Ejemplos con indianas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este año de veynte y quatro, un jueves por la mañana, enemigos de la Fe cercan las islas Indianas.
Fue una obra costeada por las familias indianas.
El antecedente de este tipo de expediciones está en España en la época de la Reconquista, pero tiene por más inmediato origen aquellas que se organizaron para las conquistas de las Islas Canarias, con la diferencia que la expediciones indianas fueron navales y terrestres.
Este concejo también conoció a las familias indianas, a quienes la suerte les fue propicia, siendo a su vez grandes benefactoras de su lugar de origen, colaborando en la construcción de edificios escolares, viviendas y en cualquier actividad sociocultural y recreativa.
Del mismo modo también merecen mención otras edificaciones como las casonas de Tox, Sante, La Venta y Coaña, o los restos que quedan de una antigua fortaleza medieval, o varias construcciones indianas como la casa Ochoa.
Más modernas son las casas indianas y la torre de la Ermita de San Antonio y desde la que se divisa todo el valle de la Deva.
De las épocas actuales hay que destacar que Pravia ha sido y es uno de los concejos donde más presentes están representadas las obras indianas en todo el territorio, con multitud de edificios notables así como capillas, fuentes y escuelas que forman parte ya del entorno praviano.
Destacan dos construcciones indianas, palacetes conocidos como Torres.
Con el barco que traía, se empeñó en subir por el río Orinoco, pero como los hombres que llevaba no eran expertos en las lides indianas, se perdieron por aquellos intrincados caños, y una vez que terminaron las provisiones que traían, el hambre hizo escapar a unos y morir a los que quedaban.
Cuando llegó a la ancianidad, consideró conveniente retirarse de la actividad comercial, y con el producto de sus enormes ganancias indianas, holgadamente vivía en Sevilla, donde era querido y respetado.
Gobernador, es aquel oficial que tiene a su cargo tareas de gobierno, y también militares, hacienda y justicia, así como también lo hizo el virrey y otras autoridades indianas, hubo declaraciones donde se señalo expresamente que los virreyes de España y Perú también fuesen gobernadores de las provincias en el cargo.
También se destaca la cría de razas indianas como el cebú y nelore.
Todavía se conservan algunas de estas casonas indianas, aunque han desaparecido muchas de un extraordinario valor, como representación arquitectónica del éxito de los que hicieron las Américas.
Del castillo de popa, con sus torneados balconajes, a la proa, rematada por el esculpido mascarón, se tendieron techos pajizos iguales a los de las chozas indianas.
En la pulpería quedó citado Ansúrez para comer con su amigo, y charlar de los reinos de España y de las indianas repúblicas.
Y habéis de ver a las chicas vistiendo ya por la moda de Madrid, con esas indianas de a dos reales la vara, y esos pañuelos de listas que hasta parece que no visten, sino que desnudan.
Era rústica y urbana a un tiempo, ofrecía a los huertanos un variado surtido de mantas, fajas y pañuelos de seda, y a las gentes de la ciudad las indianas más baratas, las muselinas más vistosas.
En esto salió don Adrián con la levita nueva, bastón de caña, sombrero de copa muy alto, y dos dedos de cuello de camisa fuera del corbatín, se arrimó al grupo y saludó muy cortés a los señores, apareció el juez e hizo lo mismo, después Rufita González con su madre, casi al mismo tiempo Codillo y las tres Indianas, y enseguida hasta otra docena más de los notables que habían hecho ya la visita obligada a Peleches.
Es español, y su actitud imperativa, llena de orgullo sacerdotal, en este ambiente de aspecto tan anticuado, por un momento, evoca el recuerdo de aquellos tiempos en que los clérigos de ultramar eran omnipotentes, en esas buenas tierras indianas, creadas por Dios, al parecer, para ser estrujadas eternamente por los parásitos de la metrópoli.
En algunas de ellas y en determinados puntos, se dejaron varios ejemplares: cincuenta en la de las Escribanas, otros tantos en el Casino, diez a Rufita González, cinco a las Corvejonas, igual número a las de Codillo y a las Indianas doce a los Carreños, y doce también a los Vélez, contando Maravillas con que todas estas gentes habían de tener señalado gusto en que la cosa circulara y se fuera propagando por la villa y fuera de ella.
Y lo que decía Rufita a las tres Indianas babeando de indignación:.
-¡No faltaba más! Mire usted, para que le vaya sirviendo de gobierno: vendrán seguramente esta mañana misma, las parientas esas, y acaso, acaso, las de Garduño, es decir, las Escribanas, y Codillo con sus hijas, tal vez se atrevan las de Martínez Liendres, las Corvejonas: creo que se atreverán, lo mismo que las Indianas.
Y habéis de ver a las chicas vistiendo ya por la moda de Madrid, con esas indianas de a dos reales la vara, y esos pañuelos de listas que hasta parece que no visten, sino que desnudan.

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