Ejemplos con postizas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Band y posteriormente otro llamado Dentaduras Postizas.
De acuerdo con la Academia Americana de Prostodoncistas de Implantes, el uso de los mismos supone ciertas ventajas frente a las dentaduras postizas, pues los implantes ayudan a: reducir el movimiento de las dentaduras postizas, los puentes y/o las coronas, facilitar la masticación adecuada, brindar soporte y estabilidad mejorada para las dentaduras postizas removibles o los puentes fijos, acercarse a la sensación de dientes naturales de un modo mejor que con las dentaduras postizas, promover la autoestima ya que el habla y la apariencia a menudo mejoran.
Asimismo, tiene una textura más fuerte que la de otras manzanas verdes, provocando problemas a personas con dentaduras postizas.
Tuvo que usar dentaduras postizas.
Adaptándose a las modas, fue vestida con amplios ropajes en el siglo XVIII, para lo cual le fueron mutiladas algunas partes secundarias, y se le añadieron unas manos postizas, creando así una imagen de caballete.
Las hileras de botones de filigrana brillaban en las mangas postizas del jubón.
Para ellos son del todo inútiles cuantas prendas más o menos postizas usa la humanidad para encubrir sus vicios, y lo mismo el santo rubor que la falsa hipocresía, el noble decoro que la falaz preocupación, les provocan la carcajada de extrañeza que causó a Cetewayo, destronado rey de los zulús, la camisa que le ofrecían sus vencedores ingleses.
La verdad es que todo esto, doña Nieves y las placeras sus amigas, las mujeres de equívoca decencia que iban allí acompañadas de madres postizas, el mozo y sus familiaridades, el pianista y sus habaneras, aburrían a Juan Pablo soberanamente.
-Suplicaros sane de un corrimiento que a las narices me viene, porque las tengo postizas y me ocupa mucho entrarme tan a menudo en un portal a limpiarlas, y podéis dármele en otra parte, cuando la merced no me hagáis cumplida.
¡Dichoso tiempo el nuestro en que campean no sólo dientes sino hasta mandíbulas postizas! Si no recuerdo mal, Garcilaso, que conoció y trató a Villacastín, cuenta lo de la pedrada.
Si sentís anhelo de llegar a una difícil y escabrosa altura, no os fiéis de las alas postizas.
En todas estas damas subsiste aún la esencia de la mujer cordobesa, pero sería menester ahondar y penetrar demasiado para descubrir esa esencia al través de tantos aditamentos extraños y de tantas exterioridades postizas.

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