Ejemplos con permanecían

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Ay! ¿era verdad lo que decía el capitán? Sus ojos buscaron los de la , que permanecían bajos, mientras la emoción blanqueaba sus mejillas y hacía palpitar las alas de su nariz.
Algunos que se habían visto precedidos de otros más audaces en el escogimiento de las parejas permanecían inmóviles cerca del corro, vigilando a sus compañeros para sucederles.
Los que permanecían en España acababan por ser capellanes de regimiento.
De una parte, a la cabecera de la cama, permanecían, en pie, Apolonio y Chapaprieta, el capellán de la casa de Somavia, en la mano, y con un dedo entre los folios, el libro donde había leído la recomendación del alma.
Sus buques permanecían encadenados un año entero en los puertos de Aulide por miedo a la hostilidad de la atmósfera, y para aplacar a las divinidades del Mediterráneo sacrificaban la vida de una virgen.
Había que ir a las Indias recién descubiertas, y el marino catalán o el genovés permanecían aquí en el estrecho semanas y semanas luchando con la atmósfera y el agua contrarias, mientras los gallegos, los vascos, los franceses é ingleses, que habían salido al mismo tiempo de sus puertos, estaban ya cerca de América Por fortuna, la navegación a vapor nos ha igualado a todos.
Los submarinos permanecían ocultos detrás de pacíficos veleros, para surgir de pronto junto a los vapores sin defensa.
Las flotas de barcas permanecían en seco, se cerraban los talleres, ya no humeaba la olla, los caballos de la gendarmería cargaban contra la muchedumbre protestante y famélica, la oposición gritaba en las Cámaras y los periódicos hacían responsable de todo al gobierno.
Todas las mujeres permanecían ocultas en sus casas o se mostraban luego en las puertas, sonriendo, algo flácidas, con la delgadez placentera del que acaba de salir de un baño caliente.
Y los vecinos de las Claverías sentían halagado su orgullo de parias cuando veían al príncipe eclesiástico arrastrar su sotana de vivos rojos por los andenes de piedra para sentarse en el cenador y charlar más de una hora con la vieja, mientras los familiares permanecían respetuosamente de pie en la puerta de la verja.
El herido parecía estar mejor, los chicos, con los ojos enrojecidos por el insomnio, permanecían inmóviles en el corral, sentados sobre el estiércol, siguiendo con atención estúpida todos los movimientos de los animales encerrados allí.
Andrés y tía Pepa permanecían de pie delante de nosotros.
Con las manos detrás, ocultando el libro, permanecían largo rato, embobados y boquiabiertos, delante de tantas maravillas.
Pero llegaba el momento deseado, y mis labios permanecían mudos, y el corazón quería salírseme del pecho.
Los municipales no veían los cohetes, pues al fijarse en el aire matón de la chavalería que los disparaba, permanecían metidos en el portal, sordos y ciegos.
Rafaelito habíase retirado a su cuarto en la madrugada, y las hermanas permanecían clavadas en sus sillas, bostezando de cansancio, con un gesto de extrañeza y de miedo, como si presintieran que la muerte rondaba por la puerta de la alcoba.
Las permanecían en la habitación que hacía de coro.
Los muebles no pecaban de suntuosos ni de abundantes, y en todos los rincones permanecían señales evidentes de los hábitos del último inquilino, hoy abad de Ulloa, y antes capellán del marqués: puntas de cigarros adheridas al piso, dos pares de botas inservibles en un rincón, sobre la mesa un paquete de pólvora y en un poyo varios objetos cinegéticos, jaulas para codornices, , collares de perros, una piel de conejo mal curtida y peor oliente.

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