Ejemplos con irritada
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Cuando él se niega, ella se pone muy irritada y enojada.
Bernie abre el baúl, mostrando a Samantha que, muy irritada, le apunta con la pistola que tenía la maldición.
Cubrir la piel irritada con kéfir y dejarlo secar.
La raíz de isatide se usa en medicina tradicional china para tratar paperas, garganta irritada, hepatitis infecciosa, dolor de cabeza, fiebres.
Generalmente se la ve como una persona irritada y sin sentido del humor, así como una hipócrita.
¡Los hombres!continuó ella, cada vez más irritada.
Pero el señor Kasper cortó con una acogida cariñosa la belicosidad de su cónyuge, irritada por esta tardanza.
Y elevando su tono la irritada voz, dijo junto a la puerta, con acento imperativo:.
¿Qué es lo que yo he hecho?profirió ella con voz irritada.
La mujer despertaba en ella irritada por la infidelidad.
Y mientras llegaba el momento de la rebeldía, los representantes del partido en la cuenca minera, que eran en su mayoría taberneros, derramaban en la irritada masa el consuelo del alcohol y de las teorías revolucionarias.
Detrás de ellos, una voz irritada de hombre profirió terribles blasfemias, que les hizo volver la cabeza con espanto.
El tono festivo y cariñoso con que ella dijo estas palabras alarmó más a don Juan que la seriedad irritada de momentos antes.
La irritada esposa creyó más del caso decir: Te aborreceré, ya te estoy aborreciendo.
En la última parte de su discurso Doña Blanca estuvo hermosa, sublime como una pantera irritada y mortalmente herida.
Todos volvieron los ojos hacia el lugar de la catástrofe y contemplaron a la irritada diosa.
Aquella noche, en su agitado y calenturiento sueño, vio la irritada sombra de su esposo, tocando en el malhadado instrumento, que lanzaba lúgubres quejidos, y a su lado a Alifonso con rabo y cuernos, teniendo en su mano el jamón, que apoyaba en el hombro para remedar, tocando con un asador, los movimientos del airado fantástico músico.
