Ejemplos con saliéndose

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Logra escapar saliéndose del aeropuerto y subiéndose por atrás a una camioneta que arrancaba.
-Yo -contestó, saliéndose de la fila, un chino grandote, que montaba un overo negro lindísimo.
Además, habían ganado distintas batallas, recibido muchos refuerzos, con lo que la situación estaba saliéndose fuera de control.
Así pues en el momento crucial la situación se multiplico ampliamente saliéndose de control y haciendo casi imposible que todo regresara a la normalidad.
En un capítulo Moze forma parte de ellas, pero terminó saliéndose.
El carrusel, saliéndose de control, golpea la bandera de la escuela.
Puertas y ventanas hubo que de la sacudida se arrancaron de por sí, saliéndose de sus marcos.
El que desentona, saliéndose de la general y monótona vulgaridad, se atrae las iras sordas de la gran masa escandalizada y sufre el castigo.
Alonso, por los gritos que daba en su desbordada locura, se le llevaron prisionero a Oñate: de sus dos comilitones, el uno logró escapar saliéndose al tejado, el otro, prisionero iba también con su señor.
La hechura de las carretas era lo más zurdo y primitivo que puede imaginarse, el engrase de los ejes por darse, con lo que las cargadas chirriaban sin cesar, al paso que las de vacío, con sus desmesuradas ruedas y holgura de manga, sobre no guardar jamás la perpendicular, fuera cual fuese la nivelación del piso, hacían un retintín desagradable, chocando de continuo las sueltas bilortas contra los sotrozos de hierros fijos, y saliéndose de su sitio las tablas de la cama.
Yo creo que la puede haber y la hay en efecto, que las fuentes de nuestro conocimiento son varias, de órdenes diversos, y que no es posible llegar a la unidad, sino saliéndose del hombre y remontándose a Dios.
Todos en fin quedaron contentos, libres y satisfechos, y la fama de Ricardo, saliéndose de los términos de Sicilia, se estendió por todos los de Italia y de otras muchas partes, debajo del nombre del , y aun hasta hoy dura en los muchos hijos que tuvo en Leonisa, que fué ejemplo raro de discrecion, honestidad, recato y hermosura.
Sucedió, pues, que, saliéndose una mañana a imponerse y ensayarse en lo que había de hacer en el trance en que otro día pensaba verse, dando un repelón o arremetida a Rocinante, llegó a poner los pies tan junto a una cueva, que, a no tirarle fuertemente las riendas, fuera imposible no caer en ella.
Púsose el recién venido caballero a lo de verano, y, saliéndose al portal del mesón, que era espacioso y fresco, por el cual se paseaba don Quijote, le preguntó:.
Incorporado en ella Demetrio con sus guardias, no les dijo sino estas solas palabras: “Acabad con el que me sigue”, y saliéndose a la parte afuera, dieron éstos muerte a Alejandro y a aquellos de sus amigos que acudieron en su socorro, refiriéndose haber dicho uno de ellos cuando le herían que un solo día se les había anticipado Demetrio.
contemplarla, sacando la cabeza del lienzo y saliéndose de.
Llamé al sereno, que venía abriendo puertas de acera en acera, saliéndose de sus casillas a cada paso.
la vio un día, saliéndose hacia el prado,.
Es fama que entonces los samios, según con Eaces lo tenían concertado, saliéndose de la línea a velas tendidas, se fueron navegando hacia Samos, no quedando más que once naves de su escuadra.
Pasando, en efecto, Leotiquides a Atenas, pedía su antiguo depósito, pero los atenienses, obstinados en no restituirlo, no hacían sino buscar excusas y pretextos, saliéndose con decir que, puesto que los dos reyes de Esparta les habían a una confiado aquellos rehenes, no les parecía justo ni conveniente restituirlos a uno de ellos y no a los dos juntos.
Detesta el estilo cursi, soso y seudoclásico de algunos o muchos académicos, y deja correr la pluma con libertad, saliéndose de la calle de Valverde, pero no de la gramática y la retórica.
Abulta el seno enormemente, saliéndose del círculo natural de la doncellez, y para acabar de arreglarlo, la cintura y vientre con aquella otra zona quieren confundirse, rompiendo la esclavitud del corsé y arrollando las filas de ballenas que martirizan el pobre cuerpo.
