Ejemplos con andares

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Para conseguir sus andares de persona con pies planos, le quitó a sus zapatos,normalmente del ejército, los talones.
Denominado Movimiento a la Rienda Parcial que se llevará a efecto en todos los Rodeos Oficiales, cualquiera sea su categoría, que no están comprendidos en el Sistema A y constará de las siguientes pruebas: Andares, Troya, Volapié, Vueltas Sobre Parado y Montar y Desmontar.
Las pruebas que comprende el Sistema A son Andares, Entrada de Patas y Parar, Troya, Ocho, Volapié, Vueltas Sobre Parado, Desmontar y Montar y Retroceso.
Toda una fusión de elegancia, señorío, buen gusto, distinción y andares de reina.
¡Y qué mujer! Curtida, hermosa, de perfil moreno, porte señoril, andares cadenciosos de gran señora.
Esa señora que entra retrasada, tan alta y buena moza, es una chilena, ¡Qué mujer!, ¿eh, Ojeda? ¡Qué cuello, qué andares de reina, qué brillantes! Pero no hay ilusiones posibles.
Mi amigo Cárceles, que se empeñaba en hacer de mí una figura heroica, me metió casi a empujones en el, vapor de madera, inválido y de perezosos andares, el cual iba como transporte llevando gente de desembarco ganosa de probar en una plaza rica la fortaleza de su brazo y el largor de sus uñas.
Conocíale yo de vista y no dejaba de admirar su corpulenta figura, su pulida ropa, la mirada de protección y los andares majestuosos que centuplicaban su indudable importancia.
¡qué talle flexible y pegadizo, imitador de la serpiente en sus ondulaciones, y qué cuerpo, en fin, imitador de la gacela en su agilidad voladora! ¡Vaya unos andares y un revuelo de hurí, como las que cantan y retozan en el paraíso musulmán!.
Una tarde, viéndole venir sofocado a deshora, entrar en su cuarto y salir al punto llevándose bajo el brazo un rimero de papeles, extrañó tal conducta, contraria a sus hábitos metódicos y a la parsimoniosa lentitud de sus movimientos y andares.
Es aquel mi sitio de peregrinación, y a él acudo por devota costumbre, o por impensado rumbo de mis andares.
¡Qué precioso! Ahí vienen Sombrerito Chico y El Pajel, con unos andares.
La gallarda moza, más que tabernera y menos que fondista, suelta de andares, rubicunda de rostro, apretada de carnes, viene o va, conforme la llaman o despiden los jugadores, trayendo o llevando las cartas y fichas, el vaso de cerveza, la copa de licor.
Es un excelente majadero este don Venancio el fastuoso, indiano retirado, almibaradísimo en el hablar, grotesco de andares y de modales, resplandeciente de joyas y febril por casarse con cualquiera.
«Vaya un postín de mujer, y vaya unos andares, y vaya un mo de pisar, y vaya unos clisos que son dos ventanales, y vaya una boca que parece jechita con un punzón, y vaya un pechito de órdago y vaya una caera de chipé, y vaya un talle que es un torzal, y.
-Y oye, tú, ¿quién es esa agachaora que ha puesto medio tarumba al mozo más juncal de los que aquí presumen de güen perfil y de andares pintureros?.
¡qué talle flexible y pegadizo, imitador de la serpiente en sus ondulaciones, y qué cuerpo, en fin, imitador de la gacela en su agilidad voladora! ¡Vaya unos andares y un revuelo de hurí, como las que cantan y retozan en el paraíso musulmán!.
Sorprendidos los porteros de verla partir con andares y viveza tan contrarios al encogimiento señoritil, salieron a la puerta para ver qué dirección tomaba.
Hizo el cuerpo de proporciones discretas, ni largo ni corto, el talle esbelto, los andares graciosos, el pecho lozano.
Califa la cogió de la mano, y velada de aquel modo la introdujo en la sala, emocionándose los circunstantes a la vista de sus andares reales.
-Pero -continuó Antonio sin parar mientes, al parecer, en lo que aquél le decía si no le parece a usté tan fea después de mirarla bien, usté paga las dos de la Pastora y usté será, cuando llegue el momento, el encargao de dir a peir a la Ángeles pa su mejor amigo de usté, el mozo que más presume de güen perfil y de andares pintureros.
Ventura Miedes de alta estatura que rara vez se veía derecha, sin ningún aire ni garbo, vestía en invierno y verano un cumplido levitón que le hacía más enjuto, y en sus andares iba siempre tan desaplomado como si fuera movido del viento más que de su propia voluntad.
Alta, rubia, esbelta sin llegar a la delgadez, tiene en sus andares gentileza, melancolías de leyenda en el azul de sus grandes ojos, transparencias provocativas en los ventanillos de su griega nariz, ansias de amor en los bermejos labios, en la sonrisa, luz, en el talle, languideces románticas.
El Hereje pasa por cerca de la cruz, calada la boina, rápidos los andares, amargo el gesto de la boca.
Matías me parecía otro, y su habla y sus dichos, sus maneras y hasta sus andares, no eran los del clérigo seguntino austero y grave, con menos gracia que marrullería, siempre dentro del correcto formulario de nuestra encogida sociedad eclesiástica.
Estando yo aún en aquella perplejidad, se alzó un cortinaje de seda que ocultaba una parte de la sala, y vi a diez jóvenes arrebatadoras, y de talle frágil y andares exquisitos, llevando antorchas unas y las otras pebeteros de oro, donde ardían nardo y áloe de la mejor calidad.
Miraban a María Luisa y a Rafaela con arrobamiento, asombradas del lindo talle de la segunda, del aire garboso de la primera, a pesar de su embarazo de cinco meses, admiraban su ropa, su aire de soltura y elegancia, los andares, el habla fácil y descarada con airosas cadencias, la gracia del reír, y la movilidad de expresión en sus bellas facciones.
Un harapo rojo, sujeto a sus caderas, presume de falda y ondea al vaivén de sus andares.
Ese algo estaba envuelto en una capa, y D'Artagnan creyó al principio que era un hombre, pero por la pequeñez de la talla, por la incertidumbre de los andares, por el embarazo del paso, pronto reconoció a una mujer.
Claro, se acercaba Nochebuena, y, además, habían salido de la cámara -por primera vez en todo el viaje- unas niñas cubanas con trenzas de color rubio melancólico y andares de paloma.

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