Ejemplos con herido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Le decía a usted, don AnselmoApolonio respondió sin mostrarse herido por la ausencia mental y material de su amigo, que los chinos conceden al pie la importancia debida.
¡Pluguiera a Dios cegarme, antes de haberla yo leído! Pero ya, ¿qué he de hacer? ¡Ah! Resignarme y perdonar la mano que me ha herido.
Lo espantable, lo que había suscitado el terrible , era el contacto con Bellido, contacto siempre molesto y congojoso, pero que aquel día, de súbito, le había herido y desgarrado hasta lo más íntimo.
Su corazón estaba herido por el desengaño triste que le había dado la violenta resolución de su hija, y por el no más alegre que le costaba la mitad de su fortuna.
Sin duda, todo esto es cierto, pero vosotros no debéis ignorar que CERVANTES fué herido y cautivo por muchos en el inhospitalario suelo del África, donde apuró hasta las heces el cáliz de la amargura, viviendo con la continua amenaza de la muerte.
Temerario MARTE, que te olvidas de los campos troyanos do fuiste herido por un simple mortal: si tus razones se fundan en tu espada, las mías no temerán combatirte en tu terreno.
¿Qué héroe ni descubridor, en los cuatro mil años que comprende nuestra historia, puede compararse con aquellos esbozos de hombres que lentamente afirmaron sobre la tierra la existencia de nuestra especie, mil veces expuesta a desaparecer? El día en que nuestro abuelo prehistórico guardó al enfermo y al herido, en vez de abandonarlo, como venían haciéndolo todos los animales, en que plantó la primera simiente y arrojó la primera flecha, la Naturaleza presenció la más grande de las revoluciones.
Eran tardes de dulce tristeza, en las que se compenetraban aquellos dos hombres: el uno, soñando con salir de la cárcel de piedra de la catedral para ver el mundo, el otro, de regreso de la vida, herido y desalentado, contento del obscuro reposo de la hermosa ruina y guardando con prudente silencio el secreto de su pasado.
Su estómago, herido por las privaciones, se negaba muchos días, con horribles náuseas, a recibir el pan áspero y el cazo de rancho.
El amor es el instinto de la conservación de la especie, pero el nuestro será incompleto, no por odiar, como los santos, las leyes de la Naturaleza, sino porque las luchas de la vida nos han herido de muerte.
Empezaba a caer la tarde, cuando el herido, despreciando las protestas y ruegos de las dos mujeres, saltó de su camón.
Sentía el herido a un mismo tiempo el impulso de la curiosidad y el miedo a ver demasiado, pero al fin volvió lentamente los ojos hacia la casa de su adversario.
Sintió el herido que toda su sangre afluía a su corazón, que éste se detenía como paralizado algunos instantes, para después latir con más fuerza, arrojando a su rostro una oleada roja y ardiente.
gemía el herido con voz infantil, aterrado por la pesadilla.
El herido parecía estar mejor, los chicos, con los ojos enrojecidos por el insomnio, permanecían inmóviles en el corral, sentados sobre el estiércol, siguiendo con atención estúpida todos los movimientos de los animales encerrados allí.
Pero el herido no estaba para sufrir lamentaciones y protestó con rudeza.
Su mujer le había contado al día siguiente cómo fué conducido a su barraca el herido valentón.
Se lo habían herido, tal vez iba a morir.
Las plantas parásitas, los abrojos, comenzaron a surgir de la tierra maldita que el tío había pateado y herido con su hoz la última noche, como presintiendo que por culpa de ella moriría en presidio.
Jamás se pudo averiguar quién, ni por qué le había herido.
La regularidad y noble simetría de todas las facciones infundían amor y respeto, pero las angustias del patíbulo, los horrores de la agonía, los tormentos todos estaban marcados en aquella cara flaca y macilenta, y en aquel pecho y en aquel costado herido por la lanza.
El galán quedó mortalmente herido en su propia casa, y sólo por un milagro de la cirugía pudo salvar la existencia.
, terminaba: Salve usted este corazón que está herido de muerte.
¿Quién era yo para ser tratado de tal manera? El pobre amanuense de Castro Pérez, herido y lastimado por la murmuración villaverdina, un pobre estudiante, recién salido de aulas, favorecido por los elogios de don Quintín Porras, y llevado a Santa Clara por las recomendaciones de un maestro de escuela, de un médico a la antigua, sin fortuna ni fama, y de un mendigo franciscano.
Me sentí herido, y murmuré una disculpa, que no calmó la cólera de don Juan, sino que, por lo contrario, le impacientó, porque, interrumpiendo mis excusas, agregó en tono despreciativo:.
Como este primer golpe fue dado sobre el suelo, le pareció a Maximiliano que había retumbado mucho, y entonces puso sobre la cama el cacharro herido.
Creyendo que estaba mortalmente herido, no quería meterse en líos con la justicia.
También propinó el bromuro potásico a fuertes dosis, y a la primera toma se adormeció el herido, pronunciando palabras sueltas, de las cuales nada pudo sacar en claro la señora de Jáuregui.
Mi tíaañadió el clérigo, me ha contado los horrores de esta noche Mi hermano maltratado, herido, usted entrando en casa a deshora, y entrando para recoger su ropa y marcharse, rompiendo la armonía conyugal y dejándonos a todos en la mayor confusión.
Ya no se sentía punzado, sino herido por atroz sablazo.

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