Ejemplos con recuerdo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Sabrá que pienso en él? ¿Qué me importa? En la ternura del amanecer, su recuerdo me es grato como el alba.
Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol del mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.
¡Pero cómo se venga Pereda de esta inferioridad suya en otros tipos más de su cuerda que la obra tiene, y sobre todo en los que forman el ! Sólo el recuerdo, no fácilmente borrable, de Patricio Rigüelta, puede perjudicar al malvado de esta otra novela, el don Sotero, abominable , en cuya negra alma no ha temido penetrar y ahondar hasta con encarnizamiento el señor Pereda, como si quisiera dar hermosa muestra de que lo extremado de su ultramontanismo no corta las alas a su ingenio ni le hace ñoño o meticuloso.
Sentía, sin embargo, dentro de sí mismo, aunque muy poco pronunciada, una afición especial: la política, y el temor de perderla de vista, era lo único que le hacía poco placentero el recuerdo de su pueblo.
En vano don Simón saludaba hasta a los perros, y mostraba varas de cadena y adoquines de diamantes, y se desgañitaba don Celso para demostrar a las gentes reacias, con el recuerdo de otras muchas elecciones, que el poder hace esas y otras muchas ofertas, y jamás las cumple aunque consiga su objeto.
Y ahora se me representa en el recuerdo la imagen de Belarmino, zapatero filósofo, que vivía también en Rúa Ruera, tipo casi fabuloso, al cual pertenece precisamente la anterior teoría sobre las palabras: La mesa, decía, se llama mesa porque nos da la gana, lo mismo podía llamarse silla, y porque nos da la gana llamamos a la mesa y a la silla del mismo modo cuando las llamamos muebles, pero lo mismo podían llamarse casas, y porque nos da la gana llamamos a los muebles y a las casas del mismo modo cuando los llamamos cosas.
La niña es hija legítima de una hermana de Belarmino, mujer infeliz, viuda de recién casada, que murió de sobreparto, dejando ese recuerdo vivo, esa niña.
Si Anselmo no quiso recibirla, fué por amor a usted, porque deseaba que usted guardase de él un recuerdo grato y atractivo, y no la imagen deplorable y triste a que la enfermedad le había reducido.
Ya no eran las tentadoras imágenes de antes, fingidas por la humareda que se elevaba del corazón, era la experiencia de la carne, el recuerdo de lo pasado, que, no obstante haber pasado, permanecía actual sobre mi piel, como la cicatriz de las heridas.
Hijo me llamó, sentí como que el corazón se me deshacía, y siempre que lo recuerdo experimento la misma sensación.
Según se amortiguaba el recuerdo de aquella desgracia, la gente parecía arrepentirse de su impulso de ternura, y se acordaba otra vez de la catástrofe del tío y la llegada de los intrusos.
Únicamente la madre delataba con repentinas lágrimas y algún profundo suspiro el fugaz recuerdo del pequeño.
No podía apartar de su memoria un recuerdo tenaz.
El maestro, temeroso de que esto quebrantase la moral de su gente, cambiaba el curso de la conversación hablando de Francia, el gran recuerdo del tío.
¡Qué tarde! La sed de su trigo y el recuerdo de la multa eran dos feroces perros agarrados a su corazón.
No le exigían que se fuese de la taberna, librándolos de su presencia odiosa, le ordenaban con amenaza de muerte que abandonase sus tierras, que eran como la carne de su cuerpo, que perdiese para siempre la barraca donde había muerto su chiquitín, y en la cual cada rincón guardaba un recuerdo de las luchas y alegrías de la familia en su batalla con la miseria.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba