Ejemplos con calmaron

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al conocerse la noticia de ambos movimientos y sus propósitos, rápidamente los estados de ánimos se calmaron tras una inicial preocupación, y se celebró la victoria total de las ideas patrióticas.
Las aguas se calmaron cuando una copia del álbum se filtró ilegalmente en las redes de intercambio de archivos, anticipando el lanzamiento dos semanas.
Las compañeras, al ver aquello, se alborotaron, sin que llegaran las cosas a mayores gracias a que los ánimos se calmaron a tiempo.
Durante una misión mataron a sus compañeros por comida, y se calmaron después de hacerlo.
Todos entendieron y se calmaron, Toph agrega que Appa está afuera en lo que Aang va y lo saluda.
Se calmaron un tanto y cesaron en su disputa.
El cariño y la jovialidad de Estévanez me calmaron, dando a mis sentimientos una dirección apacible.
Arrojose en el lecho, de cara contra las almohadas, y clavándose los dedos en el cráneo, no se calmaron sus ansias terribles hasta que no hubo echado en lágrimas parte del dolor que el alma le obstruía.
Al punto comprendí que la salida de la Corte motivaba tal reunión de gente, y se calmaron mis súbitas inquietudes.
Cuando me quedé solo, medité largo rato sobre mi suerte, y si en un momento me dejé arrebatar por la más amarga desesperación, luego con elevar a Dios mis pensamientos, se calmaron un tanto las borrascas de mi espíritu.
Después de esta breve conferencia no se disiparon las confesiones ni se calmaron las ansias del insigne Cordero, antes bien, se dio a cavilar más en el silencio de la noche, buscando entre sus recuerdos alguna sentencia del ginebrino que iluminase un poco sus tenebrosos pensamientos, pero Juan Jacobo no decía nada, y hasta de su querido filósofo y consejero se vio desamparado en tan tristes horas el hombre más bondadoso que por aquellos tiempos existía en el mundo.
Al perdonarlos la generosa Junta general les tenía preparada su fuga para Gijón, pero al grito de ¡que se marchan los traidores! fueron otra vez encarcelados y después llevados al campo de San Francisco, donde atados con el conde del Pinar y Melendez Valdés a cuatro árboles cercanos al CARBAYÓN, hubiera sido víctimas de los bisoños e inquietos soldados del regimiento de Castropol y de las gentes del pueblo a no mediar el canónigo Ahumada, el Cabildo y algunos frailes franciscanos que, trayendo en procesión de la catedral el Sacramento, calmaron los irritados ánimos de los patriotas que concedieron el perdon que se les pedía en nombre del Dios de misericordia.
Las palabras del conde Arnaldo habían herido la fantasía, habían exaltado las pasiones marciales y violentas, pero hablando las del caballero del Cisne a la sana razón calmaron el volcánico movimiento causado por las primeras, en fuerza de blanda y flexible elocuencia, al propio tiempo dotada de un espíritu de claridad y convicción.
Cuando el rey estaba sumamente complacido con este diseño, aves en inmenso número y de toda especie acudieron repentinamente a aquel sitio a manera de nube y no dejaron ni señal siquiera de la harina, de manera que Alejandro concibió pesadumbre con este agüero, pero los adivinos le calmaron diciéndole que la ciudad que trataba de fundar abundaría de todo y daría el sustento a hombres de diferentes naciones, con lo que dio orden a sus encargados para que pusieran mano a la obra, y él emprendió viaje al templo de Amón.
Sin embargo cesó el canto, reinó por algunos instantes el más profundo silencio, y se calmaron poco a poco aquellos bárbaros continentes, recobrando cada uno el carácter que le era propio.
Pasado un rato se calmaron mis irritados nervios.
Cuando se calmaron un poco le interrogaron acerca de lo que había acaecido, y les contó él la cosa desde el principio hasta el fin, pero no hay para qué repetirla.
Arrojose en el lecho, de cara contra las almohadas, y clavándose los dedos en el cráneo, no se calmaron sus ansias terribles hasta que no hubo echado en lágrimas parte del dolor que el alma le obstruía.
Del propio modo me trataron durante tres días, sin que nadie me interrogase ni me dirigiera ninguna pregunta, y no dejaban que careciese de nada, cuidándome con mucho esmero, hasta que recobré completamente las fuerzas, y mi alma y mi corazón se calmaron v refrescaron.
Sin embargo, los transportes de los dos amantes se calmaron.

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