Ejemplos con quitaron

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La mejor manera de comerlo es poniéndolo sobre las cortezas que se le quitaron al pan para rallarlo, aunque también se come habitualmente untándolo en rebanadas de pan o con tenedor y palillos.
Labán les pregunta por qué le quitaron los ídolos, pero Jacob no sabía que Raquel los había hurtado y lo niega.
Lo que no saben es que Bender lo tiene, ya que lo había robado después de que le quitaron el virus.
Los reportajes de prensa indican que los israelíes quitaron los sistemas antibuque Harpoon antes de la venta, sin embargo, los sistemas antibuque Gabriel fueron incluídos en la venta.
Se les reprochó también la oposición de estos diputados a que Concepción tuviera un cupo en la conformación del Poder Ejecutivo, por lo cual los asistentes al Cabildo sintieron que la confianza depositada en sus diputados fue traicionada y en el acto le quitaron los poderes a sus representantes.
Confrontados los restos recuperados, se estableció que el personal de mantenimiento colocó autoadhesivos para protegerlos mientras se pintaba esa sección del vientre del aparato, pero no se quitaron una vez terminado el trabajo, esta responsabilidad cayó sobre el pintor de mantenimiento de apellido Chacaliaza.
Una vez que las capas de cera, barniz y pegamento natural se quitaron de la superficie de los frescos de la Capilla Sixtina, éstos se encontraban ante peligros que los anteriores restauradores no habían predecido.
¡Si ustedes devolviesen, ante todo, lo que le quitaron!.
¡Si estás muy bueno! Diez años, diez años te quitaron de encima las tales aguas.
¡Polaina! Lo que hicieron los frailes Agustinos cuando su marido de usted y Mendizábal les quitaron la dehesa ¡Tener paciencia! A cada puerco le llega su San Martín, doña Ramona, figúrese usted si no le llegará también en Matapuerca Amigo, ¡los socialistas, los socialistas! Esos han aprendido lógica, ahí tiene usted los nuevos desamortizadores.
Cuéntame qué ha sido, ¿quién ha sido? ¿Y tu niño, nuestro niño, dónde está? ¿Te lo quitaron?.
Pero déjate estar, que el Señor te arreglará, haciendo justicia y dándote lo que te quitaron.
Baldomero realizó el traspaso, no se supo en aquella casa lo que era un metro, ni se quitaron a la vara de Burgos sus fueros seculares.
Leí luego las razones de la cédula, vilas firmes y valederas, y que no podian faltar en la fe que publicaban, y aunque a ellas como a cosa sagrada se acogiera mi esperanza, en cayendo en la cuenta de la sospechosa compañía que Marco Antonio llevaba consigo, daba con todas ellas en el suelo: maltraté mi rostro, arranqué mis cabellos, maldije mi suerte, y lo que mas sentia era no poder hacer estos sacrificios a todas horas, por la forzosa presencia de mi padre: en fin, por acabar de quejarme sin impedimento o por acabar la vida, que es lo mas cierto, determiné dejar la casa de mi padre, y como para poner por obra un mal pensamiento parece que la ocasion facilita y allana todos los inconvenientes, sin temor alguno hurté a un paje de mi padre sus vestidos, y a mi padre mucha cantidad de dineros, y una noche, cubierta con su negra capa, salí de casa, y a pié caminé algunas leguas, y llegué a un lugar que se llama Osuna, y acomodándome en un carro, de allí a dos dias entré en Sevilla, que fué haber entrado en la seguridad posible para no ser hallada, aunque me buscasen: allí compré otros vestidos y una mula, y con unos caballeros que venian a Barcelona con priesa por no perder la comodidad de unas galeras que pasaban a Italia, caminé hasta ayer, que me sucedió lo que ya habréis sabido de los bandoleros que me quitaron cuanto traia, y entre otras cosas la joya que sustentaba mi salud y aliviaba la carga de mis trabajos, que fué la cédula de Marco Antonio, que pensaba con ella pasar a Italia, y hallando Marco Antonio presentársela por testigo de su poca fe, y a mí por abono de mi mucha firmeza, y hacer de suerte que me cumpliese la promesa, pero juntamente con esto he considerado que con facilidad negará las palabras que en un papel están escritas, el que niega las obligaciones que debian estar grabadas en el alma: que claro está, que si él tiene en su compañía a la sin par Teodosia, no ha de querer mirar a la desdichada Leocadia: aunque con todo esto pienso morir, o ponerme en la presencia de los dos, para que mi vista los turbe su sosiego: no piense aquella enemiga de mi descanso gozar tan a poca costa lo que es mio: yo la buscaré, yo la hallaré y yo la quitaré la vida, si puedo.
Sanó, volvió otra noche, y yo volví a la pelea con mi perra, y sin morderla la arañé todo el cuerpo como si la hubiera cardado como manta: nuestras batallas eran a la sorda, de las cuales salia siempre vencedor, y la negra mal parada, y peor contenta, pero sus enojos se parecian bien en mi pelo y en mi salud: alzóseme con la racion y los huesos, y los mios poco a poco iban señalando los ñudos del espinazo: con todo esto, aunque me quitaron el comer, no me pudieron quitar el ladrar.
