Ejemplos con proponiéndoles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

, el cual rápidamente se interesa en el proyecto y contacta con la banda, proponiéndoles la posibilidad de editarlo y distribuirlo, llegando a un rápido acuerdo.
Al día siguiente, Vulso pasó revista a los soldados felicitándoles por su victoria sobre los sirios y proponiéndoles el inicio de una nueva guerra contra los gálatas asentados en Asia Menor.
En esta ocasión esta isla esta bajo el mandato de Magneto, y donde este ofrece como un santuario para todos los mutantes alrededor del mundo y proponiéndoles paz e igualdad para todos los mutantes que habiten y los que lleguen a esta isla.
Aura les aplacó cuando la cuestión iba rayando en disputa, proponiéndoles que el primer día que estuviera buena la barra saldrían los cuatro a pescar, a lo que asintió Valentín, mandando a Zoilo que preparase los mejores aparejos que en el pueblo, famoso por sus pesquerías, se pudieran encontrar.
Pero algunos, o por falta de convicción o por exceso de soberbia, buscan la alianza con determinados personajes cristinos, proponiéndoles concesiones políticas, señor mío, ofreciendo cosas tan absurdas como el otorgamiento de una Constitución prudente, y libertades que no están ni pueden estar en nuestro programa, porque son contrarias al dogma religioso.
Y como no le hacían caso, y se reían de ella y hasta la dejaban sola, para correr por la casa y refrescar y tocar el piano y cantar, toda vez que ella misma confesaba que no le dolía nada, se tiraba la dama encinta de los pelos, insultaba medio en broma, medio en veras, a sus amigas y amigos llamándolos verdugos, y proponiéndoles que pariesen por ella y que verían.
Pero los corcireos, contentos con dar buenas palabras a los enviados, no pensaban en hacerles obra buena, porque encarados con ellos los mismos embajadores que fueron a Sicilia y proponiéndoles las razones mismas que a Gelón propusieron los de Corcira, desde luego se les ofrecieron a todo, prometiendo enviarles las tropas en su socorro, añadiendo que bien veían ellos que no les convenía desamparar la Grecia y dejarla perecer, que perdida ésta cargaría sin la menor dilación sobre sus cervices el yugo de la esclavitud persiana, que sus mismos intereses les obligaban a hacer todo esfuerzo posible para defenderla: tan especiosa fue la respuesta que les dieron.
Mas no puede ser que esto pasase así, porque Teofrasto, en su Tratado del reino, refiere que habiendo enviado Hierón a Olimpia caballos para los juegos, y habiendo armado una tienda ricamente bordada, habló Temístocles a los Griegos, proponiéndoles que hiciesen pedazos la tienda de un tirano, y no permitiesen que sus caballos entrasen en el combate.
Pausanias, además de recibir este aviso, veía que el campo de los Megarenses se cubría de saetas y dardos, y que éstos se habían recogido a un punto muy estrecho, mas como no tuviese arbitrios para defenderlos contra los caballos con la infantería, pesadamente armada, de los Espartanos, excitó, entre los demás generales y caudillos de los Griegos que le rodeaban, una contienda y emulación de virtud y gloria, proponiéndoles si habría algunos que voluntariamente se ofreciesen a auxiliar y socorrer a los de Mégara.
Cuando se le anunció que el cónsul de los Romanos, Levino, movía contra él con grandes fuerzas, talando al paso la Lucania, todavía los aliados no habían parecido, con todo, creyendo envilecerse con la detención y con desentenderse de que tenía tan cerca los enemigos, salió con sus tropas, aunque enviando un mensajero a los Romanos proponiéndoles que, si gustaban, podrían, antes de disputar con las armas, obtener resarcimiento de perjuicios de los Italianos, siendo él el juez y mediador.
Con este objeto escribió a sus amigos de Asia, proponiéndoles, que pidiesen a los Lacedemonios nombraran a Agesilao por general para la guerra contra los bárbaros.
A medida que iba devorando su corazón la llama que encendieran en él los encantos de Matilde, avergonzábase de ser esclavo de una débil mujer: hacía por distraerse corriendo en busca de sus amigos y proponiéndoles nuevos placeres y violencias, pero al llegar la hora de verificarlas no le hallaban en parte alguna, en razón de haber salido a recorrer algún sitio solitario donde entregarse pudiera al borrascoso vaivén de sus negras reflexiones.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba