Ejemplos con postillón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El comisionado se instaló en el pescante, no sin muchos encargos y explicaciones hechos antes al postillón del ómnibus.
Un alegre cascabeleo dominaba los ruidos de la plaza y las voces enérgicas del postillón en traje de la huerta, que gritaba ¡! ¡! manejando con rara maestría una docena de ramales.
Yo me hallaba en París sin recursos después de haber sido sucesivamente maestro de latín, pintor de muestras, corista en Ventadour, espadachín, servidor de los emigrados de Coblenza, postillón de diligencias, carbonero y cajista de imprenta, cuando senté plaza en el ejército de Boulogne, destinado a dar un golpe de mano contra Inglaterra.
Mucho antes de aclarar había partido para Guanajay el postillón con el relevo de las tres caballerías.
Con el temor les cogió el silencio, y un postillón que en traje de demonio les pasó por delante, tocando en voz de corneta un hueco y desmesurado cuerno, que un ronco y espantoso son despedía.
Pero en una noche fría, sombría, lluviosa, era mejor para un hombre medio dormido permanecer en el fondo de la silla con los ojos cerrados, que asomar la cabeza a la ventanilla para preguntar dónde estaba a un postillón que no sábía responder otra cosa que: ''non capisco''!.
Al llegar a la posta, todos se bajan a desentumecer las piernas, ayudando al mayoral y al postillón a agarrar otros seis mancarrones flacos, para reemplazar a los anteriores que, en libertad ya, y agraciados cada uno con un cuerazo en la grupa o un puntapié en la panza, se revuelcan en el camino, antes de ir a buscar por allá una mantención raquítica, en perfecto desacuerdo con el esfuerzo matador que acaban de hacer.
El banquero esperó un momento a que el postillón, que había acabado su parada, viniese a reclamarle el coste de la posta.
-¡Eh! -dijo al postillón-.
Cuatro hombres le rodeaban, sin contar el postillón.
En este tiempo llegaban a Gradas su camarada y don Cleofás, tratando de mudarse de aquella posada, porque ya tenía rastro de ellos Cienllamas, cuando vieron entrar por la posta, tras un postillón, dos caballeros soldados vestidos a la moda, y díjole el Cojuelo a don Cleofás:.
D'Artagnan y Planchet tomaron cada uno una jaca, un postillón corrió por delante de ellos, en cuatro horas se plantaron en las puertas de la capital.
-Pues lo siguiente: el coche está en la puerta, vos me despedís, subís al estribo para estrecharme en vuestros brazos por última vez, el criado de mi hermano que viene a recogerme está avisado, hace una señal al postillón y partimos al galope.
Milady hizo algunas preguntas sobre el coche: era una silla tirada por tres caballos, guiada por un postillón, el lacayo de Rochefort debía precederla como correo.
Planchet se puso a buscar al postillón que había conducido la silla, y lo encontró.
Su reverencia frailuna dio en padecer de distracciones cuando abría su libro de horas, y el médico boticario se preocupó con la mocita a extremo tal que, en cierta ocasión, administró a uno de sus enfermos jalapa en vez de goma arábiga, y en un tumbo de dado estuvo que lo despachase sin postillón al país de las calaveras.
Cuando la tuve delante, arrastrada por diez o doce briosas mulas, con su postillón en la izquierda de las dos primeras, entendí que era una casa ambulante con gentes asomadas a sus balcones, incluso el de la buhardilla, que tal me pareció el altísimo cupé.
Así preguntó al postillón cuánto faltaba para llegar a la población cercana.
-¿Adónde? -inquirió el postillón en italiano.
Este hombre, no solamente por su aspecto, sino también por el acento con que hablaba a su postillón, debía ser tenido por francés.
Al cuarto de hora el postillón, puesto ya en el camino que debían seguir, pasaba la barrera de San Martín, haciendo resbalar su látigo.
-He aquí el pasaporte -dijo el postillón-, ¿qué camino tomamos, mi joven señor?.
Al cuarto de hora volvió el conserje con el postillón y los caballos, que éste enganchó, mientras aquél colocaba el baúl en la parte trasera.
Llegaron a medianoche a la puerta de un hermoso parque, el conserje tenía la reja abierta, y de pie junto a ella parecía esperar a su amo, le había advertido de su llegada el postillón del último relevo.
Bertuccio obedeció, un postillón salió a escape a Poutoise para decir que a las seis en punto pasaría la silla de posta, desde Poutoise transmitió el aviso al relevo siguiente, y así continuó de relevo en relevo, de suerte que seis horas después todos estaban advertidos y prontos.
Partamos, partamos, sí: entre otras cosas, porque ya está enganchado el nuevo tiro, y el mayoral en su trono, y el zagal abriéndonos la portezuela, y el postillón, con la cabeza vuelta hacia nosotros y la corneta en los labios, aguardando impaciente el «¡¡¡Arréeee!!!.
En cuanto a nosotros, recorríamos ya las calles de Dúrcal, al son irrisorio de la destemplada corneta del postillón o delantero, asombrados de hallar tan pacíficos a los hombres y tan descuidadas a las mujeres, como si no acabaran de pasar por allí FARAG ABEN-FARAG y sus doscientos moriscos levantando en armas todo el Valle.
Llamé al camarero, hice parar al postillón, llamé al señor de Saint-Merán, le hice respirar mi frasco de esencias, todo había acabado, estaba muerto, y al lado de su cadáver llegué a Aix.
-Ande usted, que si el día de mañana tengo que hacer un viaje, dinero es lo que necesito, y no geografía, ya sabrá el postillón el camino, que ésa es su obligación, y dónde está el pueblo a donde voy.
Amigo, le decimos a un postillón, te doy un escudo si me haces llegar en una hora a Versalles, dice el conde de Segur, hablando de la amistad.

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