—Señores, yo soy el licenciado Vidriera, pero no el que solia: soy ahora el licenciado Rueda: sucesos y desgracias que acontecen en el mundo por permision del cielo me quitaron el juicio, y las misericordias de Dios me le han vuelto: por las cosas que dicen que dije cuando loco, podeis considerar las que diré cuando cuerdo: yo soy graduado en leyes por Salamanca, adonde estudié con pobreza, y adonde llevé segundo en licencias, de do se puede inferir que mas la virtud que el favor me dió el grado que tengo: aquí he venido a este gran mar de la corte para abogar y ganar la vida, pero si no me dejais, habré venido a bogar y granjear la muerte: por amor de Dios, que no hagais que el seguirme sea perseguirme, y que lo que alcancé por loco, que es el sustento, lo pierda por cuerdo: lo que solíades preguntarme en las plazas, preguntádmelo ahora en mi casa, y veréis que el que os respondia bien de improviso, os responderá mejor de pensado.
—Vos sin duda, señor mio, sois aquel que solo podrá impedir mi cristiana determinacion: vos, señor, sois sin duda la mitad de mi alma, pues sois mi verdadero esposo: estampado os tengo en mi memoria, y guardado en mi alma: las nuevas que de vuestra muerte me escribió mi señora y vuestra madre, ya que no me quitaron la vida, me hicieron escoger la de la religion, que en este punto queria entrar a vivir en ella, mas pues Dios con tan justo impedimento muestra querer otra cosa, ni podemos ni conviene que por mi parte se impida: venid, señor, a la casa de mis padres, que es vuestra, y allí os entregaré mi posesion por los términos que pido nuestra santa fe católica.
Olvidábaseme de decir que así como Monipodio bajó, al punto todos los que aguardándole estaban, le hicieron una profunda y larga reverencia, escepto los dos bravos, que a medio mogate, como entre ellos se dice, le quitaron los capelos, y luego volvieron a su paseo.
Y hay más: que el mismo día que ella se me quitó, me quitaron también una bacía de azófar nueva, que no se había estrenado, que era señora de un escudo.
A Sancho le quitaron el gabán, y, dejándole en pelota, repartiendo entre sí los demás despojos de la batalla, se fueron cada uno por su parte, con más cuidado de escaparse de la Hermandad, que temían, que de cargarse de la cadena e ir a presentarse ante la señora Dulcinea del Toboso.
A eso yo responderé con brevedad respondió el cura, porque sabrá vuestra merced, señor don Quijote, que yo y maese Nicolás, nuestro amigo y nuestro barbero, íbamos a Sevilla a cobrar cierto dinero que un pariente mío que ha muchos años que pasó a Indias me había enviado, y no tan pocos que no pasan de sesenta mil pesos ensayados, que es otro que tal, y, pasando ayer por estos lugares, nos salieron al encuentro cuatro salteadores y nos quitaron hasta las barbas, y de modo nos las quitaron, que le convino al barbero ponérselas postizas, y aun a este mancebo que aquí va señalando a Cardenio le pusieron como de nuevo.
Fue recogido de los cabreros con buen ánimo, y, habiendo Sancho, lo mejor que pudo, acomodado a Rocinante y a su jumento, se fue tras el olor que despedían de sí ciertos tasajos de cabra que hirviendo al fuego en un caldero estaban, y, aunque él quisiera en aquel mesmo punto ver si estaban en sazón de trasladarlos del caldero al estómago, lo dejó de hacer, porque los cabreros los quitaron del fuego, y, tendiendo por el suelo unas pieles de ovejas, aderezaron con mucha priesa su rústica mesa y convidaron a los dos, con muestras de muy buena voluntad, con lo que tenían.
No me dieron a mí lugar respondió Sancho a que mirase en tanto, porque, apenas puse mano a mi tizona, cuando me santiguaron los hombros con sus pinos, de manera que me quitaron la vista de los ojos y la fuerza de los pies, dando conmigo adonde ahora yago, y adonde no me da pena alguna el pensar si fue afrenta o no lo de los estacazos, como me la da el dolor de los golpes, que me han de quedar tan impresos en la memoria como en las espaldas.
En resolución, todos pasamos con los franceses, los cuales, después de haberse informado de todo aquello que de nosotros saber quisieron, como si fueran nuestros capitales enemigos, nos despojaron de todo cuanto teníamos, y a Zoraida le quitaron hasta los carcajes que traía en los pies.
Levantaron una riquísima y blanca toalla con que estaban cubiertas las frutas y mucha diversidad de platos de diversos manjares, uno que parecía estudiante echó la bendición, y un paje puso un babador randado a Sancho, otro que hacía el oficio de maestresala, llegó un plato de fruta delante, pero, apenas hubo comido un bocado, cuando el de la varilla tocando con ella en el plato, se le quitaron de delante con grandísima celeridad, pero el maestresala le llegó otro de otro manjar.
Y has también de advertir, Sancho, que no se contentaron estos traidores de haber vuelto y transformado a mi Dulcinea, sino que la transformaron y volvieron en una figura tan baja y tan fea como la de aquella aldeana, y juntamente le quitaron lo que es tan suyo de las principales señoras, que es el buen olor, por andar siempre entre ámbares y entre flores.

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