Ejemplos con cantando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero, como es tan pequeño, las locas no le temen y siguen girando, cantando y riendo a su alrededor.
¡Y cuidado si los españoles de muchachos gozamos cuando nos es dado trabar amistad con algún asno, burro o pollino de los innumerables que en nuestra tierra hay y que llevan sobre sus lomos tantas cargas y son el consuelo y alivio de los pobres! Borriquitos de España, que con vuestro pasito corto andáis y reandáis nuestros caminos polvorientos y abrasados trayendo el agua de la fuente, llevando la ropa al río, la retama al horno, la comida a los segadores y a los mozos de las eras, cabalgadura sumisa de viejos, niños y mujeres, que aguantas ancas, hambre y malos tratos, sobre la que viajan cantando o durmiendo arrieros, gitanos y campesinos: borriquitos de España, alegres y trágicos, bien merecéis que os paguemos el bien que os debemos y el mal que os hacemos con un poco de amor y de piedad.
¿Pero es de veras? ¡Qué rico de Pe-ri-co!exclamó la anémica cantando.
Mi criado, soldado viejo, y por lo tanto acostumbrado a las largas marchas y al fastidio de las soledades, había procurado distraerse durante el día, ora cazando al paso, ora cantando, y no pocas veces hablando a solas, como si hubiese evocado los fantasmas de sus camaradas del regimiento.
El pueblo tomó parte en la música religiosa, cantando en diversas tesituras, cada cual como mejor le parecía, siendo estos los primeros intentos del canto polifónico o de voces concertadas.
El músico hablaba, hojeaba cantando sus partituras, o hacía sonar el armónium, el revolucionario le escuchaba silencioso, sin interrumpir a su amigo más que con la tos de su pecho enfermo.
Mucho quería el labrador a su mujer, y hasta le perdonaba la tontería de haberle dado cuatro hijas y ningún hijo que le ayudase en sus tareas, no amaba menos a las cuatro muchachas, unos ángeles de Dios, que se pasaban el día cantando y cosiendo a la puerta de la barraca, y algunas veces se metían en los campos para descansar un poco a su pobre padre, pero la pasión suprema del tío , el amor de sus amores, eran aquellas tierras, sobre las cuales había pasado monótona y silenciosa la historia de su familia.
Todos los días veían lo mismo: las mujeres cosiendo y cantando bajo las parras, los hombres en los campos, encorvados, con la vista en el suelo, sin dar descanso a los activos brazos, tendido a lo gran señor ante las varitas de liga, esperando a los pájaros, o ayudando a Pepeta torpe y perezosamente, en la taberna de unos cuantos viejos tomando el sol o jugando al truco.
Esta devoción no les impedía que riesen cantando, y por lo bajo, entre oración y oración, se insultasen y apalabrasen para darse cuatro arañazos a la salida, pues estas muchachas morenas, esclavizadas por la rígida tiranía que reina en la familia labriega y obligadas por preocupación hereditaria a estar siempre ante los hombres con los ojos bajos, eran allí verdaderos demonios al verse juntas y sin freno, complaciéndose sus lenguas en soltar todo lo oído en los caminos a carreteros y labradores.
Recordaba la poesía árabe cantando a la mujer junto a la fuente con el cántaro a sus pies, uniendo en un solo cuadro las dos pasiones más vehementes del oriental: la belleza y el agua.
Los dineros del sacristán cantando se vienen y cantando se van.
Otras veces armábase la guerra por si la una se había puesto la ropa blanca de la otra o por si se habían robado objetos de su exclusiva pertenencia, pero una ráfaga de autoridad pasaba por la madre: había bofetadas, llantos y pataleos, las criadas reían en la cocina, y a la media hora todos tan contentos: Concha en el balcón, Amparo corría por la casa cantando como una alondra, y doña Manuela arrellanábase en su butaca con aire de soberana que acaba de administrar recta justicia.
Tan complaciente era, que para entretener al sobrino no vacilaba en despojarse de su dignidad profesional, y las criadas oían sonar en el salón una guitarra y la voz de don Rafael cantando las cancioncillas de sus buenos tiempos de estudiante.
No, ésta no la consentía, aunque el primo le pidiese perdón de rodillas y estuviese todo un año cantando romanzas sentimentales.
Allá, en el fondo del jardín, seguía cantando el trovador alado.
Las campanitas seguían llamando a misa, el río seguía cantando, y susurraban las arboledas, y venía de las selvas y de las cañadas algo como rumor de lejanas orquestas misteriosas que ejecutaban, allá en la sierra, en lo más recóndito de la cordillera, inaudita sinfonía.
Desde muy temprano se suelta cantando.
Parece un pajarito que a todas horas está cantando.
Levantose, y cogiendo una bota salió y fue a la cocina, donde estaba Papitos cantando.
Seguía cantando y el otro ¡plum!, se chapuzaba otra vez en su lectura.
Dorotea, que se quedó junto a ella, la oyó cantando, a media voz y con las manos cruzadas, las coplas místicas de las Micaelas.
¡Ay señor! dijo la sobrina, bien los puede vuestra merced mandar quemar, como a los demás, porque no sería mucho que, habiendo sanado mi señor tío de la enfermedad caballeresca, leyendo éstos, se le antojase de hacerse pastor y andarse por los bosques y prados cantando y tañendo, y, lo que sería peor, hacerse poeta, que, según dicen, es enfermedad incurable y pegadiza.
Bien puede vuestra merced acomodarse desde luego adonde ha de posar esta noche, que el trabajo que estos buenos hombres tienen todo el día no permite que pasen las noches cantando.
Y, queriéndolo poner en efeto, hizo la mesma voz que no se moviesen, la cual llegó de nuevo a sus oídos, cantando este soneto:.
Finalmente, Anselmo y yo nos concertamos de dejar el aldea y venirnos a este valle, donde él, apacentando una gran cantidad de ovejas suyas proprias, y yo un numeroso rebaño de cabras, también mías, pasamos la vida entre los árboles, dando vado a nuestras pasiones, o cantando juntos alabanzas o vituperios de la hermosa Leandra, o suspirando solos y a solas comunicando con el cielo nuestras querellas.
Entre estos disparatados, el que muestra que menos y más juicio tiene es mi competidor Anselmo, el cual, teniendo tantas otras cosas de que quejarse, sólo se queja de ausencia, y al son de un rabel, que admirablemente toca, con versos donde muestra su buen entendimiento, cantando se queja.
Venía el labrador cantando aquel romance que dicen:.
¿No oyes lo que viene cantando ese villano?.
Los músicos eran los regocijadores de la boda, que en diversas cuadrillas por aquel agradable sitio andaban, unos bailando, y otros cantando, y otros tocando la diversidad de los referidos instrumentos.

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