Ejemplos con talones

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

la suerte consiste en ponerse frente al toro, a pie firme y con los talones unidos, citándole y esperando su acometida.
Está formada por un riel de perfil normal al cual se le perfora en el alma una serie de orificios para afirmar las sillas de cambio, los talones de las agujas, los tirantes, etc.
Ellas y la tropa de Miró se encuentran corriéndo constantemente con los hombres del Acoca pisándoles los talones y la huida hacia Francia se difícil de alcanzar.
Luego de irrumpir en el lugar, Homer, Marge y Lisa entran detrás, pisándoles los talones.
Cuando Homer se lanza sobre el camión de la TV por cable lo hace de la misma forma que Cary Grant lo hace contra un camión en Con la muerte en los talones de Alfred Hitchcock.
Si el saludo se realiza mientras se está frente a un oficial superior, los talones pueden ser golpeados entre sí simultáneamente.
Para conseguir sus andares de persona con pies planos, le quitó a sus zapatos,normalmente del ejército, los talones.
Cuando la representación se compone de una figura mitad animal, mitad humana, el Diablo a menudo tiene alas de murciélago, los talones de una ave de rapiña, etc.
Le besó con aquel beso absorbente que parecía apropiarse toda la vida de él, obscureciendo su pensamiento, anulando su voluntad, haciéndole temblar del occipucio a los talones.
Poco a poco se dejaban caer sobre los talones o buscaban el apoyo de la mochila.
Estaba arrodillada ante él en actitud suplicante, con el cuerpo descansando sobre los talones.
Colocáronse ambos barrenadores, cada uno sobre su piedra, con las piernas juntas y los talones tocándose.
La joven, sentada sobre los talones, sintiendo de la dura carne juvenil la incrustación de los tacones de sus botas, leía en su devocionario automáticamente, mientras pensaba lo que diría al confesor.
Tísicos colchones, jergones rellenos de escandalosa hoja de maíz, sillas de esparto, sartenes, calderas, platos, cestas, verdes banquillos de cama, todo se amontonaba sobre el carro, sucio, gastado, miserable, oliendo a hambre, a fuga desesperada, como si la desgracia marchase tras de la familia pisándole los talones.
¡Lo que corríamos! Unas veces aquí, otras en la provincia de Alicante, después por cerca de Albacete: siempre nos iban pisando los talones, pero nosotros, francés que pillábamos lo hacíamos polvo.
Y rápidamente se vió otra vez con todos sus muebles sobre el carro, errante por los caminos, en busca de lo desconocido, para crearse otra existencia, llevando como tétrica escolta la fea hambre, que iría pisándole los talones.
Huirían de allí para empezar otra vida, sintiendo el hambre detrás de ellos pisándoles los talones, dejarían a sus espaldas la ruina de su trabajo y el cuerpecito de uno de los suyos, del pobre , que se pudría en las entrañas de aquella tierra como víctima inocente de una batalla implacable.
Algunos se detenían sonriendo al oír el canto tristón y apagado, que parecía salirle de los talones, pero ¡valiente caso hacía él de los curiosos! ¡Como si una alma grande no estuviera, en sus dolores, por encima de la vulgaridad!.
Ni cinco minutos tuvieron que esperar, porque al punto entraron dos madres que ya estaban avisadas, y casi pisándoles los talones entró el señor capellán, un hombrón muy campechano y que de todo se reía.
Iba delante, y el señorito le pisaba casi los talones.
Y, girando sobre los talones, se alejó lentamente, hasta que desapareció detras de una esquina.
Por último, se santiguó, metió los talones a su cabalgadura y se incorporó a la caravana, lleno de espanto.

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