Ejemplos con seduje

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Yo, José Fago, seduje y arrebaté del hogar paterno a la hija única de D.
¡Ay! A muchas seduje, a muchas atropellé, pero con ninguna fue el engaño tan torpe y miserable como con esta.
-Usted no me contesta, Sr. D. Faustino, porque cree que mi hija hace bien en huir de mi lado, en aborrecerme, en despreciarme quizás: pero yo me examino, me juzgo, y no me hallo ni despreciable, ni aborrecible. Quiero conceder que hubo un momento de mi vida, en el cual fui completamente libre y del cual dependió toda mi conducta ulterior. ¿Cuál fue ese momento? ¿Fue cuando recibí los puntapiés y demás afrentas del mayorazgo? ¿Debí aguantarme y sufrirlos con resignación? ¿Es así como no hubiera sido despreciable? ¿Estuvo quizá mi culpa en no medir ni calcular bien ni el sitio en que di con la piedra ni la violencia que la piedra llevaba? ¿Dependió de mí entonces tener serenidad y acierto para no matar al mayorazgo y magullarle y vengarme, quedando bien puesto mi honor, o, si los novicios no deben hablar de su honor, mi dignidad de hombre? ¿Para evitar aquel trance, debí acaso renunciar al amor de Juana, aconsejándole que engañase al mayorazgo y se casase con él, dando gusto a su madre, y siguiendo yo de novicio, como si tal cosa? Esto hubiera sido muy cómodo para todos, pero hubiera sido muy ruin. Lo mejor, dirá Vd., hubiera sido no enamorarse de Juana, no seducirla. Pero ni yo seduje a Juana, ni ella me sedujo. Fuimos el uno hacia el otro, atraídos por un impulso irresistible, como van el río a la mar y el humo a las nubes. Nada... Estaba escrito... Era mi sino. No lo dude Vd., yo hubiera sido un santo, si no llego a ver a Juana. El diablo se valió de ella para perderme y de mí para perderla, sin que ni ella ni yo pudiésemos evitarlo.

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