Ejemplos con pupilaje

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todas tenían internado para los alumnos de otras ciudades y todos los demás, estaban sometidos a régimen de medio pupilaje, es decir permanecían todo el día en el establecimiento.
Y es que había profesado pertenecer a las casas de huéspedes, como a una orden religiosa, y hecho voto de pupilaje perpetuo.
Ya sabe usted que mi prima, la dama ilustre que ha venido a la triste condición de patrona de huéspedes, no quiere admitirme en su casa si no le doy adelantadas las tres pesetas del pupilaje.
Fue luego, durante un mes, mi compañero de pupilaje en la calle del Amor de Dios, y últimamente estrechamos nuestras relaciones en Gobernación, cuando él servía en el gabinete telegráfico del Ministerio.
Con los dinerillos que dio a mi mujercita la Marquesa de Navalcarazo, por ciertas labores de aguja, y algo que yo ganaba escribiendo en , fundado por mi amigo Valero de Tornos, pagábamos nuestro pupilaje, y aún nos restaba para menudencias y honestos placeres.
Interrogado el corchete sobre varios puntos, aseguró que el pupilaje de doña Mauricia Pando no había tenido variación.
¡Y muchas gracias que lo aguantan, y con el pupilaje de estos chicos de Zamora podemos ir tirando! ¡Ay Señor, después de trabajar toda la vida! El médico levantó una cortinilla de percal rojo y desteñido que ocultaba un tugurio sin luz, ocupado por la cama de los viejos.
La exótica palabra no era todavía vocablo corriente en bocas españolas: se decía y , y eran los alojamientos con manutención y asistencia, así como los refectorios sin pupilaje.
Más que en la comodidad del pupilaje, el pensamiento de Calpena se fijaba tenaz en el capital asunto que embargaba su ánimo, y al punto empezó a formular preguntas: ¿Conocen ustedes a un señor D.
Llegamos, pregunté en el portal por , y dijéronme que vivía en el sotabanco, Paquita entró en la casa de huéspedes del segundo pidiendo pupilaje.
Juan de Dios les daba por su modesto pupilaje, pasaban la vida pobres y contentos.
Después de un pupilaje de más de cuatro años, en que recibió una educación antes religiosa que erudita y completa, se retiró al campo, en el cafetal de su padre, cerca de la población de Alquízar, junto con su hermana menor, Rosa y una tía, viuda de un cirujano de marina, de nombre Bohorques.
Si no, dígame vuesa merced: ¿por cuál de las mentecaterías que en mí ha visto me condena y vitupera, y me manda que me vaya a mi casa a tener cuenta en el gobierno della y de mi mujer y de mis hijos, sin saber si la tengo o los tengo? ¿No hay más sino a troche moche entrarse por las casas ajenas a gobernar sus dueños, y, habiéndose criado algunos en la estrecheza de algún pupilaje, sin haber visto más mundo que el que puede contenerse en veinte o treinta leguas de distrito, meterse de rondón a dar leyes a la caballería y a juzgar de los caballeros andantes? ¿Por ventura es asumpto vano o es tiempo mal gastado el que se gasta en vagar por el mundo, no buscando los regalos dél, sino las asperezas por donde los buenos suben al asiento de la inmortalidad? Si me tuvieran por tonto los caballeros, los magníficos, los generosos, los altamente nacidos, tuviéralo por afrenta inreparable, pero de que me tengan por sandio los estudiantes, que nunca entraron ni pisaron las sendas de la caballería, no se me da un ardite: caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo.
, y reducirlo a vergonzoso pupilaje, tal es el objeto de esos malsines que avanzan con mano armada para sorprenderos en la corte misma.
-¡Pues figúrese usted que esta casa fuera de huéspedes! ¡Ea! ¡Ya lo tiene usted arreglado todo! ¡Así no hay que vender muebles ni nada! Yo le pago a usted mi pupilaje, ustedes me cuidan.
