Ejemplos con retoños

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sólo se observa la diferencia de que las crías recién salidas del huevo poseen una cabeza más desarrollada, lo que probablemente les permite alimentarse de insectos acuáticos mayores que los retoños de aligátor americano.
El aliso gris tiene un sistema de raíces superficiales, y se caracteriza no sólo por la fuerte producción de retoños de tocón, sino también por los retoños de raíz, especialmente en el norte de su área de distribución.
La planta puede crecer a partir de las plantas de semillero o enviar a sus nuevos retoños desde los estolones.
Los grupos de danzas que tienen su participación en esta fiesta son los invitados y un grupo muy singular que se ha formado desde que esta fiesta tuvo su origen en la comunidad, el cual esta integrado por niñas y adolescentes de todas las edades y se denominan Los Retoños de San Benito.
La Fiesta más importante en la comunidad es la fiesta de San Benito de Palermo, el cual es el patrono del Sector Chorros de Milla, una fiesta escandalosa y típica de los negros de San Benito, con vasallos, retoños y tambores.
Son herbívoros, principalmente comen hojas y además frutos y retoños.
Las frutas forman la parte principal de la dieta de los sakís barbudos, pero también comen nueces, retoños, hojas, insectos y vertebrados pequeños.
Puede propagarse a partir de retoños, pero hay que dejar que las superficies cortadas se sequen antes de introducirlas en el sustrato.
Después de que el árbol muera, el próximo año pueden brotar nuevos retoños, pero también morirán pronto.
La roña o sarna del manzano, es una enfermedad de los árboles de manzana originada por el hongo Venturia inaequalis, que produce lesiones o manchas oscuras sobre las hojas, los frutos y algunas veces en los retoños.
Género Melamprosops - pico corto puntiagudo, especialista en retoños y caracoles,.
Se alimentan de semillas gramíneas, pequeñas frutas y retoños.
Como síntesis de esta semblanza que no pretende abarcar lo que fue la trayectoria de ésta pujante figura villamariense, concluimos, expresando, que si a través de tantas facetas brilló su personalidad, fue en su hogar, continuado por sus actuales descendientes, donde hizo sentir al máximo la fuerza de su generosidad, magnanimidad y beneficencia , prolongándose en sus nietos que cuan frondosos retoños empiezan a ensanchar promisoriamente el brillante círculo familiar, herederos de una honrosa tradición, de abnegado patriotismo y ejemplar trayectoria.
Las hembras eran como retoños secos en el tronco vigoroso de los Febrer, peleadores y exuberantes.
El kaiser pega a sus retoños, el oficial a sus soldados, el padre a sus hijos y a la mujer, el maestro a los alumnos, y cuando el superior no puede dar golpes, impone a los que tiene debajo el tormento del ultraje moral.
Las madres se sonreían unas a otras sin conocersearrastradas por las afinidades de sus hijascon una complicidad de compañeras de profesión, y acababan igualmente formando grupos, para hablar de los dolores y satisfacciones que proporciona la familia, de las brillantes cualidades de sus retoños, de los desengaños e ingratitudes que tal vez les reservaba el porvenir a las pobrecitas como si las compadeciesen y envidiasen al mismo tiempo.
El verde obscuro de las coniferas, después de algunos días de lluvia, adquiría tonos claros merced a los retoños que apuntaban en la cima de las ramas, en cambio la escarcha los marchitaba instantáneamente.
Los hijos del amor eran siempre los más hermosos: tenían algo de extraordinario, que rara vez se encontraba en los retoños engendrados por las parejas legales, que procrean por deber y por instinto, durante las noches blancas, de placer triste y monótono, en las que los besos tienen el sabor suculento y vulgar de la olla casera.
Pero los instintos hereditarios reaccionaban en todos aquellos retoños de la montaña: resucitaba en ellos el gusto a la antigua vida y poco a poco abandonaban los trajes exóticos, agarraban la escopeta y volvían, como sus padres, a las comilonas, a la caza y hablar de ganancias de miles de duros, acordándose de su educación extranjera como de un sueño.
Y lo que yo sentía era compasión, pensando en los reyes que llegan tarde a un mundo que no cree en el origen divino, en esos últimos retoños que surgen del tronco carcomido y agotado de una dinastía, llevando en su pobre savia los vicios de las ramas muertas.
La baronesa viuda de Platavieja le cortó la frase, entrando en la sala seguida de sus seis hijas, amables retoños que en unión de la madre formaban en cantidad y calidad la suma de los pecados capitales, nombre por el cual se las conocía en la corte Madre e hijas venían también presurosas e indignadas a protestar delante de la , y la señora baronesa aseguro que lo que había hecho la Villasis aquella noche era ni más ni menos que un timo.
Don Acisclo adquirió para sí no pocas ovejas y cabras, las cuales, a trueque de algunas hierbas inútiles y tal vez nocivas y de algunos retoños bajos y viciosos, abonaban bien los mejores olivares del marqués.
Pero para la liebre, vestida con su abrigado manto de suave y tupido pelo, era noche de festín, noche de pacer los tiernos retoños de los pinos, la fresca hierba impregnada de rocío, las aromáticas plantas de la selva, y noche también de amor, noche de seguir a la tímida doncella de luengas orejas y breve rabo, sorprenderla, conmoverla y arrastrarla a las sombrías profundidades del pinar.
Las señoritas de la Lage, discurría don Manuel, deben casarse, y sería contrario al orden providencial que no apareciese tronco en que injertar dignamente los retoños de tan noble estirpe, pero antes se queden para vestir imágenes que unirse con cualquiera, con el teniente que está de guarnición, con el comerciante que medra midiendo paño, con el médico que toma el pulso, eso sería, ¡vive Dios!, profanación indigna, las señoritas de la Lage sólo pueden dar su mano a quien se les iguale en calidad.
Bien vestidas y bien calzadas, habrían parecido retoños de duquesa, en canditura para entroncar con príncipes.
Alrededor de su boca, que no era más que una hendidura, y encima de sus quijadas, que no eran otra cosa que una armazón, crecía un vello tenaz, los fuertes retoños blancos de su barba que, afeitada semanalmente en cuarenta años, despuntaban rígidos y brillantes como alambres de plata.
Una de ellas era la de un magistrado andaluz, que tenía dos hijas como dos acuarelas de pandereta, el padre era unas castañuelas de la sala de lo civil, y sus retoños, sin madre, se pasaban la vida, inocentes en el fondo, jaleando la alegría de su papá.
en los retoños y yerbas del suelo podría un botánico.

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