Ejemplos con pinchazos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Exposición alta o repetida puede dañar los nervios causando debilidad, pinchazos y mala coordinación en brazos y piernas.
Los pinchazos eran muy comunes en aquella época, y precisaban que se retirara la rueda, desmontar el neumático, sellar la cámara interior con un parche, volver a montar el neumático y reponer la rueda en su lugar.
El daño físico se puede causar mediante golpes, rotura de huesos, desgarros musculares, castración, aplastamiento, pinchazos, cortes, descargas eléctricas, desfiguración, quemaduras, aplicación de temperaturas extremas, ingestión de productos químicos o elementos cortantes, baños con substancias químicas cáusticas, ahogamiento, violación, privación del sueño o posturas corporales incómodas.
Buffy se ve forzada a ir a la taquilla, examina el cuerpo, y encuentra los característicos pinchazos de los vampiros en su cuello.
Los de la lancha me dijeron que me limpiara la frente, pues la tenía manchada de gotas de sangre por los pinchazos de las zarzas.
Y con palabra rápida, vibrante, tropezando muchas veces por la irritación de que estaba poseído, expuso prolijamente sus quejas, complaciéndose en hacer sangrar de nuevo los pinchazos que había recibido en su vida matrimonial.
Tiraban los bueyes penosamente, como si fuese a estallar la testuz bajo el yugo, esforzándose entre los gritos y los pinchazos de los conductores que los azuzaban coreados por sus partidarios, y cada vez que una piedra, con nervioso tirón, avanzaba algunos pasos, sonaba un clamoreo de los espectadores.
Yo creo que me habrían roto los huesos, que me habrían arrastrado en tropel por la casa, que me habrían arrancado pedazo a pedazo los vestidos y con los vestidos la carne, que me habrían deshecho a pellizcos, pinchazos y rasguños, si la llegada de la condesa no hubiera puesto fin de repente a la dolorosa escena de mi crucificación.
Se llega a este estado padeciendo, después de pasar por todas las angustias de la cólera, por los pinchazos que le da a uno el amor propio y por mil amarguras ¡Ay, señor don Evaristo! Parece mentira que yo esté tan fresco después de haberme creído con derecho a matar a un hombre, después de haberme ilusionado con la idea de cometer el crimen, concluyendo por renunciar a ello.
Todo el elemento joven de que hablaba El Lábaro en sus crónicas del pequeñísimo gran mundo de Vetusta, estaba allí, en el crucero de la catedral, oyendo como entre sueños el órgano, dirigiendo la colación de Noche-buena, viendo lucecillas, sintiendo entre temblores de la pereza pinchazos de la carne.
Pero renacía su cólera al acordarse de los pinchazos de aquellos pigmeos, y creía sentir aún el dolor en sus piernas.
Un estanciero les cerró el camino, el recaudador es avaluó la patente en el doble de la de su competidor, con o sin motivo, sus pedidos de guías siempre demoraban en las oficinas, no podían mandar a plaza un vagón de cueros, sin que se los revisaran uno por uno, buscándoles camorra por una oreja comida por los gatos o cualquier otro zoncera, pinchazos de alfiler que si no matan, exasperan.

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