Ejemplos con herida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero en aquellos momentos, sangrante aún la herida que Bellido le había abierto y en estado de , lejos de enfurecerse, sintió una manera de alivio y esperanza.
Juana, maldiciendo a su vez de todos y de todo, comenzó a lavar con agua fresca la herida de su hija, que, por cierto, era insignificante.
Esta consideración tan cuerda, que asaltó de pronto la mente de la pobre chica, hízola retroceder, y menudeando los pasos cuanto pudo, y tornando a recordar su herida y a llorar, por ende, llegó a la villa y no paró de correr hasta el estanco que conocemos, en el cual entró momentos después que nosotros, y al mismo tiempo que llegaba también, aunque por distinto sendero, Simón Cerojo, demudado el semblante y apretando los puños de ira.
Me dijiste: Mi hija ha muerto , me manifestaste deseos de que nunca te hablara de ella, y puedes decir si alguna vez he tocado tu vieja herida con la menor alusión.
Dentro sonaba el lamento de la madre, estridente, interminable, como el berrido de una bestia herida.
Cuando estallaron bombas en las calles, el Luna fue el primer sorprendido por la catástrofe y el primero también en entrar en la cárcel, a causa de la popularidad de su nombre ¡Oh los dos años pasados en el castillo de Montjuich! En la memoria de Gabriel habían abierto un surco hondo, una herida profunda que no se cerraba, que se estremecía con el más leve recuerdo, turbando su calma, haciéndole temblar con el escalofrío del terror.
La , que así apodaban a la vaca por sus rubios pelos, mugía dulcemente, estremeciéndose bajo una gualdrapa de arpillera, herida por el fresco de la mañana, volviendo sus ojos húmedos hacia la barraca, que se quedaba atrás, con su establo negro, de ambiente pesado, en cuya paja olorosa pensaba con la voluptuosidad del sueño no satisfecho.
Los grillos que cantaban en el vecino ribazo callaron, espantados por un extraño hipo que rasgó el silencio y sonó en la obscuridad gran parte de la noche, como el estertor de una bestia herida.
Y pareciéndole aún poco, con sólo su mirada arrebató los trapos y vendajes de su herida, que volaron y se esparcieron.
Las dos mujeres atajaron como pudieron la hemorragia, vendaron la herida, y Batiste respiró con satisfacción, como si ya estuviese curado.
Pero los muertos no entienden razones, y el espectro, procediendo como un bandido, sonreía ferozmente, y de un salto se subía a la cama, sentándose sobre él, oprimiéndole la herida del hombro con todo su peso.
Batiste sentíase mejor de su herida.
Sentíase demasiado fuerte para que aquella herida fuese grave.
Las mismas que horas antes hablaban pestes de él, escandalizadas por su apuesta de borracho, le compadecían, se enteraban de si su herida era grave, y clamaban venganza contra aquel muerto de hambre , aquel ladrón, que, no contento con apoderarse de lo que no era suyo, todavía intentaba imponerse por el terror atacando a los hombres de bien.
Para mí, lo que hace es arreglarse el vendaje antes que exista la herida.
Y cegadas por la vanidad herida, recordando sin duda las burlas que ellas habían dirigido a otras familias, turbábanse por momentos, creyendo ver miles de ojos rijos en ellas y que las señoras desde los carruajes las sonreían desdeñosamente, como si fuesen criadas disfrazadas.
Las dos hermanas, inclinadas y recogiéndose las faldas entre las piernaspara evitar rozamientos con el suelo grasoso, contemplaban atentamente el degüello, contaban las convulsiones de la agonía y seguían las últimas gotas de sangre desde que asomaban a la herida, erizada de pelos coagulados, hasta que caían en una cazuela.
Y el lamento era tan penetrante, tan afilado y agudo, que más que voz de un ser viviente parecía el sonido de la prima de un violín herida tenuemente en lo más alto de la escala.
Como la herida a que se pone bálsamo fresco, la pena de Jacinta se calmaba.
A Jacinta se le clavó esta frase en el corazón, y estuvo temblando un rato en él y agrandando la herida, como sucede con las flechas que no se han clavado bien.
Sobre el labio superior, fino y violado cual los bordes de una reciente herida, le corría un bozo tenue, muy tenue, como el de los chicos precoces, vello finísimo que no la afeaba ciertamente, por el contrario, era quizás la única pincelada feliz de aquel rostro semejante a las pinturas de la Edad Media, y hacía la gracia el tal bozo de ir a terminarse sobre el pico derecho de la boca con una verruguita muy mona, de la cual salían dos o tres pelos bermejos que a la luz brillaban retorcidos como hilillos de cobre.
Bien pudiera ser que allí se cerrase por completo la herida de su corazón.
Tras el capellán salió también su acólito, y mientras los dos arreglaban a la Dura, las monjas, viendo sojuzgado al enemigo, arriesgáronse a bajar y acudieron a Guillermina, que con el pañuelo se restañaba la sangre de su leve herida.
Están los negocios muy parados dicen los tenderos, y otro resuella también por la herida diciendo: No se protege al comercio ni a la industria.
Si tiene rajada la cabeza en salva la parteafirmó Papitos dando a conocer gráficamente las dimensiones de la herida.

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