Ejemplos con regalaba

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Un dia, sin trabajo, se encontró con un señor a quien le regalaba tallos de rosas cuando era jardinero.
Tanto que su última edición regalaba una carta del juego de cartas Pokémon y en la revista presentaba los pasos para este divertido juego de la cual no siguió en el siguiente número.
En principio, el periódico El Mundo comenzó una colección por fascículos en el que cada semana regalaba un volumen que contenían dos capítulos cada uno, además de material extra como entrevistas o tomas falsas.
Allí se le reconocía como el erómenos de Heracles y tenía una tumba en su honor, a la que los amantes acudían a proclamar fidelidad a su pareja y al héroe, y el amante regalaba a su amado una armadura cuando éste alcanzaba la mayoría de edad.
Los eventos son etapas del juego en las que son inventadas reglas temporales, por ejemplo, el evento de Matar a la Bestia GM, en el que se regalaba oro por matar a la Bestia Gm representada por Dannyshot o Astraw.
Pese a que el país y su marido eran laicos, ella tomó parte activa en ceremonias y actos de carácter religioso, encabezó el patronato de ayuda a las obras de la Basílica de Guadalupe y cada año regalaba a los obispos autos de lujo.
Incluso, les regalaba ropa y zapatillas.
De acuerdo relatos contados por Magneto, estuvo presente en el campo de concentración nazi Auschwitz, en el que regalaba a los niños caramelos a cambio de muestras de sangre.
La señora salía a cabalgar en hermosos ejemplares que le regalaba don Manuel.
Por ello, la iniciativa contó con el apoyo de las buenas familias , la Iglesia Católica y doña Soledad Orozco, que ese día regalaba a las madres humildes estufas de petróleo, planchas de carbón y otros utensilios domésticos de bajo precio.
El sencillo cuenta con un vídeo musical que sólo se comercializó a través del single y del DVD de vídeos, a-ha The Videos, que se regalaba con la compra del álbum sólo en los almacenes españoles de Fnac.
Si su padre le regalaba el cuchillo del abuelo, él pasaría por todo.
Lo demás lo regalaba a Pep y la escopeta a su hijo, riendo del gesto del pequeño seminarista ante este presente, que llegaba algo tarde Ya cazaría, con ella cuando fuese cura de uno de los de la isla.
Zaldumbide nos regalaba fiambres y postres para tenernos contentos.
¡Cuándo sería ese mañana! Mañana vendría su viejo criado a levantar la casa, a llevarse aquellos muebles que él le regalaba para evitar la profanación de una venta.
Julia servía con el mayor celo a Cristeta: primero, por obediencia a sus padres y a Inés, que se lo encargaron, segundo, porque don Juan, espléndido y dadivoso, le regalaba continuamente duros y pesetas con novelesca prodigalidad, además, se divertía mucho contribuyendo a traer engañado a un caballero.
Este, a lo mejor, le regalaba una capa, otro un corte de vestido, aquel un sombrero o bien comestibles y golosinas.
En efecto: Villanueva, furioso porque se reía de sus proyectos de ley, lo denunciaba al Congreso Nacional, y luego nos regalaba la contestación.
Catalina, la mujer de Clotaldo, noble, cristiana y prudente señora, tomó tanto amor a Isabela, que como si fuera su hija la criaba, regalaba é industriaba, y la niña era de tan buen natural, que con facilidad aprendia todo cuanto le enseñaban: con el tiempo y con los regalos fué olvidando los que sus padres verdaderos le habian hecho, pero no tanto que dejase de acordarse y de suspirar por ellos muchas veces, y aunque iba aprendiendo la lengua inglesa, no perdia la española, porque Clotaldo tenia cuidado de traerle a casa secretamente españoles que hablasen con ella, desta manera, sin olvidar la suya, como está dicho, hablaba la lengua inglesa como si hubiera nacido en Lóndres.
Al hombre, más débil y más inerme que el cordero, el espíritu, convertido en herrero y en pirotécnico, le ha dado armas y fuerzas mil veces mayores que las del león, al hombre, más desnudo que el perro chino, el espíritu convertido en tejedor, en sastre, en zapatero y en sombrerero, le ha vestido más primorosos trajes que al pavón, al colibrí y al papagayo, al hombre, poco más listo que el topo ó el mochuelo en punto á ver, el espíritu, convertido en fabricante de catalejos, le ha dotado de vista más penetrante que la del águila, al hombre, que jamás hubiera hecho natural é instintivamente algo que valiese media colmena, el espíritu, convertido en arquitecto, le ha enseñado á construir alcázares soberbios, torres esbeltas, pirámides ingentes, columnas airosas, cómodas viviendas, catedrales, teatros, y en suma, ciudades maravillosas, al hombre, que en el estado de naturaleza selvática es propenso á comerse á sus semejantes, y que se regalaba, y aun suele regalarse en algunas regiones, con ásperas bellotas, con cigarrones machacados ó con pescado crudo y putrefacto, el espíritu, convertido en cocinero, le prepara artísticamente manjares agradables, hasta á la vista, y hace que uno de los actos que más le recuerdan lo que tiene de común con el animal sea un acto solemne, de corbata blanca y condecoraciones, donde tal vez se celebran los triunfos más transcendentales de la religión, de la ciencia, de la filosofía y de la política, al hombre, en fin, que después del pecado, se entiende, y en el estado de naturaleza y ya sin gracia, debió de ser casi tan feo como el mono, y más sucio que el cerdo, y más pestífero que el zorrillo, el espíritu, convertido en ortopédico, en pescador de esponjas, en fabricante de baños, en civilización para decirlo en una palabra, le ha hecho limpio, oloroso, aseado y bastante bonito para servir de modelo á la Minerva y al Júpiter de Fidias, al Apolo del Vaticano y á las Venus de Milo y de Médicis.
Si lograba acercarme a alguno, le regalaba a puñados confites y fruta, contra la opinión de Muley.
Cuando salía de cacería iba con el de caza, y si cogía alguna presa, al regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro guardián.
- ¡Hijos! ¡Sucesión! Éste que antes era tesoro con que Naturaleza regalaba a sus favorecidos, es hoy un azote con que no debiera castigar sino a los malvados.

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