Ejemplos con delante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable.
Saltar Diana ,- delante de ,- Platero poner las orejas en punta ,- rodar sobre la hierba.
Tú irás delante conmigo, que seré Gaspar y llevaré unas barbas blancas de estopa, y llevarás, como un delantal, la bandera de Colombia, que he traído de casa de mi tío, el cónsul.
Ir delante ,- llevar Gaspar barbas de estopa ,- una bandera.
Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás, cojeando todavía y dándome suaves topadas en la espalda.
Bien penetrada de esta verdad, Juana la sintió en su alma, como un toro siente en el morrillo el primer par de banderillas, hízose más áspera y brutal que de costumbre, y se prometió arrollar cuanto hallara por delante, creyendo demostrar así, mejor que con dulzura y sencillez, que era tan digna como la más encopetada de ocupar el puesto que no se le concedía.
Pero los tiempos andan tales, y crece tanto la depravación del gusto, que empieza a ser ya deber de conciencia en todo el que clara u obscuramente profesa algún género de magisterio literario, alzar la voz cuando una obra maestra aparece, y llamar la atención del vulgo circunstante, para que no pase de largo por delante de ella, y se guarde de confundirla con el fárrago de producciones insulsas y baladíes que son actualmente el oprobio de nuestras prensas.
Entre los más breves no se sabe cuál escoger, porque todo es oro acendrado y de ley: yo pongo delante de todos.
Recibiéronle los seis sombrero en mano, alargó don Simón la suya a cada uno, con el aditamento de afectuosa sonrisa, y abriéndole después ancha y respetuosa calle, obligáronle a pasar, delante, al comedor, donde había una mesa preparada para docena y media de convidados, y hasta doce nuevos personajes envueltos en burdas capas, que, al ver entrar al candidato, se levantaron y se descubrieron.
Cabalmente tiene usted delante al mejor amigo del regente de la Audiencia.
Estaban los viajeros delante de la casa del hidalgo.
Firme ya en su propósito, comenzó a estudiar su papel, escribiendo a ratos y buscando en otros los gabinetes más solitarios de la casa, para manotear a su gusto y ensayar posturas interesantes delante de un espejo y detrás de una silla, en cuyo respaldo apoyaba sus manos para imitar en lo posible la posición que ocuparía en el Congreso el día en que hablara.
Mire usted, doña Regustiana, que al ver cómo despachaban cuanto había por delante, y al no conocer lo principal y regalona que era aquella gente, cualisquiera creería que mucha de ella había venido a mi casa a matar el hambre.
No quiso ella pasar delante, y hube de hacerlo yo.
¿Cómo me atreveré a presentarme delante de él? Lo sabrá todo ya.
Felicita encendió una gran iluminación delante de la imagen.
El alocado don Pedrito tiene por delante un hermoso porvenir.
Delante de sus mesmas narices, en la mesa y sobre su plato.
En nuestra caminata arriba y abajo pasábamos por delante de una garita que me llamaba la atención, porque tenía encima un rótulo, para mí enigmático: Lampistería.
A poco de salir Felicita, cruzó, por delante de las puertas de la zapatería, don Anselmo Novillo, con solemnidad de hombre corpulento, machucho y poseído de su elegancia.
Como cosa de veinte pasos delante de mí iba Fidel, conduciendo una gran bandeja, cubierta con un mantelillo.
El sabio se ha dejado colocar, como caballo que va de jornada, orejeras a entrambas sienes, por no ver sino lo que tiene delante de las narices.
Iba avanzando lentamente, con pasos firmes, pero con el cayado por delante tanteando el terreno.
Delante de él iba sonando en la lobreguez un chapoteo sordo, como si un perro huyese acequia abajo.
Y allá fué otra vez, trotando y tirando del ronzal delante del pobre caballo, cada vez más aburrido de tantos paseos.
Después se presentaba el tío caminando con seguridad por aquella tierra conocida, pero con el cayado por delante, único auxilio de sus moribundos ojos.
Temiendo a las compañeras que seguían su mismo camino, entreteníase en la fábrica algún tiempo, dejándolas salir delante como una tromba, de la que partían escandalosas risotadas, aleteos de faldas, atrevidos dicharachos y olor de salud, de miembros ásperos y duros.
Y moviendo su herramienta de un lado a otro, buscaba sitio para herir, evitando las manos flacas y desesperadas que se le ponían delante.
¿Eso que tenemos delante es el ? ¿Pero dónde están esos lirios, hombre de Dios? Yo no veo más que piedras y yerba descolorida.
Ya sé que tenemos delante a uno de los jóvenes más eminentes de la España moderna, a un hombre que sería capaz de transformar en riquísimas comarcas nuestras áridas estepas.

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