Ejemplos con santas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La tía de Febrer sólo se acordaba de él para lamentarse de su mal fin y alabar la justicia del Señor, que castiga a los que caminan por malos senderos y se apartan de las santas tradiciones de la familia.
¡Por Dios y por el Rey! Ortega fue fusilado en la costa de Cataluña al fracasar su desembarco carlista, y la Papisa se quedó en Mallorca, pronta a dar su dinero para nuevas empresas santas.
Segundo: que aun en el caso de ser ciertos los risueños cálculos del presidente, la fe de un pueblo católico, las santas tradiciones, las exigencias del culto divino, el respeto al derecho de los demás y a la ley común, exigían que no se procediese tan de ligero en un asunto tan grave, siquiera porque no se dijese por algún malicioso que se obedecía a un más bien que al rigor de una apremiante necesidad.
La de Belarmino, como ustedes no ignoran, era de frenético arrebato, se propagaba como fuego, causaba escándalo a los corazones sensibles, inducía al desprecio de las cosas santas y amenazaba provocar mayores daños.
¡Amplia libertad!, ¡juerga general! La celeste chiquillería, sin respeto alguno, salta de nube en nube, se entretiene en deshojar sobre la tierra las guirnaldas de flores que han dejado olvidadas las santas.
Arrepintióse al punto, había oído ella que las cosas santas no deben tirarse, sino quemarse, y volviólo a recoger todo de la misma manera para no tocar la reliquia, y fue a echarla entonces en una chimenea encendida que ardía en un ángulo.
¡Qué rayo de luz hubiera sido aquel lamento del niño para una de esas madres santas y prudentes que estudian y dirigen hasta el más ligero latido del corazón de sus hijos! En él aparecía revelado un noble pundonor, que iba ya camino del orgullo, y una precoz propensión a la venganza, que espera oculta y paciente la hora de devolver desaire por desaire y ofensa por ofensa.
Con el humilde vulgo, allá en los pueblos más cercanos a la naturaleza, en donde había vivido, había acertado a explicarse por tan llano y persuasivo estilo que sus palabras sin arte, santas y sinceras, habían quedado grabadas en los corazones, llevando el convencimiento a las almas.
En su estilo bullen la agitación de un hijo del siglo , la tristeza de un español que no sabe de qué ufanarse, la angustia de un corazón afectuoso que llora sobre todo lo que desaparece, que en clama por el hogar, en se resuelve contra esta vida de hotel que vamos adoptando, gimiendo sobre los muebles profanados o las reliquias santas, vendidas al peso, y en el conduélese viendo desaparecer los varios caracteres, trages y costumbres de las provincias.
Estaba rendida y no veía las santas horas de dar con sus fatigadas carnes en la cama.
El pobre chico no veía las santas horas de que llegase el día para saber por ella pormenores de la conferencia.
Dichas otras cuantas bromas, retiráronse las dos santas fundadoras, dejando al hereje con su médico.
Hay que guardar en todo caso las santas apariencias, y tributar a la sociedad ese culto externo sin el cual volveríamos al estado salvaje.
¡Dios tenga compasión de mí! Y el diablo cargue con estas santas cursis, con estas fundadoras de establecimientos que no sirven para nada.
¡Vaya unos santos más mal hechos y unas santas más flacuchas y sin forma humana!, ¡unas columnas más toscamente esculpidas! Sería de ver a alguno de estos sabios que escudriñan el de un monumento religioso, consagrándose a la tarea de demostrar a don Pedro que el pórtico de la Gloria encierra alta poesía y profundo simbolismo.
A ti te conozco y tengo en la misma posesión que él te tiene, que, a no ser así, por menos prendas que las tuyas no había yo de ir contra lo que debo a ser quien soy y contra las santas leyes de la verdadera amistad, ahora por tan poderoso enemigo como el amor por mí rompidas y violadas.
De entre esta tierra estéril, derribada, destos terrones por el suelo echados, las almas santas de tres mil soldados subieron vivas a mejor morada, siendo primero, en vano, ejercitada la fuerza de sus brazos esforzados, hasta que, al fin, de pocos y cansados, dieron la vida al filo de la espada.
Las reprehensiones santas y bien intencionadas otras circunstancias requieren y otros puntos piden: a lo menos, el haberme reprehendido en público y tan ásperamente ha pasado todos los límites de la buena reprehensión, pues las primeras mejor asientan sobre la blandura que sobre la aspereza, y no es bien que, sin tener conocimiento del pecado que se reprehende, llamar al pecador, sin más ni más, mentecato y tonto.

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