Ejemplos con entreabriendo

¿Qué se le ofrecía, señorito?dijo la doncella entreabriendo la puerta.

Solía Leonor despertarse cuando su madre estaba contemplándola de esta manera, y entreabriendo dichosamente los ojos amantes y atrayéndola a sí con sus brazos, se dormía otra vez, con la cabeza de su madre entre ellos, de su madre que apenas dormía.

¿Quién va ganando? preguntó Negretti, entreabriendo la puerta de su escondrijo.

Pero entreabriendo los ojos le vio encender la vela.

¿Por qué serán tan malos cristianos los hombres?añadió entreabriendo los labios con cándido asombro.

Solía Leonor despertarse cuando su madre estaba contemplándola de esta manera, y entreabriendo dichosamente los ojos amantes y atrayéndola a sí con sus brazos, se dormía otra vez, con la cabeza de su madre entre ellos, de su madre que apenas dormía.

Entonces el viejo echaba sobre los pliegues de la manta y entreabriendo la sucia camisa, mostraba a las ávidas miradas el pecho hundido, flaco, con la piel pegada a los huesos.

entreabriendo las yerbas con los dedos rígidos, como para agarrarlas por.

:::y entreabriendo los ojos mientras fulge la arena,.

Siguió ordenándome mientras me miraba entreabriendo los labios.

Pero la agitación del amor turba su sueño, enardece su rostro, anímalo, y entreabriendo sus labios hácele pronunciar un nombre sobradamente querido mientras estrecha al esposo contra su hermosísimo seno.

Sus pensamientos fueron tajos de luz en la penumbra de la barbarie americana, entreabriendo la visión de cosas futuras.

Un solo momento calló, frunciendo el rostro, entreabriendo la boca como si sufriera.

El joven se acercó de puntillas, rodeó el lecho, entreabriendo los cortinajes del pabellón flotante con profunda cautela y examinando todos los pormenores.

Al sentir que abrían la puerta, todos los asistentes dirigieron hacia ella sus miradas, entreabriendo sus bocas, y poniéndose las manos en los ojos para poder distinguir quien entraba.

Al rato, entró su gran amigo, don Benjamín, que venía en busca de provisiones para su casa, por un verdadero fenómeno de intuición, lo sintió, y entreabriendo sus ojos velados por la embriaguez, balbuceó con voz impedida:.

La cual debió ser bien terrible para ella, porque apenas me hube levantado yo de la cama al día siguiente, y eso que madrugué tanto como el sol, apareció como un fantasma en mi cuarto, después de haberme pedido permiso para ello entreabriendo la puerta con mucho cuidado.

le responde entreabriendo la portera:.

-Señor, ¿quiere usted luz? -le preguntó Benito entreabriendo la puerta del cuarto.

-¿Qué manda usted, señor? -le preguntó Benito entreabriendo la puerta del cuarto.

-Una mujer encubierta desea hablar a la señora -dijo un criado entreabriendo la puerta.

Cuando con lúgubre sonido resonó la campanilla por tres veces, apareció el conserje, entreabriendo la puerta lo suficiente sólo para ver quién llamaba.

Senteme a la cabecera de la cama, pedí el jugo de la yerba, y entreabriendo los labios al enfermo, hícele pasar de hora en hora algunas gotas, durante toda la noche.

-Mira lo que llevo aquí -dijo con cierta ufanía, entreabriendo el abrigo.

Amaneció un día con el viento al Sur, casi en calma: el cielo sonrosado con algunas nubes aturbonadas, la bahía, como un espejo, la mar, como un lago, la temperatura, a placer, el campo, verde y fragante, las flores, meciéndose sobre los tallos, los árboles, entreabriendo sus hinchadas yemas y asomando por ellas las tiernas esmaltadas hojas, que se estremecían y se desplegaban al sentir por primera vez el calor de los rayos del sol vivificante, la sonora voz de las campanas de todos los templos, llenando de armonías el espacio, y el movimiento y la circulación, interrumpidos por la solemnidad de los días anteriores, restableciéndose bulliciosos en todas las arterias de la población.

-¿Has venío ya, delirio? -preguntóle el Churumbela, entreabriendo los ojos al sentir los pasos de la mujer querida.