Ejemplos con andariego

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El europeo comenzó su destino andariego enseñando el idioma en el Berlitz School of Languages, donde fue director en Santiago.
Fundamentalmente, un paisa auténtico posee un espíritu productivo, ahorrativo, emprendedor y andariego.
En la ciudad castellana publicó Vida del poeta y La vida misma, y creó el personaje de Mambruno andariego y soñador de sus libros de prosa poética, como Historia en el Sur, Memorias de Mambruno y Papeles póstumos de Mambruno.
Con un total de cuatro producciones discográficas dentro de las cuales destacan piezas como tu y yo, el andariego y esclavo y amola Rondalla De Guadalupe ha logrado mantenerse dentro del gusto de su publico por veinte años.
¡Una verdadera calaverada, de la que hablarían mucho tiempo las gentes allá en Ibiza! Él había sido siempre andariego y atrevido: resabios del tiempo en que fue soldado.
¡Valiente pillo estás! ¿No te da vergüenza de ser tan loquinario y tan andariego?.
Guárdate de ese Ansúrez andariego, que es, entre ellos, el verdaderamente peligroso.
Algunos años adelante, mejor, uno o dos después de la caída del segundo breve período constitucional, en que quedó establecido el estado de sitio de la Isla de Cuba y Capitán General de la misma don Francisco Dionisio Vives, solía verse por las calles del barrio del Ángel una muchacha de unos once a doce años de edad, quien, ya por su hábito andariego, ya por otras circunstancias de que hablaremos enseguida, llamaba la atención general.
ficieron muchos malheficios é los de Zalacaín quemaron vivo al senyor de Sant Pedro en una pelea que ovyeron en el llano del Somo é porque no dexo fijo el dicho senyor de Sant Pedro casaron una su fija con Martín López de Zalacaín, home muy andariego.
Emprender tarea tan colosal, llena de una erudición verdaderamente inmensa, como es un Diccionario crítico, alegando autoridades casi siempre bien elegidas ó interpretadas, un estudiante obscuro, pobre y andariego, en un pueblo como Cabeza del Buey, rodeado de circunstancias melodramáticas, juguete de pasiones antitéticas, alternando los más profundos estudios con las más rudas labores campesinas y los fáciles galanteos, es, en verdad, prueba de un carácter quijotesco ó inspira profunda compasión hacia la débil naturaleza humana.
Valiente y audaz, tanto por el tronco de sus antepasados indios cuanto por la rama de los aventureros españoles en él injertada, tan jinete y andariego como los primeros, pero con un cariño a ese suelo donde había nacido, que ignoraban los que lo habían conquistado, pronto lo reclamó por suyo, y declarándose independiente, obligó a todos a reconocer la soberanía de la Argentina, la nueva patria creada por él, y a quien entregó los vastos dominios recuperados.
las comprendí mejor: ellas eran el hogar andariego.
Nace uno andariego en la Pampa, como nace marino el isleño.
Claro es que, en este mundo, cada hombre necesita un tirador, para el gaucho andariego, es la caja de seguridad, donde conserva todo lo que posee de mayor precio: es el cinturón que detiene las puntas del chiripá y sirve de asiento al cuchillo, en sus tres o cuatro bolsillos, se resguarda el boleto de la marca, para evitar tropiezos en el camino, cuando se va de viaje, arreando la tropilla, y el boleto de la señal de las ovejas, con la papeleta de guardia nacional, el papel de pitar y los pesitos que, por casualidad, y por poco tiempo, hay que encerrar.
-«¡Ginebra! ¡Gaucho! ¡Haragán!» gritan los muchachos, picaneando, y da la casualidad que justamente, en este momento, pasan frente a la casa, en cuyo umbral, sentado descansadamente, un gaucho andariego, sin trabajo y sin ganas de hallarlo, está por echarse un trago al buche, y, medio sorprendido, endereza el porrón y mira, frunciendo las cejas, a don Giuseppe, su huésped, que sonriente, y sin dejar la herramienta que está afilando, le dice.
Por el modo intuitivo de dirigir su observación, como a favor de una aguja magnética que llevase dentro del alma, por la manera de guardar su libertad, y de palpar para creer lo que está escrito, y de tomar por la senda desusada, y de detenerse allí donde se ha convenido que no hay cosa que ver, el viajero de instinto es siempre el caminante, el andariego, el vagabundo.
El pobre irracional avanzaba, y yo, desde lo más entero de mi ser hasta mis dedos trabajados, pasando quizá por las mismas riendas asidas, por las orejas atentas del cuadrúpedo y volviendo por el golpeteo de los cascos que fingían danzar en el mismo sitio, en misterioso escarceo tanteador de la ruta y lo desconocido, lloraba por mi madre que, muerta dos años antes, ya no habría de aguardar ahora el retorno del hijo descarriado y andariego.
andariego bejuco de hojas lanudas y calabacitas amarillentas.
¡Valiente pillo estás! ¿No te da vergüenza de ser tan loquinario y tan andariego?.
Guárdate de ese Ansúrez andariego, que es, entre ellos, el verdaderamente peligroso.
Nombres verbales son los que nacen de verbos, como: de andar, ''andador, andadura, andadero, andariego'': de correr, ''corredor, correduría, corrimiento'': de hacer, ''hacedor, hacedero, hacimiento, hechura'', y otros semejantes.
Quiso visitarlo todo, cultivos y casas, pesebres y galpones, animales y tambos, montes y praderas, y al ver el resultado de abundancia, de felicidad y de progreso, conseguido en un miserable sobrante de doscientas hectáreas, por el lento esfuerzo de un pobre gaucho, antes andariego, hoy jefe de una familia numerosa de ciudadanos y de productores, tuvo la atormentada visión de lo que sería la República Argentina, si sus antecesores.
Pero sucedió que el Hombre, de costumbres ya más refinadas, menos andariego, menos hambriento, de corazón más sensible, prestándose a escucharlo, trató de expresar cantando, lo que sentía su alma naciente: imitó el canto del Viento entre las pajas de la Pampa.

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