Ejemplos con destierro

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los efectos negativos del destierro sobre la identidad del artista y los esfuerzos de éste por superarlos a través de la creación han quedado reflejados en El hijo del arquitecto, considerada por la crítica como una novela esencial.
La restauración de la comunidad, el destierro de la alienación social, y el establecimiento de relaciones justas y naturales en nuestro pueblo.
Poemas elegiacos que escribió en su destierro mandado por Augusto en las más alejadas fronteras orientales del Imperio, en Tomi, a orillas del Mar Negro, por causa aún desconocida aunque relacionada con el carácter lascivo de sus escritos, lugar donde falleció sin poder regresar a Roma.
Sus amores campestres le ayudaban a pasar el destierro del verano.
El, como hijo de proscrito muerto en el destierro, marchó siendo muy joven detrás de la figura grandilocuente de Gambetta, y hablaba a todas horas de la gloria del maestro para que un rayo de ella se reflejase sobre el discípulo.
En la misma capilla estaba la tumba de otra princesa, hija del basileo Teodoro Lascaris, que había venido a reunirse con su tía en el lejano destierro.
Así escribía a su viejo amigo, poco antes de salir para el destierro, poco antes de abandonar su patria y su hogar y sus libros el mancebo estupendo que había de ser más tarde el Libertador de su pueblo, y el que le arrancara su última presa en América a la hambrienta monarquía española.
Sus compañeros de regencia estaban en la cárcel o en el destierro, y sí él no sufrió igual suerte, era por su mitra y su apellido.
Primero fue Proudhon con sus audaces escritos, después completaron la obra algunos militantes que trabajaban en la misma imprenta que él, viejos soldados de la Commune que acababan de volver del destierro o de las prisiones de Oceanía, y reanudaban su campaña contra la organización social con un ardor acrecentado por los dolores sufridos y el ansia de venganza.
Pero a aquel buen señor, retratado en la Sala Capitular con peluca blanca, labios pintados y ojos azules, le llamaban más los goces del mundo que las grandezas de la Iglesia, y abandonó el arzobispado para casarse con una dama de modesta estirpe, riñendo para siempre con el monarca, que lo envió al destierro.
¿Qué sería de ellos? ¡Pobres hijos suyos! ¡Y Fernandito, tan afectado, tan nervioso, postrado en cama e inspirando su salud serios cuidados! Quizá les esperaba el destierro, quizá la cárcel, quizá ¡Oh! Las damas se estremecían de furor y de espanto, hablando todas a un tiempo, confortando a la víctima con sus consejos y dándose todas al diablo allá en sus adentros, porque era a Currita y no a ellas a quien había tocado la suerte de hacerse sospechosa a la policía y llegar al apogeo de la celebridad de un solo salto.
Por esto, cuando regresó a Valencia, volviendo a encargarse de , experimentó la alegría del que sale del destierro.
Si tú estuvieras aquí sería otra cosa, ya sabes cuánto te quiere, habría menos gruñidos y menos regaños, los altares tendrían manteles limpios, y las albas menos rasgones, me leerías algo todas las noches, aunque fuera para que los libros no se estuvieran arrumbados en el armario, jugaríamos un partido de ajedrez, y la vida de este cura sería menos fastidiosa en este destierro.
El alma carece de edad, y, mientras caen deshechos los ídolos de barro que erige la soberbia del hombre, el espíritu se purifica en el destierro para asistir al banquete de la Inmortalidad.
Pero nosotros, los caminantes, los inquilinos, los forasteros, nos damos cuenta esta noche de que Madrid es un vivac, un destierro, una prisión, un purgatorio.
Era preciso moralizar la administración provincial, desterrar abusos, sobre todo, en el destierro de los abusos insistió mucho.
Rodrigo Venegas, despues de la espantosa escena de la Rifa? ¿Le amaba a tal extremo? ¿Le habia amado alguna vez?—¿Qué aguardaba al proscrito, a la vuelta de su largo destierro? ¿Horribles dolores? ¿Crueles desengaños? ¿Renovadas luchas? ¿Escenas de sangre? ¿Su propia muerte, por término de tantas angustias y fatigas?.
Pero dejémonos nosotros de estas filosofías o teologías, cuyo esclarecimiento no nos incumbe, y, reduciéndonos al humilde oficio de narradores de hechos consumados, volvamos a aquella plaza de la ciudad moruna, de donde acababa de salir para su voluntario destierro nuestro inculto y apasionado protagonista.
No pasaron cuatro dias, cuando ya Arnesto se puso a punto de salir a cumplir su destierro, y los dineros estuvieron juntos.
Finalmente, con justa razón fuimos castigados con la pena del destierro, blanda y suave al parecer de algunos, pero al nuestro, la más terrible que se nos podía dar.

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