Ejemplos con sudorosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol del mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.
Las desmelenadas walkyrias, vírgenes sudorosas y oliendo a potro, empezaban a galopar de nube en nube, azuzando a los hombres con aullidos, para llevarse los cadáveres, doblados como alforjas, sobre las ancas de sus rocines voladores.
Se observó en seguida las manos sudorosas, que le temblaban.
¡Otra más! Era su amigo don José, que, cubriéndose con las vestiduras sudorosas de sus antecesores, iba a decir la tercera misa ayudado por don Carmelo.
Ennegrecidas y sudorosas las piedras por la humedad, brillaban cual si fuesen bloques metálicos.
La ciudad se había ocultado, dejando en la memoria de todos una visión de blancas construcciones, altas palmeras, ensenadas azules bordeadas de jardines, rostros congestionados por el calor, ropas húmedas y sudorosas.
Las mozas exaltadas, sudorosas, con las mejillas encendidas y los cabellos revueltos, no cantaban ya, gritaban dando vueltas a la giraldilla, despidiéndose con rabia de aquel goce, que sólo de tarde en tarde se les ofrecía.
Pero viéndome en contacto con las multitudes bullangueras y sudorosas, me han nacido estos instintos aristocráticos.
La marquesa se adelantó entonces, y sin asco ni temor apretó entre las dos suyas aquellas manos sudorosas.
Un momento antes entraban sudorosas, echando espuma, sacando chispas del empedrado, ahora se pasean solas por el gran patio, arrastrando las cadenas, sonando sus cadenas tintinantes.
Las criadas comparecieron rojas y sudorosas.
Luego un caballero en quien don Juan se reconocía, salía precipitadamente de un palco proscenio, bajaba una escalera ancha, atravesaba un patio, subía otra escalera muy estrecha, cruzaba un pasillo lleno de mujeres, unas sudorosas, otras tiritando, todas casi desnudas, y sin hacer caso de ellas ni de sus dicharachos y sus risas, se detenía ante una puerta, sobre la cual estaba escrito este letrero:.
Sonrosadas, despeinadas, sudorosas, las mozas echaban el pecho adelante y la cabeza atrás, como si fueran a esquivar un beso, pero la distancia era tan breve, que el cálido aliento de la dominada continuaba quemando la mejilla del dominador.
Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol de mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y duro.
El trágico aliento de lo irreparable acaricia nuestras sienes sudorosas.
La concurrencia podía decirse enorme, y aunque la mayoría, después de la bronca del Cautivo con el Posturas -un golfo explotador de las mujeres de baja estofa- habíase refugiado en el ambigú, donde Cipriano refrescaba la sangre irritada por el sofocón, aún quedaba gente para llenar el salón en que las parejas, sudorosas, jadeantes, despeinadas, apenas si podían moverse incrustadas las unas en las otras.
Saludamos a la peonada, nos sacamos los chambergos para aliviar las frente sudorosas y aceptamos unos mates, mientras en el fogón colocábamos nuestro churrasco de reseros y activábamos el fuego.
cocineras, sucias, sudorosas y desarrapadas.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba