Ejemplos con puchera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Señores, a comer la puchera el que la tenga.
-Prudencia, amigo Barbáchano, y vámonos en busca de la puchera, que es hora.
Con esto y una risotada se apartó de mí, y echó cambera abajo en demanda de su puchera.
y la puchera de los pobres de Tablanca.
-¡Juera con ella, que se vaiga a cuidar la puchera! -añadieron por todas partes voces que nada tenían de suaves para la pobre mujer, que en vano gritaba para que se reconociese su supuesto derecho de hablar en aquel concejo.
-Pos yo, tan y mientras acaba de cocer la puchera, voy a tender la ropa que acabo de traer del río -dijo Dolores, dirigiéndose hacia la puerta del hogar.
-Pues cata a mi padre volcando la puchera, -respondió don Baldomero, sacudiendo su pereza y poniéndose de pie.
Y jurando echar hasta las asaduras en el trance, volcaron todos la puchera mal sazonada, y con el último bocado entre los dientes, subiose cada cual a su tejado a reparar lo más perentorio, por si la turbonada que se iba formando hacia el Saliente, acababa en aguaceros antes de la noche.
-Sí, señor, que me lo dijo Joseíto el Cabritero, porque como yo vivo der negocio y der potaje y en Málaga no se vende una uña de tocino sin que yo medie en la cosa, poique yo, y no es alabancia, pero yo soy la mar de simpático a toítos los que allí venden la pringue pa la puchera, resurta que siempre estoy farto más que to de paletilla y ahora tengo un compromiso con Juana la Tocinera del Legío, que es una mujer a la que yo debo servir si sa menester a gatas y de coronilla, poique esa gachí fue como una hermana pa mi Rosalía.
Cada cual vuelve a su oficio, y a su ropa, y a su cuarto, y a su cama, y a su sitio en la mesa, y a su andar y vivir ordinarios, dentro y fuera de la casa: unos con pesadumbre por amor a la vida ruidosa y desordenada, y otros muy complacidos por gustar del método reglamentado, de la puchera clásica, del hogar en orden.
No recibiremos a usted con cumplimientos, ni podremos obsequiarle a la moda de la corte, pero en cambio será usted bien llegado, siempre que quiera favorecernos, y partirá con nosotros una puchera no mal sazonada.
Sepa osté que a la mediodía tomaba coma un caballero mi puchera con un cuartarón de carne, patacas correspondientes y garabanzos, un neto de vino de lo tinto, y andandito.

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