Ejemplos con temeríais

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando se anunció que César había tomado a Arimino, y que con su ejército se dirigía contra la ciudad, todos entonces se volvieron a mirar a Catón, el pueblo y Pompeyo, como alguien que había conocido al principio y había manifestado abiertamente cuáles eran las ideas de César, y él les dijo: “Pues si algunos de vosotros, oh ciudadanos, hubiera dado crédito a lo que siempre estuve pronosticando y aconsejando, ni ahora temeríais a un hombre solo, ni en un hombre solo tendríais vuestras esperanzas”. Reponiendo a esto Pompeyo que si Catón había tenido más tino profético él había obrado con más amistad, aconsejó Catón al Senado que la suma de los negocios la encomendara a sólo Pompeyo, pues era propio de los mismos que causaban grandes males el hacerlos cesar. Pompeyo, pues, no teniendo tropas prontas, ni viendo gran decisión en los soldados que acababa de reclutar, se salió de Roma, y Catón, que tenía resuelto seguirle y acompañarle, envió a su hijo menor al país de los Brutios, a poder de Munacio, conservando el mayor a su lado. Atendiendo, pues, al cuidado de su casa y de sus hijas, que se lo rogaban, volvió a recibir otra vez a su mujer Marcia, que había quedado viuda con cuantiosos bienes, porque Hortensio a su fallecimiento la había dejado por heredera. Este fue para César uno de los principales capítulos de recriminación y difamación contra Catón, atribuyéndole en este hecho miras de codicia y de bajo interés: “Porque, a qué propósito- decía- despachar la mujer cuando la había menester a su lado, y volverla a recibir después cuando no la necesitaba, si desde el principio no pasó aquella mujerzuela a poder de Hortensio como un cebo, para darla joven y volver a recobrarla rica?” Pero a esto se aplican muy oportunamente aquellos versos de Eurípides: Primero improbaré lo que es un crimen decirlo o suponerlo, ¿y cuál más grande que de cobarde motejar a Alcides? Porque, efectivamente, sería lo mismo que motejar a Héracles de tímido, acusar a Catón de avaro, si hizo bien o mal en tornar a este casamiento, por otra parte ha de examinarse, pues inmediatamente que Catón celebró su segundo matrimonio con Marcia le hizo entrega de su casa y de sus hijas, y él se fue en seguimiento de Pompeyo.
No podía decirse si era grave o soberbia, si era cándidamente risueña o burlona y suspicaz, pudiera creérsela lo uno y lo otro, y temeríais al mismo tiempo atribuirla alguna de esas cualidades temiendo ser demasiado bueno e indulgente para con aquella mujer-niña que parecía cuidarse muy poco de los que quisieran tomarse la molestia de interrogar a su frente muda, a sus miradas indiferentes.

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