Ejemplos con desventuradas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

LAS ISLAS DESVENTURADAS Jaime Rivera Marfán * Antecedentes.
Ya las pobres desventuradas habían sido molidas a puntapiés y latigazos en el gran vestíbulo.
Los ojos de las cuarenta mil desventuradas mujeres, mudas e inmóviles, se clavaban en ella.
Pero ¿no era posible que después de concluir con las seis desventuradas niñas la emprendiese con la séptima, por lo mismo que a nadie conocía ni en remilgos se paraba?.
Y sabía también que, no obstante que en apariencia la obra política del rebelde absorbía toda su actividad, todavía disponía de tiempo para llevar una existencia llena de aventuras galantes, pasando de un amor a otro, recompensando con el dolor del abandono y la traición a las desventuradas incapaces de resistir a sus seducciones.
Quijote tendido en tierra después de cualquiera de sus desventuradas aventuras.
Su carácter difería mucho del de Monsalud, y, sin embargo se juntaban ambos jóvenes con sumo gusto para charlar y referirse sus respectivas desventuradas aventuras.
De nuevo se admiraron padre y hijo de las entremetidas razones de don Quijote, ya discretas y ya disparatadas, y del tema y tesón que llevaba de acudir de todo en todo a la busca de sus desventuradas aventuras, que las tenía por fin y blanco de sus deseos.
Hacía a aquellas desventuradas mujeres tantas molestias, y tanto las hurtaba sus dineros, que después de haberle preso muchas veces por ello, viendo que no se enmendaba, le dio por su dinero un verdugo zurdo docientos azotes derechos Digo por su dinero porque después pagan la caridad, y si no hay con qué, dejan o ropilla o calzón o herreruelo en prenda.
Sólo respira fiereza y ardimiento, pensó Matilde interiormente, y es en vano hablar a ese corazón de más blandas y afectuosas impresiones: un funesto deseo de fama lo domina, deseo que acaso algún día hará derramar lágrimas amargas a mi anciano bienhechor, y cubrirá de luto nuestras desventuradas familias.
pasear tres días, por el mundo^ á las desventuradas doncellas.
! ¡Éste, éste es lo que llamamos sencillamente mal sino del país! Que así como hay criaturas cuya propia hermosura hace desventuradas, puede decirse que hay pueblos destinados también a eterno infortunio, siendo quizá causa de esto la apacible suavidad de su clima, el mimoso calor de su sol, la belleza incomparable de su suelo.
Y sin embargo, si ella lo hubiera querido habría cambiado su situación por el lujo y la opulencia, poniendo como otras desventuradas en subasta sus encantos.
Cuando ya se hubo desahogado cumplidamente, como advirtiese que su madre iba a dirigirle la palabra, llamando la atención de los Volscos más principales, prestó oídos a Volumnia, que habló de esta manera: “Puedes echar de ver ¡oh hijo!, aun cuando nosotras no lo digamos, coligiéndolo del vestido y de los semblantes, a qué punto de retiro y soledad nos ha traído tu destierro, reflexiona después cómo somos entre todas las mujeres las más desventuradas, puesto que nuestra mala suerte ha hecho que el encuentro, para otras más delicioso, sea para nosotras el más terrible, para mí viendo a un hijo, y para ésta viendo a un marido que amenaza con destrucción a los muros de la patria, y que lo que es para los demás un consuelo en todos sus infortunios y desgracias, que es el orar a los Dioses, sea para nosotras objeto de mucha duda, porque no nos es posible pedir a un mismo tiempo que la patria venza y que tú quedes salvo, sino que nuestros votos se han de parecer a lo que por maldición pudiera desearnos nuestro mayor enemigo, forzoso es que o de la patria o de ti vengan a quedar privados tu mujer y tus hijos.
¡Ambas eran en aquel instante más desventuradas y pobres que nunca!.
Su vecina, que era mujer de años y de experiencia, adivinó en el rostro de Joaquina lo que pasaba, y trató de hacer un esfuerzo supremo para proporcionar una madre a las desventuradas niñas, que tanto habían llorado por no tenerla.
Pero, ¿no era posible que después de concluir con las seis desventuradas niñas la emprendiese con la séptima, por lo mismo que a nadie conocía ni en remilgos se paraba?.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba