Ejemplos con libertinos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todos los libertinos y granujas sin vergüenza que tienen contactos sexuales con adolescentes u hombres jóvenes rezan para rogar el auxilio del ídolo de yeso.
Ya en su época Sade sufrió las críticas por los sistemas filosóficos que exponían sus personajes libertinos.
Los libertinos que protagonizan las obras de Sade fundan su filosofía en un resuelto desprecio de las normas morales y en el odio a la moral religiosa.
Su esposo, quien representa a todos los hombres libertinos, sumergidos en el vicio, la ignorancia, la perversión, el machismo y falta de moral cristiana.
Cuando se encuentran, la joven esposa le cuenta a su amiga horrorizada lo que fueron sus bodas y los episodios libertinos que precedieron.
Y así como el viaje fuera haciéndose más largo y avanzase el la proa en los mares luminosos y cálidos, todos iban a sentirse poseídos por esta miseria que avergonzaba a Fernando ¡Quién sabe si alguno llegaría a rugir y a andar a cuatro patas, como los libertinos de las leyendas convertidos en bestias!.
Se habían unido los dos, hombro con hombro, como intimidados por el ambiente religioso de la noche y el aleteo de la poesía que se agitaba en torno de ellos Experimentaba Ojeda una sensación de descanso al lado de esta mujer infeliz, una impresión de paz y dulce anonadamiento igual a la que buscaban los antiguos libertinos, huyendo de los desengaños de la vida para reposarse como eremitas entre las gentes humildes.
La mamá entreveía en aquella ignorada página de la existencia de su heredero, amores un tanto libertinos, orgías de mal gusto, bromas y riñas quizás, pero todo lo perdonaba, todo, todito, con tal que aquel trastorno pasase, como pasan las indispensables crisis de las edades.
Si vamos a examinar, sin embargo, nuestros árboles genealógicos respectivos, hallaremos que aquéllos que pasan por ingenuos entre nosotros, son cuando menos libertinos.
Los libertinos conocen estas pocilgas inmundas y saben el precio que se cobra en cada una de ellas.
Los libertinos, los incrédulos, es decir, los unitarios, empezaron a amedrentarse al ver tanta cara compungida, oír tanta batahola de imprecaciones.
Así como no le arredraban las burlas que de él pudieran hacer los libertinos, tampoco calculó jamás la honra y el provecho mundanos que su recato y demás virtudes pudieran acarrearle.
O lo que los libertinos se han esmerado en predicar y extender es verdadero, o es falso.
Al oír estas palabras de Sésamo, el síndico Schamseddin ya no pudo reprimir su indignación y exclamó: ¡Oh, tú, el más corrompido de los libertinos! ¿No sabes que es mi hijo? ¿Dónde está tu memoria, comedor de haschich? Pero Sésamo respondió: ¡A mí no me la das! ¿Es que va haber salido del vientre de su madre ahora y tal como está este muchacho de catorce años? Schamseddin replicó: Pero ¡oh Sésamo! ¿Ya no te acuerdas de que tú mismo, hace catorce años, me trajiste aquella milagrosa mixtura que espesa los compañones y concentra el jugo? ¡Por Alah! ¡Gracias a ella pude conocer la fecundidad y Alah me ha dotado de un hijo! Y tú nunca volviste a pedirme noticias de aquella curación.
Los libertinos de Buenos Aires la consideraban mucho, porque por su intermedio se ponían al habla con todo el gremio de las grisetas.
Pasaré aquí de largo, a fin de que nadie tilde de licencioso este escrito, sobre las infernales artes con que La Caramba, industriada por los tres libertinos, excitado su amor propio, anhelante de la victoria, y prendada además de la gallardía e inocencia del casto mozo, se esforzó por avasallarle y rendirle a todo su talante.
José, ese joven tímido que hemos visto penetrar por primera vez a lo de Luisa, llegó a ser el más audaz y despierto de los libertinos.
Y el jeique Ibrahim dijo: Verdaderamente, sois más libertinos que yo.
Y el califa dijo: ¡Oh Giafar! bendito sea Alah, que nos ha hecho seguir fervorosamente las ceremonias de la purificación, como la de esta noche, y nos aparta del mal camino, de las tentaciones y del error, y de la vida de los libertinos.
Eran unos libertinos que renegaban en sus comilonas de la religión positiva para seducirle a él y librarse del miedo del infierno.

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