Mochi y su protegida habían mudado de posada, lo cual en aquel pueblo sólo era mudar de dolor, pero en el hotel Principal, allá al extremo de la Alameda Vieja, les habían llegado a perder el respeto por las intermitencias en el pago del pupilaje, la Compañía de ópera seria acababa de disolverse por motivos económicos e incompatibilidades de caracteres, y el empresario, la tiple y Minghetti, el barítono, se habían quedado en la ciudad, según unos, porque no tenían por lo pronto contrata ni lugar adonde ir, porque más valieran allá, según otros, porque querían servir de núcleo a una nueva Compañía, para constituir la cual andaba Mochi en tratos.
-Pero qué querrás tú, don Cerote -exclamó la vieja incorporándose bruscamente con los ojos chispeantes de indignación- si querrás tú que con tres riales que me diste por Pentecosté y entre ellos una perra gorda con tosferina, te tenga yo a pasto y a toas horas bizcochos, mostachones y chocolate de la Riojana, ¡pos ni que estuvieras pagando un pupilaje en el Recreo!.
Este notición colmó el entusiasmo de don Silvestre, que tornó a abrazar a su amigo, quejándose de que le hubiera creído capaz de cobrarle pupilaje.
Y la viuda del suicida y recién casada con el desahuciado se decía: «Y ahora verá usted, como si lo viera, ¡con esto de que somos cuñados se irán sin pagarme el pupilaje, cuando yo vivo de esto!» Y parece que le pagaron, sí, el pupilaje, y se lo pagó el marido, pero se llevaron un bastón de puño de oro que él tenía.
Pagaré mi pupilaje.
Como se pasaba cuatro o cinco horas diarias en la oficina extractando expedientes, y luego otras tantas en la soledad de su cuartucho del pupilaje, tratando en balde de dar ser a su epopeya o de componer su nuevo sistema filosófico, el doctor se creía trasladado al cielo desde el purgatorio cuando entraba en aquellos elegantes y ricos salones, donde los criados le trataban con una consideración de que no había gozado desde que salió de Villabermeja, donde todo despedía dulce olor, donde había tantas cosas bonitas, y donde, sobre todo, hallaba a una tan bella mujer y tan aristocrática, que se interesaba por él, que le preguntaba por su salud con verdadero afecto, que deseaba leer sus versos y saber sus filosofías, y que hacía todo esto de un modo tan llano y tan discreto, que no advertía jamás el doctor, aunque era muy caviloso, que hubiera afectación en nada, ni que hubiera sensiblería ni pedantería, ni que pudiera aparecer el más ligero asomo de ridículo.
Lo más que solía gastar entonces en el pupilaje un estudiante en Granada era la suma de siete reales diarios.
Y como Aragón y Castillas eran las dos potencias que más figuraban entonces en el territorio español, las ínclitas cualidades del rey don Alfonso V hacían como resaltar la debilidad y el carácter indolente del rey don Juan el II dominado siempre de los grandes, y viviendo en indecoroso pupilaje.
-Es verdad, señor, pero antes de diez años es difícil que llegue a tener lo bastante para ser independiente, ¡y diez años de pupilaje!.
¿Qué hizo nuestro hombre? Pues tomar para su vivienda exclusiva el gabinete de la esquina, que no se daba sino a dos o tres que vivieran juntos y pagaran el máximum de pupilaje.
Aquella mañana fría, de nieve, era la de un día que iba a ser solemne para doña Berta, le habían ofrecido, por influencia de un compañero de pupilaje, que se le dejaría ver, por favor, el cuadro famoso, que ya no estaba expuesto al público, sino tendido en el suelo, para empaquetarlo, en una sala fría y desierta, allá en las afueras.
Las galerías abandonás son anchas y están solas, allí no hay quien cobre el pupilaje, ni los chinos, como no hay hombres que los sacuan con el pico, pues se están quietos y no caen.
Pásmate: no ha ido a buscar alojamiento apropiado a su categoría en Genieys ni en las otras dos medianas fondas que aquí tenemos, y se ha metido en casa del amigo Mendizábal, sujetándose a un modesto pupilaje.
Y riñeron por cuestión de unos cuartos más o menos de pupilaje, y acabó ella por echarle de casa.

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