Ejemplos con india

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Con cerca de la mitad de la población por debajo de la línea de la pobreza, Bangladesh posee el índice de pobreza más alta del sureste asiático y el tercero en el mundo, por detrás de la India y China.
Se presume que mercaderes portugueses la introdujeron en el Lejano Oriente, junto con la castaña de Cajú, donde se adaptó en la India, las Filipinas, Samoa, Sri Lanka y la China, aunque su uso en esta región es más usualmente ornamental.
Habita exclusivamente en algunas áreas boscosas de la India y Nepal,esta muy distribuido a lo largo de toda su gama,prefieren los bosques abiertos y rara vez se considera, en la espesa cubierta golpea a la primera señal de peligro,T.
Cuentos inspirados en las tradiciones de Egipto, China y la India que son entregados al niño protagonista como un regalo envuelto en papel de China.
Llegó a la india durante la segunda guerra mundial.
Son plantas acuáticas que se encuentran solamente en Australasia y la India.
En muchas partes de Asia, particularmente en la India, Malasia y Singapur la palabra gravy se emplea para referirse a la parte líquida de salsa de un plato.
Toda mi castadijo la más seria y conceptuosaviene de reyes, y en mi casa las camas son de oro y las ropas de seda de la India, y si mi papá gana el pleito que le defiende el papá de ésta, ensanchará la huerta en más de otro tanto, y como soy tan fina por principios, cuando me apesta una niña ordinaria, se lo digo, y al sol.
La civilización procede de la India, pero los pueblos asiáticos no pudieron hacer el aprendizaje de navegantes en unos mares donde las costas están muy lejanas unas de otras y los monzones del Océano Indico soplan seis meses seguidos en una dirección y seis meses en otra.
La India va a sublevarse contra ella y Egipto cree llegado el momento de su emancipación.
Los tiradores negros del centro de África enseñaban sus dientes de marfileña sonrisa a los gigantes bronceados, con grueso turbante blanco, procedentes de la India.
Eran mantelerías con calados sutiles semejantes a telas de araña, pañuelos de seda de tonos feroces que daban a los ojos una sensación de calor, kimonos con aves y ramajes de oro, leves pijamas que parecían confeccionados con papel de fumar, almohadones multicolores como mosaicos, velos blancos o negros recamados de plata que traían a la memoria las viudas trágicas de la India subiendo al son de una marcha fúnebre a la hoguera conyugal.
Cuba es una tumba muy grande que guarda un cadáver más grande que ella: la raza india muerta.
Adela, sí, había trabado amistades con una gruesa india que tenía ciertos privilegios en la casa de la finca, y vivía en otra cercana, donde pasaba Adela buena parte del día, platicando de las costumbres de aquella gente con la resuelta Petrona Revolorio: y no crea la señorita que le converso por servicio, sino porque le he cobrado afición.
Por él pasaba aquella cultura joven y vigorosa, de rápido y asombroso crecimiento, que vencía apenas acababa de nacer: una civilización creada por el entusiasmo religioso del Profeta, que se había asimilado lo mejor del judaismo y la cultura bizantina, llevando además consigo la gran tradición india, los restos de la Persia y mucho de la misteriosa China.
El señor Pulido desplegó las tres falanges de su dedo índice para decir, agitándolo de arriba abajo: ¡Lo dije, lo dije! , y el sesudo diplomático, con la energía de la constancia que no consiste en hacer siempre lo mismo, sino en dirigirse siempre al mismo fin, tomó por otro camino para llegar a su objeto, consolándose con que Napoleón cometió también faltas en la guerra de Rusia, Ciro en la de los Scitas, César en África y Alejandro en la India.
Y como el Padre, sin afectación, por no ser propio de su estado, porque no gustaba de hacer alarde de cosa alguna, no se había mostrado nunca a sus ojos como jinete, doña Luz, sin malicia, empezó primero por cerciorarse de que lo era, de que había viajado mucho a caballo en Cochinchina y en la India, y no paró luego hasta que logró salir con él de paseo a caballo en compañía de D.
a ir a la China o a la India a convertir infieles?.
