Ejemplos con confiada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Isabel tiene fama de haber sido confiada en sí misma y ser una mujer muy vigorosa fuerte físicamente.
Cuando el Faraón toma el control del cuerpo de Yugi, Yugi experimenta un brusco crecimiento, gana unas rayas amarillas adicionales en su cabello, y sus ojos adquieren una forma más confiada.
el cesarismo expresa siempre la solución arbitraria, confiada a una gran personalidad, de una situación histórico-política caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva catastrófica, no siempre tiene el mismo significado histórico.
Es confiada, pero difícil de encontrar, se mimetiza con el entorno.
Afortunadamente para él, sólo se necesitan unas pocas palabras de aliento para hacerle recuperar su manera confiada y arrogante de ser.
Todas las disposiciones de carácter legal que emanen del Parlamento colonial o de los Tribunales, se compilarán con el nombre de Estatutos coloniales en una colección legislativa, cuya formación y publicación estará confiada al Gobernador General como Jefe del Poder ejecutivo colonial.
Este fue el primer Annuario publicado por la Santa Sede, aunque su compilación fue confiada la periódico Giornale di Roma.
La misión confiada a esta máquina altamente supersónica ha sido la de interceptar y destruir, de día, de noche y bajo cualquier condición atmosférica a todo posible agresor que intentase penetrar en el espacio aéreo de los Estados Unidos.
El cuadro tiene dos espacios definidos, en la parte superior el mundo sobrenatural, lo espiritual y, en la parte inferior: la Naturaleza, la Obra de Dios confiada a la Humanidad.
La sonrisa inocente y confiada de su pubertad habíase trocado en un gesto de reserva, como mujer que conoce los peligros del camino y marcha con paso tardo y prudente.
La mía está tranquila y confiada ante Dios, que ve el secreto de mis intenciones.
Además, entendía el matrimonio con arreglo a la tradición familiar: la mujer dueña absoluta del interior de la casa, pero confiada en los asuntos exteriores a la voluntad del señor, del guerrero, del jefe del hogar, sin permitirse pensamientos ni objeciones sobre sus actos.
Y estos medio hombres hablaban, fumaban, reían, satisfechos de ver el cielo, de sentir la caricia del sol, de haber vuelto a la existencia, animados por la soberana voluntad de vivir, que olvida confiada la miseria presente en espera de algo mejor.
¡Ay! ¡Su reputación intacta hasta entonces! ¡El miedo a lo que podía decir la gente! Los dos retrocedieron hasta la adolescencia, se amaron con la pasión confiada y pueril de los quince años, que nunca habían conocido.
Al poco rato estaba arrepentido de esta postura excesivamente confiada.
No había mas que ver la frecuencia con que volvía hacia él los ojos, su nueva sonrisa, más confiada y espontánea, como si fuese dedicada a un amigo antiguo.
Las jóvenes menestralas, que ascendían lentamente hacia la ermita, se impacientaban, chillaban, más por la suciedad del polvo, que por temor a los corceles, dirigían chufletas de peor o mejor gusto al inflexible Piscis, que éste no escuchaba siquiera, absorto en la contemplación de las patas del caballo, cuya alta dirección le estaba confiada.
Pero esas buenas fortunas, que en el primer instante llenan el corazón de los efluvios trastornadores de la primavera, y dan al hombre la autoridad confiada de quien posee y conquista, esos amoríos de ocasión, miel en el borde, hiel en el fondo, que se pagan con la moneda más valiosa y más cara, la de la propia limpieza, esos amores irregulares y sobresaltados, elegante disfraz de bajos apetitos, que se aceptan por desocupación o vanidad, y roen luego la vida, como úlceras, solo lograron en el ánimo de Juan Jerez despertar el asombro de que, so pretexto o nombre de cariño, vivan hombres y mujeres, sin caer muertos de odio a sí mismos, en medio de tan torpes liviandades.
Abría cada cual la cerradura confiada a su custodia, giraba pesadamente la puerta y quedaba abierta la capilla con sus antiguas riquezas.
¡Por la patria, cuya defensa nos está confiada! ¡Por el honor de nuestra bandera!.
La niña no se sorprendió al verla Había ofrecido aquella tarde, por aviso del padre Cifuentes, el sacrificio de su vida, y esperaba confiada y serena, como esperan las lágrimas del pecador los ángeles de la guarda.
Pero no hacía ningún viaje a Valencia sin llevar consigo la escopeta, que dejaba confiada a un amigo de los arrabales.
Su alegría era tan noble, tan generosa y tan confiada, y la expresión divina que esta alegría prestaba a su figura gentil era de tal suerte simpática, que la censura quedaba desarmada al cabo, y al mirarla, tenían que bendecirla todos los hombres.
Harto lo ha probado su ruina, pero además, bastará con que yo, enlazando los rotos recuerdos de mi niñez, te cuente mi modo de vivir en Madrid, para que entiendas que lo mejor, quizá lo único que pudo hacer mi padre, fue dejarme confiada a D.
Por imprevisor, por descuidado que fuese tu padre, por pocos amigos y relaciones que tuviese en el mundo, ¿no tuvo a nadie a quien dejarte confiada sino a D.
Acisclo mostró siempre al marqués, más aún cuando pobre que cuando rico, y con los cuidados con que le atendió en los últimos días de su vida, sin que ni remotamente entrase en todo ello la menor idea de desagravio, pues pensaba haberle favorecido y no ofendido, don Acisclo se elevó a considerable altura moral e intelectual en el ánimo del marqués, quien al morir le dejó confiada la joya más hermosa que aún poseía en este mundo.
Lo cierto es que la familia espuria se mostraba por entonces incomparablemente humilde: a Primitivo no se le encontraba sino llamándole cuando hacía falta, Sabel se eclipsaba apenas dejaba la comida puesta a la lumbre y confiada al cuidado de las mozas de fregadero, el chiquillo parecía haberse evaporado.
Á esto me respondió con escusas que yo las tuve por bastantes y necesarias, y confiada como rendida, creí como enamorada, y entreguéme de toda mi voluntad a la suya por intercesion de una criada mia, mas blanda a las dádivas y promesas del duque, que lo que debia a la confianza que de su fidelidad mi hermano hacia.
Confiada estoy, señor poderosísimo, hermosísima señora y discretísimos circunstantes, que ha de hallar mi cuitísima en vuestros valerosísimos pechos acogimiento no menos plácido que generoso y doloroso, porque ella es tal, que es bastante a enternecer los mármoles, y a ablandar los diamantes, y a molificar los aceros de los más endurecidos corazones del mundo, pero, antes que salga a la plaza de vuestros oídos, por no decir orejas, quisiera que me hicieran sabidora si está en este gremio, corro y compañía el acendradísimo caballero don Quijote de la Manchísima y su escuderísimo Panza.
Porque la deshonesta y atrevida Leonela, después que vio que el proceder de su ama no era el que solía, atrevióse a entrar y poner dentro de casa a su amante, confiada que, aunque su señora le viese, no había de osar descubrille, que este daño acarrean, entre otros, los pecados de las señoras: que se hacen esclavas de sus mesmas criadas y se obligan a encubrirles sus deshonestidades y vilezas, como aconteció con Camila, que, aunque vio una y muchas veces que su Leonela estaba con su galán en un aposento de su casa, no sólo no la osaba reñir, mas dábale lugar a que lo encerrase, y quitábale todos los estorbos, para que no fuese visto de su marido.

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