Ejemplos con postizo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Era pequeño, con cabello postizo y apariencia patética.
Roxann Dawson explicó que había una forma mucho más pronunciada klingon en la frente y la nariz y tenía que usar un postizo de dientes klingon, que la hacía sentir incómoda por lo que pidió a los productores y artista de maquillaje Michael Westmore si podían hacer tal vez más atractivo y menos klingon su maquillaje.
Díjome su nombre postizo, que era , añadiendo que se holgaría mucho de que nos viéramos en la Villa y Corte.
Pero no ocurrieron de este modo las cosas, porque ningún transeúnte se fijó en el pecho postizo, que era lo mismo que una vejiga de manteca, y al fin la chiquilla se apresuró a quitarlo, discurriendo con buen juicio que si doña Lupe al entrar veía colgado del balcón aquel acusador de su defecto, se había de poner hecha una fiera, y sería capaz de cortarle a su criada que pensaba tener.
Fortunata, hija mía, por el cariño que me tiene, y que yo no me merezco, por el que yo le he tomado y que le conservaré toda mi vida, le pido que se arranque esa idea, y la arroje aquí, como si fuera un adorno de los que se ponen las pecadoras, un lunar postizo, un colorete.
Al cabo se oyó en el corredor crujido de enaguas almidonadas: la señora jueza entró, sofocada y compuesta de fresco, según claramente se veía en todos los pormenores de su tocado, acababa de embutir su respetable humanidad en el corsé, y sin embargo no había logrado abrochar los últimos botones del corpiño de seda, el moño postizo, colocado a escape, se torcía inclinándose hacia la oreja izquierda, traía un pendiente desabrochado, y no habiéndole llegado el tiempo para calzarse, escondía con mil trabajos, entre los volantes pomposos de la falda de seda, las babuchas de orillo.
¡Hombre tú eres famoso! ¿Después de tanto preámbulo te vienes con una preguntilla tan baladí? Prescindo ahora de la dificultad o imposibilidad en que ese hijo postizo estaría de probar el delito de su madre.
-Supongo que yo también tendré mi nombre postizo -dijo Pepe Rey.
Por supuesto, que siendo yo sobrino carnal de Rosas, oyéndolo hablar al indio de su padrino y progenitor postizo, me haría la ilusión de que lo más fácil del mundo para mí era catequizarlo.
No mostraba ningún cariño a su hijo postizo, y hablaba de marcharse a su casa con su hombre y los sus mozucos.
Se rió mucho más de la jugarreta del pelo postizo, diciendo que bien se la merecía la «perra vieja» aquélla, y después, como hombre ducho, me aconsejó que no me dejase ver por Tatita antes de hablar con mi madre, porque las madres son siempre las «mejores tapaderas» para los hijos, y porque «hay que tener mucho ojo con el mal genio de don Fernando».
Quedó solitaria la ermita, con sus cirios ardientes, con su virgen de manto negro y corona de mentida plata, con su tabernáculo de falso oro, guardador de un sol artificial y de un cielo postizo.
Es el contraste entre los medios y el fin, entre la solemne vaciedad de un lenguaje postizo y la realidad intangible que pasa riendo a cien leguas del sabio miope.
-Don Juan Saca-cuentas era el maestro de escuela de la aldea, y debía este apellido postizo a su costumbre de jurárselas a los chicos, diciendo: «¡Yo os ajustaré las cuentas!», y sobre todo a la fama que gozaba de habilísimo contador.
Embebido en la idea que le halaga, se expresa con facilidad y rapidez, gesticula con viveza, su mirada es sumamente expresiva, su fisonomía juvenil diríase que ha vuelto a sus veinticinco abriles si algunas canas, asomando por un lado del postizo, no revelasen traidoramente los trofeos de los años.
De cerca ya no sucedía lo mismo: tenía la boca grande, y los dientes ralos y amarillos, el cutis áspero, la nariz un poco torcida, y los ojos chiquitines, y en cuanto al pelo, aquel pelo que ondulaba siempre al compás de las pisadas o al capricho de la brisa, desgajado en copos encrespados de las alturas de la frente, había quien opinaba que no era suyo, es decir, que era crepé, muy bien imitado del natural, eso sí, pero, al fin, postizo.
-Tiene razón -se atrevió a decir el Obispo, a quien todavía engañaba el aturdimiento postizo de la del Banco-, tiene razón esa loquilla.
-Efectivamente, se habla mucho en esos libros de matrimonios que, después de arañarse por resentimientos apenas verosímiles en imberbe enamorado, se reconcilian con un vestido de baile, con una comida au Rocher de Cancal, o con una cena en el Café Inglés, hay allí mujeres que «se aterran» porque dice la modista, al probarles un corsé, que les ha crecido el perímetro de la cintura media pulgada, maridos que se amoscan porque sus mujeres aluden con demasiada frecuencia al reciente desarrollo de sus estómagos, esposas que se arrepienten de serlo porque sus maridos tienen un diente postizo, pero que, al cabo, se consuelan sabiendo que hay esposos de sus amigas que toman rapé.
-Son las once, y falta media casa por arreglar, pero ¡ya se ve!, levantándose a las ocho y tardando hora y media en emperejilar un moño postizo y cuatro pingos de moco.
Pues bien: hallándose reunidos todos los enumerados y otros muchos elementos por el estilo, estando, como si dijéramos, en pleno la reunión, fue cuando aparecieron en ella nuestros conocidos: radiante de satisfacción y de hermosura Isabel, descompuesta y febril la marquesa, en babia su marido, y hecho un mártir Ramón en su postizo traje de etiqueta.

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