Y saliéndose al ejercicio de la noche pasada, aunque las calles de Sevilla, en la mayor parte son hijas del Laberinto de Creta, como el Cojuelo era el Teseo de todas, sin el ovillo de Ariadna, llegaron al barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de las ostentosas casas de los Duques de Sidonia, como lo muestra sobre sus armas y coronel un niño con una daga en la mano, segundo Isaac en el hecho, como ese otro en la obediencia, el dicho que murió sacrificado a la lealtad de su padre don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, alcaide de Tarifa, aposento siempre de los asistentes de Sevilla, y hoy del que con tanta aprobación lo es, el conde de Salvatierra, gentilhombre de la cámara del señor infante Fernando y segundo Licurgo del gobierno.
Cuando lo supo Pompeyo no pudo sufrir que se le presentara, poseído de una gran vergüenza, al considerar que Cicerón había sostenido en la república por él grandes contiendas y le había servido en muchos negocios, pero siendo yerno de César, por complacer a éste se desentendió del debido agradecimiento, y saliéndose por otra puerta, evitó la visita.
Pues ahora Olimpia, que imitaba más que las otras este fanatismo y las excedía en el entusiasmo de tales fiestas, llevaba en las juntas báquicas unas serpientes grandes domesticadas por ella, las cuales, saliéndose muchas veces de la hiedra y de la zaranda mística, y enroscándose en los tirsos y en las coronas, asustaban a los concurrentes.
Dícese que ni siquiera aprendió las letras griegas, ni usó nunca de la lengua griega en cosas de algún cuidado, teniendo por ridículo aprender unas letras cuyos maestros eran esclavos de los demás, y que después del segundo triunfo, habiendo dado espectáculos a la griega con motivo de la dedicación de un templo, no hizo más que entrar y sentarse en el teatro, saliéndose al punto.
Sobrevínoles la batalla del río Lariso contra los Etolos y los Eleos, y el general de caballería de los Eleos, Damofanto, saliéndose de la formación, se dirigió contra Filopemen, admitió éste la provocación, y marchando a él se anticipó a herirle, derribándole con un bote de lanza del caballo.
Mas, por fin, con haber alcanzado que Atenas imperase sobre tantos pueblos, no por eso dejó de ser pobre y de honrarse tanto con la gloria de su pobreza como con la de sus trofeos, y la prueba es ésta: Calias el daduco era pariente suyo, seguíanle sus enemigos causa capital, y después que hablaron lo que era propio sobre los objetos de la acusación, saliéndose fuera de ella, dirigieron la palabra a los jueces para tratar de Aristides, diciéndoles: “Ya conocéis a este hijo de Lisímaco y cuán grande opinión goza entre los Griegos, pues ¿cómo pensáis que lo pasará en su casa, cuando veis que con aquella túnica se presenta en el tribunal? Porque ¿no es indispensable que el que en público tiene que tiritar de frío, en su casa esté miserable y falto aun de las cosas más precisas? Pues Calias, el más rico de los Atenienses, con ser su primo, no hace caso ninguno de un hombre como éste, abandonándole en la miseria, con mujer e hijos, sin embargo de que no ha dejado de valerse de él y que más de una vez ha disfrutado de su influjo”.
Promovía Temístocles muchas cosas arriesgadas, y en todo lo relativo a gobierno le contradecía y estorbaba, por lo que se vio Aristides precisado a oponerse a muchos de los intentos de aquel, unas veces para defenderse, y otras para contener su poder, acrecentado por el favor del pueblo: teniendo por menos malo privar a la ciudad de alguna cosa beneficiosa que no el que aquel se envalentonase saliéndose con todo.
La plebe veía con disgusto el que se afrentase a Emilio, sobre lo que prorrumpía en inútiles quejas, pero los principales del Senado, diciendo a gritos que era insufrible lo que pasaba, se incitaban unos a otros para hacer frente al desacato y temeridad de los soldados, que si no se le opusiese resistencia se propasaría a todo desorden y violencia, saliéndose con privar a Emilio de los honores de la victoria.

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