Ejemplos con acongojada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un poco más tarde volvía Rita hacia Luzmela, sola y acongojada, repitiendo:.
Llegando a la sala, la mujer y la niña fueron derechas al sillón, y mientras Carmen se inclinaba devota a besar las manos del enfermo decíale Rita acongojada:.
Y con paso vivo se dirigió al despacho, dejando a Clara acongojada.
No lo tengo, ¡cómo he de hacer, si no lo tengo!pronunció Lucía acongojada, preñándosele de lágrimas los ojos.
Ella estaba acongojada: si fuese siquiera una enfermedad repentina, que se lo llevara Dios en pocos días vamos, sensible era siempre quedar una mujer sola, con dos hijos que educar, sin tener a su lado hombre alguno ¡Pero verle padecer tanto tiempo, consumirse poco a poco, sin esperanza ninguna!.
Oyó entonces, sin que pudiera distinguir las palabras, una voz suave de mujer que parecía acongojada, como si suplicase algo, y otra de hombre, fuerte y colérica, que exclamaba enérgicamente:.
La de Butrón dejó caer ambas manos abatida y dijo con voz acongojada, imperceptible casi:.
Mas en las naturalezas heroicas crecen las fuerzas en la misma proporción que crece el dolor del sacrificio, y sin derramar una lágrima ni mostrarse ya acongojada ni afligida, ocupóse tan sólo de sus preparativos de marcha.
Considérame: estoy muy acongojada, apenas duermo, y vivo en constante zozobra.
Cuando los pasos tomaron la dirección de la escalera, Rosa exclamó acongojada:.
Se quejaba de una , una cosa repentina, y Julián, turbado pero compadecido, acudió a empapar una toalla para humedecerle las sienes, y a fin de ejecutarlo se acercó a la acongojada enferma.
Yo me sentí acongojada y aturdida, empecé a llorar y pedí ardientemente a lord Gray que me llevase otra vez a mi casa.
-¿Los ha echado todos? -le preguntó la madre, acongojada, cuando la criatura había devuelto diez.
-¡Ay, señora de mi alma! -exclamó Martina acongojada-, ¿qué es lo que veo por la calle grande de árboles? ¡Desdichadas de nosotras!, ¡es mi señor y el conde y todos los criados de la casa! ¿Qué va a suceder, Dios mío?.
-Yo no tengo fuerzas, Martina -replicó doña Beatriz acongojada-, mejor es que vayas tú sola y le digas mi determinación.
-No, tú no irás en su busca -exclamó aquélla con voz acongojada.
-¡Ya viée, prenda mía! Pero si es que va vinir en seguiíta, pero que en seguiíta va a vinir -decíale, acongojada, la señora Micaela, que procuraba aquietar sus manos, empeñadas en hacer dobleces y más dobleces las vueltas del lecho.
Y desdeñando ofertas y llorando sus pesadumbres en los brazos de su vieja, ganándose el sustento en el corralón de Los Cristos seguía Rosario, cuando una noche en que, rendida por el trabajo y acongojada por la enfermedad del Cachete, de la cual desde un principio había tenido noticia, dormitaba reclinada contra la pared sin osar hablar a su madre de lo que le dolía en el corazón, empujó suavemente la puerta de la sala el Cachiporra y sin, en aquella ocasión, solicitar el necesario permiso, colóse de rondón en ella, con el sombrero encasquetado hasta casi los ojos, las manos en los bolsillos de la cien y cien veces zurcida chaqueta y la cara triste y la expresión meditabunda.
Entro don Pedro delante, y al oírle hablar con su amigo, los que detrás iban, llevando medio acongojada a Ana, avanzaron en tropel.
-¿Cómo te encuentras, hijo mío? -le preguntó su madre, anhelosa y acongojada, aprovechando el inesperado momento de lucidez para explorar el estado del enfermo.
Edmundo salió con el alma acongojada de aquella casa, en la que dejaba a Mercedes para no volverla a ver jamás, según todas las probabilidades.
Dorotea, como si no hubiera oído estas palabras, fue a sentarse acongojada en la silla que antes había ocupado.
-¡Qué tontería! -exclamó la señora, involuntariamente acongojada por las ideas que el dicho despertaba en su conciencia-.
Y tras estas y otras palabras por el estilo, cumple el Doctor, como puede y como debe, el encargo del enfermo, y vase dudando mucho que aquella alma acongojada salga de las tinieblas en que yace.
¡Demasiado acongojada está la pobre mujer con lo que le ha sucedido! ¡Ella que es tan atenta! ¡Ella que es tan delicada!.
En el mesón del ''Monje'', que estaba al principio de la calle de San Francisco, monté sobre un macho cargado de azúcar y campeche, después de haber recibido la bendición de mi señor padre que me contemplaba con sereno rostro, aunque con el alma acongojada por la idea de separarse de mí.
Águeda oyó estas súplicas con el alma acongojada, pero con heroica resolución.
¿Sientes eso que llamamos alma soledosa y acongojada? ¿Alcanzóla alguna chispa del fuego divino? ¿Abrúmala el peso de las herejías de toda tu casta? ¿Te sientes llamado hacia la buena senda, por la gracia teológica? Carne flaca somos tú y yo, Fernando, como el más estúpido, y de todo se ha visto.
-¡Mi madre se muere! -exclamó con un acento que sólo cabe en un alma acongojada por el mayor de los dolores.
La oveja acongojada y con dolor, le dijo:.

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