Ejemplos con calladamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

De la parte alta brota el agua, que luego rebota, para caer calladamente sobre las estrías.
Jugador callado y humilde, nunca tuvo la capitanía del equipo y se fue del club tan calladamente como estuvo en él.
Todo los cargos fueron dejados caer calladamente.
Moe, calladamente, se va antes de que el jarabe alcance el suelo.
Según íbamos en el coche, pensé: Si yo pudiera morderme con disimulo una arteria y dejarme desangrar, calladamente.
Pasan grandes insectos que zumban un instante, suena de cuando en cuando la flauta de un cuclillo, un murciélago gira calladamente entre los pinos.
Los murciélagos revuelan calladamente, brillan las luces en el pueblo.
Un mozo discurre con una bandeja, la concurrencia se va retirando calladamente.
Pero ¿cómo, cuando la justicia y la opinión públicas ya se calmaban, viendo lógicamente explicado el misterio, podía surgir él otra vez para refutar esa explicación y denunciar el supuesto heroísmo de la joven, la supuesta infamia del asesino que por salvarse dejaba sufrir a una inocente? Al hacer tal cosa, habría dado la razón a los que le creían amante afortunado de la muerta y celoso rival del Príncipe! Cuanto mayor fuera el celo que desplegara al acusar a éste, cuando su inocencia parecía ya demostrada, tanto más naturalmente se habría creído que sólo un odio ciego lo animaba, y su amor por la Condesa habría sido la explicación de ese odio, de su deseo de venganza! ¡La confesión de la Natzichet había hecho olvidar su pasión y le permitía hasta evitar el mencionarla de nuevo, pero para proclamar mentida aquella confesión, debía intervenir aún más activamente que antes, insistir en el sentimiento que lo había unido a la Condesa, exponerlo a las sospechas profanadoras! ¡Sí, mas, para evitar tan intolerable daño, debía calladamente admitir la inocencia de Zakunine! ¡Y ante esa idea se sublevaba todo su ser: ¡no! si había un culpable era él! ¡Nadie más que él podía serlo!.
Como nunca hizo alarde de esta ni de otras obras suyas de alta misericordia, que cumplía calladamente como Caballero Hospitalario, pocas personas lo sabían.
Mas antes de que la doncellita contestase se abrió la puerta de un pequeño gabinete, también lleno de trastos a medio colocar, y apareció una mujer como de veinticinco a treinta años de singular gentileza, que arrojándose en brazos del anciano rompió a llorar amarga y calladamente.
El gentío se fue desparramando como nube que el viento fracciona y desvanece: pasó primero en turbas, luego en grupos y después en parejas que calladamente solían dividirse sin despedida ni saludo, tomando unos el camino de su casa, entrando otros en ventorrillos y tabernas, diseminándose y perdiéndose, confundidos todos y sorbidos por la agitada circulación del arrabal.
Los hombres que en aquella casa vivían fueron al principio muy pocos: luego, llegando sigilosa y calladamente por las noches, vinieron de tierras extrañas muchos más, tantos, que sus cánticos antes débiles como compuestos por escaso número de voces, resonaron vigorosos y potentes, repercutiendo en las concavidades de los montes cercanos, cual si quisieran despertar los ecos del cañoneo de antaño.
Tendió a don Juan la mano derecha, que él estrechó entre las suyas, y calladamente, sin soltarle, le guió hacia dentro.
La puerta de aquella habitación estaba cerrada, pero apenas Aldea se detuvo ante ella, golpeándola suavemente con los nudillos, una de sus hojas se abrió calladamente hacia fuera, mostrando un brazo de mujer ceñido por una manga de seda roja.
Lázaro se puso en pié, indicando a la duquesa con los ojos el ruido de los pasos que se acercaban, y ella bajó calladamente la cabeza.
Silencio es hablar uno calladamente con su propio dolor, y contenerlo hasta que se convierta en sonrisa, en plegaria, o en canto.
