Ejemplos con supongamos

Supongamos que existe una situación previa que puede tildarse de subdesarrollo desde la que se puede pasar a una situación de desarrollo , y que representar como un camino de una a otra.

Supongamos que dos tecnologías cualesquiera pueden compararse en referencia a una tarea.

Supongamos la existencia de tres pequeñas naves, a las que llamaremos A, B, y C, que se desplazan libremente por una región del espacio alejada de la influencia de cualquier otra materia, sin ningún tipo de rotación y sin ningún movimiento relativo, con A equidistante a B y C.

Supongamos que tiene una primera derivada sobre acotada.

Breve, si hubiese cuerpos externos, es imposible que llegáramos a saberlo jamás Supongamos que hubiese una inteligencia que no fuera afectada por cuerpos externos.

Volviendo al ejemplo anterior, supongamos que esos rasgos en general o ese rasgo en particular pudiera resultar no solo de acciones intencionales o que, por lo menos, no se haya justificado la creencia que tal rasgo o característica solo puede ser el resultado de actos intencionales.

Pero supongamos que esa creencia justificadora fuera, en su turno, injustificada.

Supongamos, por ejemplo, que una mujer sabe que su marido fue a un viaje de negocios y, a su vuelta, huele perfume en su camisa y nota algunas manchas de colorante de labios en la misma.

Supongamos que y sea un subconjunto estricto y no vacío de.

Supongamos que dos operadores y tienen una relación de conmutación que es proporcional al operador :.

Supongamos que hacemos girar un globo enorme y disparamos balas contra él.

y siguiendo con la misma línea de argumentación continúa: Supongamos que un erudito cristiano estuviera dedicado a traducir el Nuevo Testamento al hebreo, y que tuviera que considerar, cada vez que apareciera la palabra , si había algo en el contexto que diera indicación de su verdadera representante hebrea.

Supongamos dos números, multiplicando y multiplicador, con longitudes en bits, x para el primero, e y para el segundo:.

Pero supongamos ahora que es raíz de.

A partir de un polinomio dado , supongamos los siguientes polinomios cumpliendo lo siguiente:.

Supongamos que no existe tal entero, y lleguemos a una contradicción.

Supongamos que f es una función analítica definida en un subconjunto abierto U del plano complejo C.

Supongamos que el área a calcular es un cuarto de círculo, de radio unitario, que está dentro de un cuadrado de lado unitario.

Supongamos que no lo fuesebalbució él muy quedo, como reo que confiesa su crimen ante el juez, y meneando melancólicamente la cabeza.

Supongamos, por un instante, que abstraída el alma de todo lo terreno, en suspensión de potencias y sentidos, en silencio maravilloso y quietud envidiable, goza del supremo bien, sin salir de esta vida mortal, y absorta y como hundida en la contemplación de su Creador, no cuida ya del prójimo ni de las otras criaturas.

¡Gabriela ama a otro, y acaso no le olvide jamás! Supongamos que mañana eres esposo de esa elegante señorita.

Supongamos que en este momento dieron las doce los relojes de Madrid.

Pasemos por alto el frío que anoche haría a esa hora fuera de puertas, y supongamos que os sentasteis en una sepultura, en la sepultura querida, y que fijasteis los ojos en el cielo.

Supongamos que digo a los habitantes del Planeta:— Señores: yo soy adivino.

Pues bien, aunque no sepáis latín: supongamos que sois ladrón y libertino, que un grito de vuestra víctima puede perderos, llevaros al cadalso o a la vicaría, que necesitáis en fín, una mordaza.

Supongamos que hay lo que yo creo que no hay Podría ser Entonces mi querida se pondría a roer en un rincón del cielo para hacer un agujerito, por el cual me colaría yo.

Supongamos esto Pues tu deber en tal caso, es esforzarte en que ese cariño llamémosle amistad, se aumente todo lo posible.

Primer caso: supongamos que al poco tiempo de vivir con Maximiliano, encuentras que el muchacho se porta bien contigo, vas viendo sus buenas cualidades, que se manifiestan en todos los actos de la vida, y supongamos también que le vas teniendo algún cariño.

—Supongamos que ese hombre de bien te teme.