Ejemplos con presos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La obras comenzaron durante la II República española y fueron terminadas durante la Guerra Civil y la posguerra, trabajando en dicha construcción presos políticos de los campos de concentración de La Algaba y Guillena.
Los protagonistas son Braulio y Dana, dos jóvenes bien que caen presos de sus instintos, por lo que Dana queda embarazada y decide abortar.
El frontis del edificio reflejó un estilo arquitectónico severo que mostraba su finalidad reclusiva y daba una imagen de inexpugnabilidad, a la par que la disposición de las salas en su interior incluían zonas donde los presos trabajaban durante el día y celdas donde se recluían en las noches.
Entre la mayoría de los presos están los miembros de la organización X, una organización de presos que ya ha realizado diferentes intentos de fuga por medio de túneles.
La única peculiaridad destacable es que al estar hermanada con la Caridad de los Pobres Presos de la Cárcel, tenía que realizar unas actividades destinadas a socorrer de los presos ya redimir a alguno.
Se embarcaron hombres, mujeres y niños en un buque inglés, pero un temporal lo volvió de nuevo a las costas de Mallorca, y los fugitivos fueron presos.
¡Querer huir de Mallorca, donde tan bien les trataban, y a más de esto, en un buque tripulado por luteranos! Tres años estuvieron presos, y la confiscación de sus bienes produjo un millón de duros.
Verificadas las elecciones, y mientras se verificaban, se habló mucho de palizas, de urnas suplantadas, de electores presos, de muertos que votaban, y aun de algunos vivos que por votar murieron, de casas que ardían, y de otros recursos tan usuales y lícitos como éstos, empleados en beneficio de la candidatura de don Simón, pero lo cierto es que a éste se le proclamó diputado electo por el distrito, y se le entregó un acta que así lo declaraba, limpia como el oro.
Todos entonaban un coro de desgracias y horrores con voz lenta y quejumbrosa, como si llorasen ante un féretro: Señor, han muerto a mi marido Señor, mis hijos: me faltan dos hijos Señor, se han llevado presos a todos los hombres, dicen que es para trabajar la tierra en Alemania Señor, pan, mis pequeños se mueren de hambre.
El cura, inclinado sobre unos agonizantes, también había sido atropellado Todos presos.
Los vecinos, a quienes el sueño no tenía presos, decían: Ahora salen del Liceo.
Habían fusilado a algunos de los presos.
Tenían otros presos a los que acudir.
Corrían rumores de tormentos horribles que se hacían sufrir a los presos para que cantasen la verdad, y pensaba en tí tan delicado, tan poquita cosa, creyendo que cualquier mañana te encontrarían muerto en el calabozo.
Contemplaba fijamente los tragaluces angostos y enrejados de los calabozos donde estaban los presos militares.
Basilio que a todos los presos de anoche han cogido a mucha gente les van a mandar nada menos que a las islas Marianas, y aunque Juan Pablo se tiene bien merecido este paseo, francamente, es mi sobrino, y he de hacer cuanto pueda para que le pongan en libertad.
Jaulones enormes había por todas partes, llenos de pollos y gallos, los cuales asomaban la cabeza roja por entre las cañas, sedientos y fatigados, para respirar un poco de aire, y aun allí los infelices presos se daban de picotazos por aquello de.
Pero Villalonga y Santa Cruz lo pasaron peor, porque el primero recibió un sablazo en el hombro que le tuvo derrengado por espacio de dos meses largos, y el segundo fue cogido junto a la esquina del Teatro Real y llevado a la prevención en una cuerda de presos, compuesta de varios estudiantes decentes y algunos pilluelos de muy mal pelaje.
En cambio, no habia en el pueblo, ni en cien leguas a la redonda, quien le ganase a ceder su comida y su cama al desamparado mendigo, a cuidar personalmente a los apestados, a pasarse horas y horas dando alegre conversacion, llena de saludables consejos, a los presos de la Cárcel, a gastar los dias de nieve todo el dinero que tenía en comprar alpargatas a los niños descalzos, a sacar de bracero a tomar el sol a míseros viejos que se baldaban en sus lóbregos tugurios, a reconciliar, en fuerza de lágrimas o de puñetazos, y hacer abrazarse cordialmente, a los matrimonios malavenidos, a los adversarios que ya habian sacado las navajas, a las clases pobres con las ricas, cuando encarecia el pan y se armaba motin, a cada uno con su cruz, a los tristes con su tristeza, a los enfermos con su dolor, al penado con el castigo, al moribundo con la muerte.
