde?.
¿Recuerdas lo que te dije cuando fui a verte a la cárcel?.
Con todo, si bien recuerdas, se parecen mucho a primera vista.
»Con esta fecha he llegado bueno a Madrid, donde ha sido mi primer cuidado asistir al teatro, no lo extrañarás si recuerdas las comedias caseras que nos dan ahí en casa del intendente, y el hambre que de un teatro regular tiene uno en esos pueblos de provincia.
¿No recuerdas lo que, a este propósito, te leí en Sevilla, de la carta de don Claudio?.
¿Le recuerdas bien?.
¿Recuerdas tú que el día de la desgracia, papá te pidió prestado tu paraguas para salir, por si aquel viento del Sureste traía lluvia?.
¿Recuerdas, hermano?.
¿Recuerdas, hermano?.
Y recuerdas tu perdido.
Salí de Madrid casi un niño, como ya recuerdas, porque una triste aventura de mi madre me cubrió de oprobio.
¿No me recuerdas? Y apenas lo vió Hassan se le conmovieron las entrañas, le palpitó el corazón desordenadamente, abatió la cabeza hacia el suelo, y su lengua, pegada al paladar, le impedía decir palabra.
Entonces, muy sorprendido, le dije: ¡Pero si aquí nadie me conoce! Y la muchacha replicó: ¡Oh cuán escasa es tu memoria! ¿No recuerdas a la sierva que has visto ahora mismo en el zoco, con su señora, en la tienda de Badreddin?.
Y cuando me vió triste y abatida, y con los ojos arrasados en lágrimas, me preguntó: ¡Oh, mísera! ¿Por qué está tan oprimido tu pecho? ¿Qué te pasa? Entonces se aumentó mi llanto, y le dije: ¡Oh, hija mía y señora! ¿No recuerdas que vine a hablarte de un joven apasionadamente prendado de tus encantos? Pues bien: hoy está por morirse por culpa tuya.
¡Y él fué quien en otro tiempo envió su visir para pedir tu mano para mí! ¿No recuerdas que entonces rechazaste esta unión y amenazaste al jefe de los eunucos que te hablaba de ella? Pues bien: realicemos hoy lo que nos negó el pasado y marchemos juntos hacia la verde Ispahán!.
Arzobispo, quien era su confesor, como recuerdas, y después de.

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