Ejemplos con refiero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si algún punto del Nuevo Mundo se merece, por su ubicación y sus condiciones naturales, el día se convierte en un gran teatro de acontecimientos, un brote de civilización y cultura, un emporio donde el comercio mundial se desenvuelve, me refiero a Río de Janeiro.
Me refiero a la Sociedad, como la totalidad de conceptos de todas las relaciones puramente naturales y las instituciones entre persona y persona.
Me refiero a él Estado como la suma de privilegios y posiciones dominantes que se señalan en el poder extra-económico.
La moderación es el alma de los gobiernos aristocráticos, mas entiéndase que me refiero a la que está fundada en la virtud, no a la que nace de la cobardía o pereza del alma.
No es una palabra vacía de contenido: es una palabra que tiene que leerse, interpretarse y entenderse asimilada a otra que es mucho más profunda: me refiero a la independencia del Poder Judicial.
Recuerdo cuando era muy pequeño decirle algo gracioso a mi madre y recuerdo una vez que conseguí que se riera, pero de corazón, ¿sabes a lo que me refiero? , dijo al New Jersey Herald en cierta ocasión, Entonces supe que era gracioso.
¡Cuando digo feminista me refiero a ello en la manera más compleja, interesante y excitante!.
Entiéndase que al hablar de confesion, no me refiero a la que hacen las mujeres, porque de ella resultan huachos, i nó maricas.
El caso es uno que tal vez se ha escuchado bastante hablar especialmente sobre las estatuas en madera que construyeron, pero que pocos se han puesto a estudiar y meditar, del por que esta civilización que había sobrevivido a una migración desde la Polinesia, en poco tiempo colapsa y prácticamente su civilización desapareció, me refiero a los habitantes de la isla de Pascua.
Me refiero simplemente a las ventajas de un escritor que tiene morada y tierra y un acento local: Valparaíso Ignacio Valente.
Me refiero a un tipo de relato cuya materia prima no es tanto la muerte en sí como lo que haya o pueda haber después de la muerte: lo sobrenatural, la vivencia del más allá.
Me refiero a que no fuimos a ningún recinto cerrado de Europa o Inglaterra o América.
No te hagas más tonto de lo que eres, me refiero al Padre Alesón.
Es menester vivir, y usted es muy muchacho Y las de su también, lo que no obsta para que haya allí el más sostenido alarido de pasión que haya gritado alma humana Yo quiero tanto como usted a esa obra, y acaso más No me refiero, querrá creer, al drama de , con las treinta y dos situaciones del dogma, fuera de las cuales todas son repeticiones.
¡Sí, qué hacen allá! ¡Bah! no pongas esa cara No me refiero a tu novia.
, hijas mías, mientras refiero estas cosas al señor capitán,añadió el cura, dirigiéndose a la señora y a Carmen, quienes tomaron un asiento junto al alcalde.
Este defecto mío radica en el fondo de mi naturaleza, y sin darme cuenta de ello refiero los acontecimientos invirtiendo su lugar en el tiempo.
Si nunca me ha entrado en el cerebro la aritmética, tampoco hice migas con la cronología, y sin pensarlo refiero lo de hoy antes que lo de ayer, y la consecuencia antes que el antecedente.
No todas las historias que yo refiero han de ocurrir en Villabermeja.
Te conviene una tranquilidad absoluta, renunciar a los deseos vehementes, a las cavilaciones que la no satisfacción de ellos te produce, viajar menos, ahogar todo apetito loco de los sentidos, renunciar a todos los excitantes malsanos, no me refiero solamente al café y al té, sino más principalmente a los excitantes imaginativos e ideales, huir de las emociones, y cortarte la coleta de banderillero, con intención de no dejártela crecer más, trazar una raya en tu vida y decir: ni Cristo pasó de la Cruz, ni yo paso de aquí.
Me refiero a la falta de maderas en los balcones y ventanas, por lo cual entra la luz desde que Dios amanece, y no puede usted pegar los ojos.
No me refiero a los conocimientos de un instante, que eso vendrá después.
En los tiempos a que me refiero, el descrédito era tal que la propia vanidad estaba ya por los suelos.
Comprenderéis que me refiero a la insigne heroína doña Mariana Pineda.
No, no me refiero yo a ese amor, sino a otro más íntimo: el amor que tiene una mujer al hombre de quien desearía ser esposa.
A estos militares son a los que ahora me refiero.
Siendo este desarrollo necesario absolutamente, segun la doctrina a que me refiero, ha debido precedernos una sucesion infinita, por manera que la organizacion actual del universo ha de ser mirada como un punto de una escala sin límites que asi en lo pasado como en lo futuro no tiene otra medida que la eternidad.
Cuando hablo de las verdades ideales, me refiero a las que expresan una relacion absolutamente necesaria, prescindiendo de todo órden a la existencia, y por el contrario, comprendo entre las reales a todas las que suponen una proposicion en que se haya establecido un hecho.
Y así, yo confieso que me he retirado, pero no huido, y en esto he imitado a muchos valientes, que se han guardado para tiempos mejores, y desto están las historias llenas, las cuales, por no serte a ti de provecho ni a mí de gusto, no te las refiero ahora.
Yo, Hernando de Vallejo, escribano de Cámara del Rey nuestro señor, de los que residen en su Consejo, doy fe que, habiéndose visto por los señores dél un libro que compuso Miguel de Cervantes Saavedra, intitulado Don Quijote de la Mancha, Segunda parte, que con licencia de Su Majestad fue impreso, le tasaron a cuatro maravedís cada pliego en papel, el cual tiene setenta y tres pliegos, que al dicho respeto suma y monta docientos y noventa y dos maravedís, y mandaron que esta tasa se ponga al principio de cada volumen del dicho libro, para que se sepa y entienda lo que por él se ha de pedir y llevar, sin que se exceda en ello en manera alguna, como consta y parece por el auto y decreto original sobre ello dado, y que queda en mi poder, a que me refiero, y de mandamiento de los dichos señores del Consejo y de pedimiento de la parte del dicho Miguel de Cervantes, di esta fee en Madrid, a veinte y uno días del mes de otubre del mil y seiscientos y quince años.

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