Juan los vestidos de camino que allí habia traido la jitana, volviéronse las prisiones y cadenas de hierro en libertad y cadenas de oro: la tristeza de los jitanos presos en alegría, pues otro dia los dieron en fiado: recibió el tio del muerto la promesa de dos mil ducados que le hicieron porque bajase de la querella y perdonase a D.
Salió toda Murcia a ver los presos, que ya se tenia noticia de la muerte del soldado.
Al lado deste teatro, adonde se subía por algunas gradas, estaban otras dos sillas, sobre las cuales los que trujeron los presos sentaron a don Quijote y a Sancho, todo esto callando y dándoles a entender con señales a los dos que asimismo callasen, pero, sin que se lo señalaran, callaron ellos, porque la admiración de lo que estaban mirando les tenía atadas las lenguas.
Cerró la noche, apresuraron el paso, creció en los dos presos el miedo, y más cuando oyeron que de cuando en cuando les decían:.
Visita las cárceles, las carnicerías y las plazas, que la presencia del gobernador en lugares tales es de mucha importancia: consuela a los presos, que esperan la brevedad de su despacho, es coco a los carniceros, que por entonces igualan los pesos, y es espantajo a las placeras, por la misma razón.
Paréceme que en este pleito no ha de haber largas dilaciones, sino juzgar luego a juicio de buen varón, y así, yo doy por sentencia que el sastre pierda las hechuras, y el labrador el paño, y las caperuzas se lleven a los presos de la cárcel, y no haya más.
Venid acá, gente soez y malnacida: ¿saltear de caminos llamáis al dar libertad a los encadenados, soltar los presos, acorrer a los miserables, alzar los caídos, remediar los menesterosos? ¡Ah gente infame, digna por vuestro bajo y vil entendimiento que el cielo no os comunique el valor que se encierra en la caballería andante, ni os dé a entender el pecado e ignorancia en que estáis en no reverenciar la sombra, cuanto más la asistencia, de cualquier caballero andante! Venid acá, ladrones en cuadrilla, que no cuadrilleros, salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad, decidme: ¿quién fue el ignorante que firmó mandamiento de prisión contra un tal caballero como yo soy? ¿Quién el que ignoró que son esentos de todo judicial fuero los caballeros andantes, y que su ley es su espada, sus fueros, sus bríos, sus premáticas, su voluntad? ¿Quién fue el mentecato, vuelvo a decir, que no sabe que no hay secutoria de hidalgo con tantas preeminencias, ni esenciones, como la que adquiere un caballero andante el día que se arma caballero y se entrega al duro ejercicio de la caballería? ¿Qué caballero andante pagó pecho, alcabala, chapín de la reina, moneda forera, portazgo ni barca? ¿Qué sastre le llevó hechura de vestido que le hiciese? ¿Qué castellano le acogió en su castillo que le hiciese pagar el escote? ¿Qué rey no le asentó a su mesa? ¿Qué doncella no se le aficionó y se le entregó rendida, a todo su talante y voluntad? Y, finalmente, ¿qué caballero andante ha habido, hay ni habrá en el mundo, que no tenga bríos para dar él solo cuatrocientos palos a cuatrocientos cuadrilleros que se le pongan delante?.
Diose orden, a suplicación de Zoraida, como echásemos en tierra a su padre y a todos los demás moros que allí atados venían, porque no le bastaba el ánimo, ni lo podían sufrir sus blandas entrañas, ver delante de sus ojos atado a su padre y aquellos de su tierra presos.
Sucederá tras esto, luego en continente, que ella ponga los ojos en el caballero y él en los della, y cada uno parezca a otro cosa más divina que humana, y, sin saber cómo ni cómo no, han de quedar presos y enlazados en la intricable red amorosa, y con gran cuita en sus corazones por no saber cómo se han de fablar para descubrir sus ansias y sentimientos.

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