Ejemplos con calmase

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Aquel desafío seguramente iba a levantar mucho ruido, los periódicos hablarían, las autoridades acaso hicieran averiguaciones: nada más oportuno que mantenerse alejado hasta que la marejada se calmase.
Era de no acabar de oírle, y tenerle que rogar que se calmase, cuando con aquel lenguaje pintoresco y desembarazado recordaba, no sin su buena cerrazón de truenos y relámpagos y unas amenazas grandes como torres, los bellacos oficios de tal o de cual marquesa, que auxiliando ligerezas ajenas querían hacer, por lo comunes, menos culpables las propias, o tal historia de un capitán de guardias, que pareció bien en la corte con su ruda belleza de montañés y su cabello abundante y alborotado, y apenas entrevió su buena fortuna tomó prestados unos dineros, con que enrizarse, en lo del peluquero la cabellera, y en lo del sastre vestir de paño bueno, y en lo del calzador comprarse unos botitos, con que estar galán en la hora en que debía ir a palacio, donde al volver el capitán con estas donosuras, pareció tan feo y presumido que en poco estuvo que perdiese algo más que la capitanía.
Tuvo Fernanda que decir también , , para que el caballero se calmase.
Bastaron estas tiernas declaraciones, que del corazón le salían en hermoso torrente, para que yo me calmase de aquel estado de malquerencia y enojo de todas las cosas.
Al poco rato, como si la presencia de un extraño calmase su furia, aplacó los gritos, y no hacía más que sacudir la campana, diciendo por lo bajo: Este Bodega me va a quitar a mí la vida.
Largo rato vagó por el pueblo, recorriendo de punta a punta su calle única, empinada y fangosa, sin que con el desgaste de la energía muscular se calmase la vivísima agitación que le dominaba.
Aguardó Calpena a que el golpe de tos se calmase, y cuando hubo pasado, aún tuvo que esperar más tiempo, porque el infeliz tísico se quedó un rato sin respiración, los ojos inyectados, la frente sudorosa, las manos trémulas.
Al poco rato, como si la presencia de un extraño calmase su furia, aplacó los gritos, y no hacía más que sacudir la campana, diciendo por lo bajo: «Este Bodega me va a quitar a mí la vida».
Después que hubo de este modo desahogado su furor, Habinas lo conjuró para que se calmase: -Nadie, dijo, está exento entre nosotros de pecar,.
Acababa de salir cuando uno de los nuevos sirvientes de Eumolpo me dijo que el amo estaba furioso porque yo no había hecho mi servicio en los dos últimos días, y me aconsejó que buscase alguna excusa plausible, pues de no, era muy dudoso que se calmase su cólera antes de haberme hecho azotar.

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