Lanzó un sordo gemido, y en un acceso de desesperación se dejó caer de bruces en el lecho, ocultando en las ropas el rostro bañado en lágrimas y murmurando calladamente entre sollozos:.
, ese día, ¡por mi madre te lo juro!, sin quejas, sin escenas, sin la menor señal de que estoy disgustado, ¡ah, eso no!, me levanto de noche calladamente, cojo el arma, te la aplico a la sien y te despiertas en la eternidad.
Pero ¡cuán rara vez lo son en tal extremo, y cuántas la contribución con que el pensamiento individual parece aportar nuevos elementos al acervo común, no es sino una restitución de ideas lenta y calladamente absorbidas! Así, quien juzgara por apariencias materiales habría de creer que es la corriente de los ríos la que surte de agua a la mar, puesto que en ella se vierten, mientras que es de la mar de donde viene el agua que toman en sus fuentes los ríos.
La fe, el entusiasmo, la «verdad querida» de entonces, aun después que son reemplazados por otros y parecen desvanecidos hasta en la copia del recuerdo, suelen transparentarse bajo aquellos que han ocupado su lugar, e influir de alguna suerte en su tonalidad y su carácter: que es como cuando el vencido en la guerra, llega, por su superioridad en artes pacíficas, a dominar suave y calladamente al vencedor.
Nuevas capacidades pueden suscitarse mientras la vida dura y se renueva, unas veces, creándolas por sugestión y ejemplo de otros, y fundiendolas en lo íntimo a favor de un fuego de heroísmo y pasión que encienda el alma y la disponga para operar en ella, otras veces, evocándolas de misterioso fondo ancestral, donde duermen y esperan, como la aurora en el fondo de las sombras: porque también en el alma de los pueblos hay de esas reservas ignoradas de facultades, de vocaciones, de aptitudes, que aún no se manifestaron en acto, o que, no bien manifiestas, se soterraron, y tienden, lenta y calladamente, al porvenir, por la oculta transmisión de la herencia.
-Por Dios, que yo alabo esta tu constancia, que has querido prevenir la querella a lo que hasta ahora es secretamente hurtado, lo cual yo, sufriendo muchos días ha, entre mí mismo me he quejado, porque no pareciese que reprendía a mi hermano de un hurto de tan poco valor como éste, pero bien está, pues, que nos habemos descubierto, para que por mí y por ti se busque el remedio de nuestro daño, y la envidia, procediendo calladamente, no nos traiga contenciones, como entre los dos hermanos Eteocles y Polinices, que el uno al otro se mataron.
-Sí, señor, pero muy calladamente.
El día, como si estuviera reuniendo fuerzas calladamente, había transcurrido casi sin incidentes y ahora los pieles rojas envueltos en sus mantas se encontraban en sus puestos de arriba, mientras que, abajo, los niños estaban cenando, todos menos Peter, que había salido para averiguar la hora.
Un extraño silencio pareció invadir toda la atmósfera, una gran bandada de cornejas cruzó calladamente por encima de sus cabezas, y antes de que llegasen a la casa ya habían caído algunas gotas.
Y tan calladamente y tan hurañamente como había vivido, murió la monja del rosario milagroso el día mismo en que la última cuenta de hueso se convirtió en purpúreo grano de coral.
Alegróse Vibio de saber por la relación de éste que se había salvado, e informado de cuántos eran los que tenía consigo y del sitio, aunque no pasó a verle, llamó al punto al administrador de aquella ciudad y le dio orden de que haciendo todos los días aderezar una comida la llevara y pusiera delante de la piedra, retirándose calladamente, sin meterse a examinar ni inquirir lo que había, y anunciándole que el ser curioso le costaría la vida y el desempeñar fielmente lo que se le mandaba le valdría la libertad.
Los caudillos, sus voluntarios y muchas mujeres salieron calladamente, y, bajando por despeñaderos y sendas de cabras, se retiraron hacia las Albuñuelas.
Pero, como confesar su torpeza habría sido dar la razón al idiota del primillo, se guardó calladamente sus reflexiones para sí.

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