Ejemplos con presona

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Yo los gasté en pro de mi persona y de la de mi mujer, y de mis hijos, y ellos han sido causa de que mi mujer lleve en paciencia los caminos y carreras que he andado sirviendo a mi señor don Quijote, que si, al cabo de tanto tiempo, volviera sin blanca y sin el jumento a mi casa, negra ventura me esperaba, y si hay más que saber de mí, aquí estoy, que responderé al mismo rey en presona, y nadie tiene para qué meterse en si truje o no truje, si gasté o no gasté, que si los palos que me dieron en estos viajes se hubieran de pagar a dinero, aunque no se tasaran sino a cuatro maravedís cada uno, en otros cien escudos no había para pagarme la mitad, y cada uno meta la mano en su pecho, y no se ponga a juzgar lo blanco por negro y lo negro por blanco, que cada uno es como Dios le hizo, y aun peor muchas veces.
-¡Eso dicen, pero créalo usté, Mariquita, aquí es aonde me entra a mí el sol por toítos los poros de mi presona!.
otra presona.
-Güeno -exclamó el Petaquero, sentándose a la sombra de un nogal, en tanto Joseíto elegía sitio también cómodo junto a él, y los caballos despuntaban algunos tiernos matujos-, vamos a ver pa qué es pa lo que necesitas tú de mi presona gitana.
-El Greñitas se ha licenciao él mismo en presona.
» Que no sé ya por dónde tirarme, que el corazón le hipotecaría yo hoy por dos pesetas al peor de mis enemigos, que no se puée vivir de estas jechuras que yo vivo, que el día menos pensao me voy a jacer yo más boquetes en mi presona que tiée boquetes una criba garbancera.
-¡Por vía e la Malena, Curro de mi corazón, y lo que son las enfermeaes y cómo se ha comío la tuya lo mejor de tu presona!.
-Sí, señor, que lo conocí, que era una güena presona, pero era un hombre más pesao que un plomo y al que le gustaba platicar más que el comer, y a mí, la verdá, los hombres que platican mucho se me agrian.
-Pos ya está usté metiendo mano, porque si no lo que es mi presona no sale de aquí esta noche sin jacerle a usté más boquetes que da fruto un almecino, y si no quiée usté pelear, yo le escupo a usté en la cara.
-Por lo que usté más quiera en el mundo, que no me platique usté de mi niña, que esa es la que me va a quitar a mí del mundo con ese desatino que le ha entrao por el Pórvora, ya ve usté, el Pórvora, un arma mía que no tiée en toíta su presona carne con que jacer una albóndiga, y aluego con más pescuezo que un pato, pero ¡lo que semos las mujeres! pa mi niña, como si estuviera pintao al olio, y cá día más emperrá por él.
-Pos esa presona dijo esto, chispa más, chispa menos: «Aquí, en esta mesma armá, hay dos pájaros que me traen a mí de cabeza, y si la una me gusta, por la otra prevelico, pero de aquí a mañana por la mañana estoy yo ya más entregao a uno de dambos que Cristo a los fariseos».
-¿Y qué fue lo que dijo esa presona que tanto es de mi gusto?.
-Me paece a mí, señó Candelario, que ya voy yo chanelando lo que usté quiere de mi presona.
-¿Se puée saber si se le ha perdió a usté algo y lo tengo yo por casolidá en argún poro de mi presona?.
-Pos yo se lo contaré a ustedes, a ver si ustedes chanelan una miajita más que chanela mi presona.
-Sí, señor, por mí, por mi presona, por mi presonita gitana es por quien viée por aquí don Periquito el Pijota.
Si tiée usté en los deos un cirujano, y ese ungüento que me ha puesto usté parece cosa de jechicería, apenitas me lo puso usté, picó espuelas el escozor, y na, como si ese sitio no fuera de mi presona.
-¿Y por quién tengo yo que preguntar cuando necesite yo de su presona? -preguntóle el señor Curro con acento irónico.
-Pero ¿por mo de quién estás tú asín hoy sortando bilis por tos los poros de tu presona gitana?.
Y yo le juro a usté que con la presona que a mí me lo ha dicho no puée usté pelear, so pena de que se ponga usté una chapona y unas enaguas y dos ligas de colores.
-¿Qué le pasa hoy a mi viejo parral sin pámpanas ni racimos? ¿Qué le pasa a la presona más quería que Dios puso en sus pejuares? -le preguntó con voz zalamera.
, na, que resurtó una groma la mar de esaboría, tan saboría que a las dos horas y pico estaba ya con Dios el probe de Jacinto, una presona que, mejorando las presentes, era una prenda de gala.
Conozco a la muchacha de la Peripuesta, y por cierto vida mía que más paece ratón despellejao que presona humana.
Replicóle uno que «el andar bien portao no quitaba fuerza ni valor a la presona».
-Pero a eso, -interrumpió el aldeano-, dice la presona que con el ''rustrío'' de la escopeta.
-Yo no lo vi, no señor, pero una presona que estaba cerca cuando usté mató la miruella, me lo ha asegurao.
Como ese gachó tiée más dura que un yunque la voluntá y no sabe jugarle a naide una mala chanaíta, empezó el hombre a darse contravapor y a jecharse la galga por no darle que sentir a su amigo, a pesar de que éste no le había dicho naíta de lo que tanto le dolía, y por mo de esto no fue antes al cuartel a darnos parte de lo que había jechito usté con su presona.
-Pus por la mar de cosas, poique a mí no me gustan los hombres que desazogan los espejos, que se creen que se lo merecen to, y que por añadidura quieren que a toas nos caiga tiricia por su presona, si no por la güena por la mala, a traganúos, como si fueran el Santolio.
Y eso te ha pasao: que lo que es ahora te has caío de verdá y te has lastimao de la parte más delicá de tu presona.
-¿Y él cuando te vió no jizo por arrimarse a tu presona?.

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