¡La maldita india pendencia que nos tiene hechos una lástima!.
Con el contingente de Europa, que, según te he indicado, podría cobrar en mi casa, emprendería el viaje a Ceuta, a Cuba, a Filipinas y a la India, y al cabo de un par de años me encontraría poseedor de todo mi dinero y autor de un viaje de circunvalación.
Todo el Viejo Testamento no era más que un fraude, una imitación de las teogonías india y persa.
—¡Oh! ¡cuánto he batallado con la suerte en África, en la India, en Filipinas y en ambas Américas!—¡Y cómo me ha favorecido la fortuna! Ya soy más rico que fué mi padre en sus buenos tiempos.
Encontramos por la parte del S tres rancherias de Chunupíes, despobladas: paramos en la última a hacer mediodia, y estando comiendo, pasó una india Sinipé a caballo, cerca de nosotros: llaméla y vino a donde nosotros estábamos.
—Alta Majestad, en fuerza de vuestra ventura y en consecucion de mi deseo, despues de haber muerto de una apoplejía el general de Lansac, quedando yo en su lugar, merced a la liberalidad vuestra, me deparó la suerte dos galeras turquescas que llevaban remolcando aquella gran nave que allí se parece: acometíla, pelearon vuestros soldados como siempre: echáronse a fondo los bajeles de los cosarios: en el uno de los nuestros en vuestro real nombre di libertad a los cristianos que del poder de los turcos escaparon: solo truje conmigo a un hombre y a una mujer, españoles, que por su gusto quisieron venir a ver la grandeza vuestra: aquella nave es de las que vienen de la India de Portugal, la cual por tormenta vino a dar en poder de los turcos, que con poco trabajo, por mejor decir sin ninguno, la rindieron, y segun dijeron algunos portugueses de los que en ella venian, pasa de un millon de oro el valor de la especería y otras mercancías de perlas y diamantes que en ella vienen: a ninguna cosa se ha tocado, ni los turcos habian llegado a ella, porque todo lo dedicó el cielo, y yo lo mandé guardar para vuestra Majestad, que con una joya sola que se me dé, quedaré en deuda de otras diez naves, la cual joya ya vuestra Majestad me la tiene prometida, que es a mi buena Isabela: con ella quedaré rico y premiado, no solo deste servicio, cual él sea, que a vuestra Majestad he hecho, sino de otros muchos que pienso hacer por pagar alguna parte del todo casi infinito que en esta joya vuestra Majestad me ofrece.
Preguntándoles Ricaredo en español que ¿qué navío era aquel? respondieron que era una nave que venia de la India de Portugal, cargada de especería, y con tantas perlas y diamantes, que valia mas de un millon de oro, y que con tormenta habia arribado a aquella parte, toda destruida y sin artillería, por haberla echado a la mar la gente enferma y casi muerta de sed y de hambre, y que aquellas dos galeras, que eran del cosario Arnaute Mamí, el dia ántes la habian rendido, sin haberse puesto en defensa, y que a lo que habian oido decir, por no poder pasar tanta riqueza a sus dos bajeles, la llevaban a jorro para meterla en el rio de Larache, que estaba allí cerca.
Caballero andante soy, y no de aquellos de cuyos nombres jamás la Fama se acordó para eternizarlos en su memoria, sino de aquellos que, a despecho y pesar de la mesma envidia, y de cuantos magos crió Persia, bracmanes la India, ginosofistas la Etiopía, ha de poner su nombre en el templo de la inmortalidad para que sirva de ejemplo y dechado en los venideros siglos, donde los caballeros andantes vean los pasos que han de seguir, si quisieren llegar a la cumbre y alteza honrosa de las armas.

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