Ejemplos con calmo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Al igual que la mayoría de los perros de pastoreo, el komondor es un perro calmo y tranquilo siempre que la situación sea normal.
En caso de mar calmo su efecto persiste por horas.
Poco después, Homer lleva a su familia a dar un paseo en bote por el mar calmo de Florida, pero accidentalmente golpean con el barco y matan al Capitán Jack, un cocodrilo que era el emblema de esa parte de la ciudad.
En contraste, luego, maneja hacia el Hospital Mental Bosque Calmo para recibir terapia.
Una caricatura de John Swartzwelder puede ser vista tras la puerta de una de las habitaciones del Sanatorio Mental Bosque Calmo.
Seshin, en cambio, se le muestra hablando y gesticulando, como en mitad de una conversación, con una actitud extrovertida, opuesta al calmo de Muchaku.
A los casi cuatro kilómetros de playa, en los cuales se desarrolla una abundante pesca, principalmente de merluza y jaibas, el balneario de Bucalemu posee un mar calmo con una especie de pozón que es la principal atracción turística del lugar.
El bar en sí tenía un aspecto exótico: una pequeña alberca a un lado del conjunto, rocas y palmeras alrededor, un ambiente calmo y relajado.
Esta playa es de arena fina, oscura y mar calmo.
El conejo negro salvaje es el primo de Bodoque y al verlo, Josefo se calmo, cosa que no que se suponía nadie podía hacer.
Con un sonido mucho menos complejo y más calmo que su legendaria banda Stereolab, Monade se podría definir como un rock cálido, de fácil escucha, que se destaca por las dulces melodías y la mezcla de varios ritmos y tiempos en una misma canción.
De este modo te voy infiltrando las ideas sanas, te adormezco en el , calmo tus locas ansiedades, te reconcilio con el mundo en que estás destinado a vivir, y voy poquito a poco restableciendo en ti el equilibrio de humores, y templando, hasta ponerlas en el son debido, las harto tirantes o harto flojas cuerdas de tus nervios.
—¡No me calmo! ¡Estoy harto de padecer! ¡Miren cómo me ha puesto de frescas ese escribientillo, sólo porque dije que el Niño Jesus es de madera!—¡Pues de madera es! ¡Y, si en lugar de una cruz de plata, hubiesen puesto una púa de hierro a la que lleva en la mano, tendríamos al convertido en un trompo!.
Usando de la inalienable facultad que me dan mi título de ciudadano y de mi interés de hombre, y razonando sin pasión así como sin debilidad, austero como mi derecho, calmo como mis pensamientos, diré:.

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