Ejemplos con prometían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El concilio dedicó un canon a la cuestión, pero el rey, en cambio, publicó diez leyes civiles y una vez más se obligó a los judíos a un nuevo compromiso colectivo en el que prometían ser fieles a la fe cristiana.
Mariano Miguel de Val, el escritor correctísimo, el versificador fácil y ameno, el hombre culto y bondadoso, ha dejado de existir en plena juventud, cuando su talento y su cultura prometían rendir frutos sazonados y copiosos.
Esto se debió a la firma del Tercer Pacto de Familia entre ambas coronas, según el cual se prometían apoyarse militarmente.
Y los del gobierno prometían a su colega en el foro un aviso oportuno para que asistiese al cumplimiento de la sentencia.
Todos se le ofrecían para acompañarle, y le prometían venganza para el caso de perecer en la lucha.
A los pocos días de esta zaragata, los buenos y sencillos revolucionarios se las prometían muy felices.
La Revolución triunfó, y a las agitadas emociones del conspirador sucedieron en Jacobo las halagüeñas embriagueces del triunfo, las cínicas rapacidades de pretor romano, las ruidosas apoteosis de arcos de cartón y farolillos de papel a que le llevaban en hombros masas estúpidas arrastradas por su verbosidad, multitudes frívolas, que, por tener algo de mujer, prendábanse de su gallardía y gentileza y se prometían llevarle a defender la soberanía popular en los escaños del Congreso, a él, aristócrata orgulloso, tan sólo de nombre renegado, que se reía de ellos llamándoles paletos, babiecas y burgueses mentecatos, y corría, al separarse de estrechar sus manos, a lavarse y enjabonarse y perfumarse, para echar lejos de sí aquel insoportable .
Preparamos los cuadros y sembramos rosales, claveles, lirios, azucenas, que nos prometían para la próxima primavera abundantes flores.
En un gabinete inmediato aguardaban las mesas de juego el dinero de los apasionados tertuliantes, y más adentro tres o cuatro desaforadas bandejas llenas de dulces nos prometían agradable refrigerio para cuando todo acabase.
Guiábalas un venerable viejo y una anciana matrona, pero más ligeros y sueltos que sus años prometían.
Quedó don Quijote consolado con la escuchada profecía, porque luego coligió de todo en todo la significación de ella, y vio que le prometían el verse ayuntados en santo y debido matrimonio con su querida Dulcinea del Toboso, de cuyo felice vientre saldrían los cachorros, que eran sus hijos, para gloria perpetua de la Mancha.
Admirada quedó Dorotea de las sentidas razones de la muchacha, pareciéndole que se aventajaban en mucho a la discreción que sus pocos años prometían, y así, le dijo:.
Se prometían gozar como nunca lo habían hecho y en sus cerebros vagaban los novios más apuestos y rendidos que se pueden concebir.
Se prometían ser juiciosos, pero entraban a jugar al billar en un Café, se enardecían poco a poco y luego empezaban a beber.
Los relámpagos de la mañana prometían mucho más.
Con la irreflexión propia de la edad, se confiaba usted demasiado al primero que quería escucharle, y sin poderlo remediar supe yo de sus mismos labios una vez que lo que usted tenía, lo que usted anhelaba y lo que le prometían desde la Habana en punto a ocasiones de prosperar, después cayó en mis manos una de estas cartas, que sin duda se olvidó usted bajo la mesa del café a que concurría.
No se pegaba de trompadas con los suyos más de tres veces al día, su madre no lograba echarle la vista encima arriba de una por semana, y para eso había de cogerle durmiendo, de modo que sus siniestros de muelas, orejas y cabellos, por temporal materno, aunque pocos y buenos, aún le prometían pellejo sano para muchos años.
Porque el señor mentía: en sus cuadras existían numerosos potros de su yeguada, especialmente uno negro, del cual los hijos del conde se prometían maravillas.
Sabas ya olvidaba su terruño recién labrado, los retoños tan frescos y verdes de las vides, que le prometían cosecha pingüe en el otoño.
Estos sucesos prometían a la provincia de Venezuela todas las ventajas de que es capaz un Gobierno tan interesado en la conservación del orden.

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