Ejemplos con socorre

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Madre Santa del Redentor, puerta siempre abierta del cielo, estrella del mar, socorre al pueblo que cae y procura levantarse,.
En la vida, nadie ama a nadie, nadie socorre a nadie, nadie comprende a nadie !.
Es beata de ley, socorre a los necesitados, y como tiene más dinero que pesa, a todos atiende: da para el culto, da para que se casen los amancebados, da para los pobres de su casa y de la casa de Uclés, y siempre le queda un buen pico para mandárselo al pobrecito Papa, que está preso, como usted sabe, en su propio palacio convertido en cárcel por esos malditos italianos.
Yo no vacilo en concederle que la virtud humana de la filantropía proviene de la compasión y es por lo tanto egoísmo, pero ¿la virtud divina de la caridad es menos egoísmo en su raíz y fundamento? A fin de no padecer viendo padecer a otro, hago yo, por ejemplo, un acto de filantropía: le hago para ponerme bien conmigo: soy, pues, egoísta, pero el que hace una obra de caridad, por amor de Dios, para ponerse bien con Dios, de quien toda su dicha depende ¿se muestra acaso menos interesado? Todavía se me antoja que vale más el filántropo que el caritativo, porque al cabo es más noble y más bella la condición natural del alma descreída que siente como propias las penas extrañas, y con el propósito de libertarse de estas penas obra el bien, que la condición algo sobrenatural del alma creyente que obra el bien por temor de castigo o con esperanza de galardón y de premio, y no ya por amor del ser miserable a quien socorre y ampara, sino por amor del ser poderoso de quien todo lo espera.
Por eso nos tiene tanta ley doña Guillermina, que siempre que me ve con miseria me socorre, y dice que mientras más mala sea yo más me ha de socorrer.
Señor, ya que estas desgracias son de la cosecha de la caballería, dígame vuestra merced si suceden muy a menudo, o si tienen sus tiempos limitados en que acaecen, porque me parece a mí que a dos cosechas quedaremos inútiles para la tercera, si Dios, por su infinita misericordia, no nos socorre.
Pero veis cómo el piadoso cielo socorre en las mayores necesidades, pues llega don Gaiferos, y, sin mirar si se rasgará o no el rico faldellín, ase della, y mal su grado la hace bajar al suelo, y luego, de un brinco, la pone sobre las ancas de su caballo, a horcajadas como hombre, y la manda que se tenga fuertemente y le eche los brazos por las espaldas, de modo que los cruce en el pecho, porque no se caiga, a causa que no estaba la señora Melisendra acostumbrada a semejantes caballerías.
¡Arma, arma, señor gobernador, arma!, que han entrado infinitos enemigos en la ínsula, y somos perdidos si vuestra industria y valor no nos socorre.
-Desde hace dos meses soy secretario de una sociedad de socorros mutuos, fundada por un pillastre que se socorre a sí mismo.
-Eso será -repuso la tía Manuela-, porque mira, Miguel, gansos no, tan cierta estoy de que si nuestra reina los hubiese visto nos socorre, como cierta estoy que nos alumbra el sol.
En fin, bendita sea si me socorre.
-Porque hay avispas que pican, ¡ay!, hasta cuando se las socorre.
no los socorre como el valiente borgoñón don Claudio San Mauricio, el caballero que.
No cabe artificio donde apenas la advertencia socorre la facilidad del concebir, donde no hay lugar para discurrir, y la felicidad del ofrecerse, donde no hubo tiempo para pensarse, ayúdase del señorío contra el ahogo y del despejo contra la turbación, y con esto, muy señora la prontitud de la dificultad y de sí misma, no llega, ve y vence, sino que vence, y después ve y llega.
¿Quién me socorre?.
::¡Ay de mí! ¡Nadie me socorre en mi desventura! ¡Y cada vez son más intensos mis males y más dificil su remedio!.
pues la dicha nos socorre.
si la piedad de Dios no los socorre.

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