Ejemplos con pleito

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿Y qué piensas hacer después de tanto desengaño como vas sufriendo y de tanto disgusto como vamos llevando de estos niquitrefes de levita?preguntó Juana, que no desperdiciaba ocasión de hablar de su pleito.
Y antes que se me olvide: ¿cómo va el pleito?.
Mi queridísimo amigo y pariente: Como sé que también lo eres del señor regente de la Audiencia de este territorio, y que es raro el paso que da en el cumplimiento de sus altos deberes sin oír tu dictamen, espero que le recomiendes con todo empeño la pronta y favorable resolución del pleito que pende ante aquélla, contra don Jeromo Cuarterola, de esta vecindad, y persona de todo mi aprecio, sobre un supuesto contrabando.
Y llegó así el día fatal, y aunque los cabildeos y la efervescencia no cesaron un instante, y don Simón votó con tal ira y tal ímpetu que arrancó carcajadas a las tribunas, el Gobierno perdió el pleito, y como no tenía a la mano un decreto dado por la , dióse por muerto y presentó su dimisión.
Toda mi castadijo la más seria y conceptuosaviene de reyes, y en mi casa las camas son de oro y las ropas de seda de la India, y si mi papá gana el pleito que le defiende el papá de ésta, ensanchará la huerta en más de otro tanto, y como soy tan fina por principios, cuando me apesta una niña ordinaria, se lo digo, y al sol.
¡Malditos estamos! ¡Y metidos en un pleito para veinte años!.
Mis órdenes son cumplidas a regañadientes, y cuando quiero imponerme, hasta el último cura sale con lo que llama sus derechos, y me pone pleito, y acude a la Rota y a Roma si es preciso.
El arzobispo Valero Losa les puso pleito a principios del siglo XVIII.
Perdió el pleito, murió del disgusto, y mandó que lo enterrasen aquí para que le pisaran los insolentes laneros después de muerto, ya que lo habían vencido en vida.
Total, que los señores del cabildo, después de un gran pleito se salieron con la suya, viviendo fuera de la Primada, y las Claverías quedaron sin concluir, con este techo bajo y esta barandilla, todo provisional Pero aun siendo como es este claustro, han vivido reyes en él.
El pecador indigno, que debe dar estrecha cuenta de sus acciones, quiere mover pleito a tu bondad y apelar de tu justicia.
Pues, mira, Luisa, ¡yo ni eso le concedo! ¿Qué chiste tiene eso de aporrear el piano? Si aquello me parecía un pleito de perros.
Daba frío, el frío polar que sentirán los que pierden un pleito, y se arruinan, y se quedan a un pan pedir por culpa de un patrono ignorante, o torpe, o desidioso.
Vaya cosas de los nervios y resultado también de la vida ociosa que llevas Pero vamos a mi pleito.
En un pleito de amor, la víctima gana siempre.
¿Para qué las han hecho así? La verdadera ley es la de la sangre, o como dice Juan Pablo, la Naturaleza, y yo por la Naturaleza le he quitado a la el puesto que ella me había quitado a mí Ahora la quisiera yo ver delante para decirle cuatro cosas y enseñarle este hijo ¡Ah!, ¡qué envidia me va a tener cuando lo sepa! ¡Qué rabiosilla se va a poner! Que se me venga ahora con leyes, y verá lo que le contesto Pero no, no le guardo rencor, ahora que he ganado el pleito y está ella debajo, la perdono, yo soy así.
La mataré a ella y me mataré después, porque en estos casos hay que poner el pleito en manos de Dios.
Tú déjate llevar, pon el pleito en mis manos, déjame a mí y verás.
Cansado ya de tanto discutir, yo le dije a mi hermano: Si tu pasión es tan fuerte que no la puedes combatir, pon el pleito en mis manos, tonto, que yo te lo arreglaré.
No le arredraba el miedo de ser vencido, porque su amor y su misión le darían seguramente coraje, pero convenía proceder con tacto y diplomacia, pensar bien lo que iba a decir para no ofender a su tía, y, si era posible, ponerla de su parte en aquel tremendo pleito.
Trampeta se agitó, hizo a sus adláteres preguntas referentes a la biografía del vigilante, y averiguó que tenía un pleito de tercería en la Audiencia, por el cual le habían embargado los bueyes y los frutos.
Acercóse a la mesa disimuladamente, púsole una mano en el hombro, y gritó: ¡Fulano ganaste el pleito!.
Quiero hablar a usted del pleito.
Es común proverbio, fermosa señora, que la diligencia es madre de la buena ventura, y en muchas y graves cosas ha mostrado la experiencia que la solicitud del negociante trae a buen fin el pleito dudoso, pero en ningunas cosas se muestra más esta verdad que en las de la guerra, adonde la celeridad y presteza previene los discursos del enemigo, y alcanza la vitoria antes que el contrario se ponga en defensa.
Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria y ponlas en la verdad del caso.
Todos los presentes se rieron de la multitud de las caperuzas y del nuevo pleito.
Paréceme que en este pleito no ha de haber largas dilaciones, sino juzgar luego a juicio de buen varón, y así, yo doy por sentencia que el sastre pierda las hechuras, y el labrador el paño, y las caperuzas se lleven a los presos de la cárcel, y no haya más.
Luego, acabado este pleito, entró en el juzgado una mujer asida fuertemente de un hombre vestido de ganadero rico, la cual venía dando grandes voces, diciendo:.
Todos los presentes estaban suspensos, esperando el fin de aquel pleito, y de allí a poco volvieron el hombre y la mujer más asidos y aferrados que la vez primera: ella la saya levantada y en el regazo puesta la bolsa, y el hombre pugnando por quitársela, mas no era posible, según la mujer la defendía, la cual daba voces diciendo:.
Y a mí, que ha pocos días que salí de ser gobernador y juez, como todo el mundo sabe, toca averiguar estas dudas y dar parecer en todo pleito.

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