Ejemplos con político

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El chalán habla su idioma, el contrabandista el suyo, el suyo también el político, y el artista, y el ferretero, y el soldado y el dentista.
Pero aún no había tomado asiento en el Congreso el flamante político, y ya estaba convencido de una, para él, triste verdad, a saber: que para brillar en Madrid como brillaba en su provincia, no bastaban el caudal del rico negociante y las demás preeminencias que sobre éste habían ido recayendo una tras de otra.
Y para mí, al nombre de Pereda van unidos inseparablemente, no , en las barricadas ni en la oficina de un gobierno político, sino , en su perpetua lucha con los curiales, heredada de tres generaciones, , trincando la estopa y sosteniendo batalla campal con y los de su cuadrilla, a la sombra veneranda del castillo de San Felipe, , examinando gravemente la estampa de y de , tejiendo su red o consolando a las mujeres en la grande del Muelle, , marcados pecho y espalda por la garra de los osos inmolados en sus cacerías.
Nuestra organización social al presente, esto que dicen la sociedad capitalista, es otro ensayo de organización para la felicidad, a base de dos órdenes de actividad, el político y el científico, con menosprecio y preterición de los otros.
En aquel ensayo de organización para la felicidad fueron menospreciados o preteridos los órdenes de actividad consciente distintos del religioso: el científico, el artístico, el político, y muchas veces el moral.
El duque no volverá a encontrar un servidor político tan humilde y, al propio tiempo, tan osado.
Después de media horita, que para Novillo fué una eternidad de inefables congojas, porque se verificaron varios choques meteóricos de miradas, halláronse otra vez par a par el zapatero y el político.
Ya en León, y árbitro de dormir a pierna suelta, no abandonó el señor Joaquín el adquirido vicio, antes lo reforzó con otros nuevos: acostumbrose a beber la obscura infusión en el café más cercano a su domicilio, y a acompañarla con una copa de y con la lectura de un diario político, siempre el mismo, invariable.
Era la antigua vida de horda que surgía en plena civilización, la atávica costumbre de robar el pan y la mujer ajena con las armas en la mano, el celtíbero espíritu de bandería, de lucha intestina que tomaban para resucitar un pretexto político.
Sin embargo, aún necesitó el cristianismo muchos años de propaganda y el apoyo político de los Césares para acabar con él.
Sin él, ¡quién sabe en lo que hubiesen parado las guerras civiles, en este país tan estacionario y tímido ante las reformas! Lo repito: no desconozco este servicio, pero crea usted que las guerras civiles entre la libertad y el absolutismo político no se repetirán, como no podrían reproducirse con éxito las guerrillas de la Independencia.
Fué el caso,responda de la historia el señor alcalde,que mi tía residió en Pluviosilla varios años, a la sazón que mi abuelo desempeñaba allí un importante papel político.
No sé qué mala pasada habré jugado a Alarcon, siendo niños, ignoro si querrá vengarse de algún artículo político mío, siendo hombres, o si intentará desacreditarme para burlarse de mí, siendo viejos, pero es el caso que escribiendo estoy y aún vacilo, pues para honra mía es mucho y para mi autoridad poco, ser yo precisamente designado por él para abrir las puertas del edificio de su ingenio.
día del año, ninguno, ni el de San José, ni el de los Santos Reyes, ni el de año-nuevo, ni el viernes de Dolores, ni antes de emprender un viaje, ni después de un cambio político, ni en vísperas de elecciones, ni al salir de una enfermedad, ni cuando me entran ganas de ser Académico, ni a poco de contraer matrimonio, ni la mañana del estreno de un drama mío, ni al día siguiente de perder mi caudal al juego.
, aquel torero empírico, aquel gran poeta, aquel político consumado.
Era, por añadidura, la época en que la clase media entraba de lleno en el ejercicio de sus funciones, apandando todos los empleos creados por el nuevo sistema político y administrativo, comprando a plazos todas las fincas que habían sido de la Iglesia, constituyéndose en propietaria del suelo y en usufructuaria del presupuesto, absorbiendo en fin los despojos del absolutismo y del clero, y fundando el imperio de la levita.
No estaba conforme con estas ideas Jacinta, pero el respeto que su padre político le inspiraba le quitó el resuello, imposibilitándola de expresar lo mucho y bueno que se le ocurría.
Y como se suscitara un debate político de los más graves, Rubín se puso de parte de los que defendían la tesis más razonable, conciliadora y templada.
Su plan de conducta era muy político contemporizar, contemporizar mientras se pudiera, apurar hasta lo último el espíritu conciliador, y cuando se cargara de razón, levantar el palo y deslomar a todo el que se desmandase Mucho respeto a las instituciones sobre que descansa el orden social.

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