Ejemplos con asechanza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Debía precaverse contra una asechanza del antiguo presidiario, y se puso de pie, procurando disimular su cuerpo detrás del tronco de un árbol, no dejando visible más que un ojo.
Se sentó al pie de un árbol como la otra vez, con la escopeta preparada, resguardándose detrás del tronco, por si esta soledad ocultaba una asechanza.
Sólo que aquellos ladrones obraban de frente, a pecho descubierto, eran bravos y generosos, o, lo que es lo mismo, nobles, y estos otros ladrones son cobardes, traicioneros, alevosos, miserables, taimados, bellacos, amigos de la encrucijada y la asechanza.
El heroico aventurero, contra la opinión de los suyos, que temían una asechanza, fué a Adrianópolis escoltado solamente por unos cientos de catalanes, y le recibieron con grandes fiestas.
Los hombres de los buques eran los más furiosos, por lo mismo que arrostraban a todas horas la traidora asechanza submarina.
Pasados algunos años, y gobernando un ministerio progresista, sus compañeros y subordinados le prepararon la terrible asechanza cuyo funesto desenlace atajaron las declaraciones de don José.
Ignorando en qué fundar sus recelos, creía Julián que meditaban alguna asechanza.
Su vista al entrar en un sitio recorría las paredes, escudriñaba las puertas, parecía querer penetrar en el interior de lo más reservado y oculto, y al sentarse, sus manos tanteaban el asiento, como si temiera ser víctima de alguna burla o asechanza.
Como ya no estaba bien con Filotas, con esto cobraron osadía los que de antemano le odiaban, y decían ya sin rebozo que sería grande necedad en el rey el creer que un hombre de Calestra como Dimno había de haber tenido por sí semejante arrojo: por tanto, que no era sino ejecutor, o, más bien, instrumento manejado por una fuerza superior, por lo que la asechanza se había de buscar en aquellos a quienes más importaba que estuviese oculta.
Al llegar la noche a posarse en el nido, a volverse edredón sobre los pequeñuelos, a que los pequeñuelos durmieran mientras los padres no más entredormían, atentos al más leve rumor, prevenidos a la más remota asechanza.
Nunca en día de Senado salía al campo, más adelante, cuando los de la facción de Pompeyo, por ver que había de serles un estorbo para sus injustos designios, encontrándole siempre íntegro e inflexible, se propusieron entretenerle fuera en defender a sus amigos, en compromisos o en arbitrios y en otros negocios, habiendo conocido muy pronto la asechanza, se negó a todo, e hizo propósito de no atender a ninguna otra cosa cuando había Senado.
Así pensaban los más moderados de los trescientos, pero la mayor parte estaban en asechanza de los senadores, con ánimo de echarles la mano, para templar por este medio la ira de César contra ellos.
Mas al día siguiente, congregando Antonio el Senado y pasándole aviso no concurrió, sino que se quedó en cama, excusándose con que estaba fatigado del viaje, pero, a lo que parece, lo que verdaderamente lo detenía era el temor de alguna asechanza, por cierta indicación y sospecha que se le había dado en el camino.
En el tiempo en que ya se trataba este género de asechanza, tuvo Dion una visión grande y prodigiosa: hallándose una tarde solo sentado en la galería de su casa, pensando en sus cosas, de repente oyó un ruido, y volviendo la vista a uno de los corredores a tiempo que aun duraba la luz del día, vio a una mujer gigantesca, que en el traje y en el rostro en nada se diferenciaba de las Furias, estar con una escoba barriendo la casa.
Ocultándose, pues, entre algunas paredes y en las esquinas de las calles, se ponen en asechanza contra aquellos hombres, logrando dar muerte a tres de ellos: pero el cuarto, herido de una cuchillada en la cabeza, huyó gritando que estaban dentro los enemigos.
Además de los mil peligros de la existencia cotidiana, y de la asechanza de innumerables gérmenes morbosos, existen funestos gérmenes morales, dotados análogamente de multiplicación y de contagio.
pues siempre su descanso es una asechanza, y aunque no hagan.
::¡Preserve Alah de toda asechanza a un rostro que la belleza se encargó de cubrir con su velo, y ante el cual se inclina la luna, honrándole las estrellas cual esclavas!.
¡Y advirtió que no hacía todo aquello más que con el fin de impedir cualquier asechanza!.
Tuvo este paso Pompeyo por nueva asechanza, y, bajando con prontitud hacia el mar, ocupó terrenos y sitios que sirvieran de firme apoyo a su infantería, y puertos y desembarcaderos cómodos para los que arribasen por el mar, de manera que todo viento era próspero a Pompeyo para que le llegaran víveres, tropas y caudales.
Habíales puesto sitio, pero de día, y muy a su vista, navegó para Elea, y volviendo después sin ser visto ni advertido, se puso cerca de la ciudad en asechanza, y como los Mitileneos valiesen sin orden y sumamente confiados a apoderarsé de un campamento que suponían abandonado, cayendo sobre ellos hizo prisioneros a la mayor parte, y de los que se defendieron mató unos quinientos, habiendo sido seis mil los cautivos e inmenso el botín que les tomó.
Engañado Gelón de esta manera, fue todavía más engañado Neoptólemo, el cual, dando por supuesto que la asechanza iba adelante, no pudo contenerse con el placer, y lo divulgó entre los amigos.
Los amigo del doctor Alsina le mandaron entonces un hombre de toda confianza y de reconocido valor para que le guardase la espalda y fuese capaz de defenderlo de cualquier asechanza traidora que se le tendiera.
que la asechanza estaba inmediata a su descanso.
¿Se puede culpar esa reflexión con que el bravo oficial ha procurado sostenerse a sí mismo contra la tentación de cobardía? Ese deseo del honor, ese horror a la ignominia de pasar por cobarde, ¿no ha sido en él un sentimiento? Pero un sentimiento noble, generoso, con cuya fuerza y ascendiente se ha fortalecido contra la asechanza del miedo y ha cumplido su deber.
Tal había sido el bochornoso resultado de aquella indigna asechanza, concebida en mal hora por el ilustre MARQUÉS DE MONDÉJAR.
== - VIII - Asechanza contra Aben-Humeya.
entendida y un celo estrecho por los intereses nacionales nos han privado más de una vez de poseer mejoras importantes ofrecidas por el espíritu de empresa, mediante un cálculo natural de ganancia en que hemos visto una asechanza puesta al interés nacional.
Y extendí la mente por los campos de la historia, y al ver la haz de la tierra cubierta de ruinas y de cadáveres, a las razas luchando contra las razas, a las ideas contra las ideas, al ver la fuerza convertida en derecho y a los pícaros en la cumbre de los honores, y a los buenos en el abismo de todas las desventuras, a la mujer holgada y consentida, arrojando a los pies de su amante el honor de su marido, al marido, mancillando en torpes mancebías la fe jurada en los altares, al ver al poderoso explotar al necesitado, y al necesitado escupir la mano que le da la hogaza, al ver aquí el látigo, allí la tea, acá el atropello, allá la asechanza, y en todas partes y en todos tiempos y a todas horas, el orgullo, la soberbia, la envidia, la venganza, imponiéndose al mundo como una calamidad incontrarrestable -¡ay!, exclamé en mis adentros-, niño es el hombre, y aun con frecuencia es ángel, pero también es tigre carnicero en cuanto arroja a Dios de su conciencia.
Acaso envolvía una asechanza la lujuriante espesura.

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